"En EE UU hay una din¨¢mica malsana. Se acepta la pornograf¨ªa pero no la subversi¨®n"

Julie Delpy tiene muchas caras. La m¨¢s conocida es la de actriz. Su rostro de blancura angelical ha protagonizado espl¨¦ndidas historias de amor como Blanco, de Krzysztof Kieslowski; Antes del amanecer o Antes del atardecer, de Richard Linklater, entre otras muchas pel¨ªculas desde que Jean-Luc Godard le dio con 14 a?os el papel de chica lista en Detective.

Su faceta menos conocida es la de realizadora. Acaba de estrenarse con la cruda y poco angelical comedia Dos d¨ªas en Par¨ªs, en la que una fot¨®grafa francesa (encarnada por ella misma) gu¨ªa a su novio americano (Adam Goldberg) por la geograf¨ªa de la ciudad, de su familia y de sus antiguos amantes.

Me gusta hablar de pol¨ªtica, mezcl¨¢ndola con el sexo y tal vez con la comida. Son los tres temas sobre los que m¨¢s me gusta hablar"

"Si alguien como John Waters hiciera ahora una pel¨ªcula como 'Pink Flamingo', seguramente lo enviar¨ªan a la c¨¢rcel"

Pero, adem¨¢s, esta actriz francesa de 37 a?os canta, escribe sus guiones, su m¨²sica y ha montado su pel¨ªcula. Y no tiene ning¨²n reparo en tirar de la familia, convirtiendo a su padre en un artista obsesionado con los falos, y a su madre, en un antiguo ligue de Jim Morrison de la ¨¦poca del flower power, para abaratar costes y poder dirigir su primera pel¨ªcula. Con ella se clausur¨® la noche del s¨¢bado el Festival de Cinema Jove de Valencia.

Cierto es que tampoco ha saltado sin red a la pista del largometraje: sus padres, Marie Pillet y Albert Delpy, son reconocidos actores de teatro en Francia; Antes del atardecer, cuya acci¨®n tambi¨¦n transcurre en Par¨ªs, fue un ¨¦xito que le procur¨® una nominaci¨®n al Oscar al mejor gui¨®n; ya dirigi¨® alg¨²n corto, y Kieslowski ofici¨® como su maestro.

Al gran cineasta polaco, ya fallecido, le habr¨ªa gustado Dos d¨ªas en Par¨ªs, asegura Delpy. "No tiene nada que ver con su cine, pero ¨¦l ten¨ªa un gran sentido del humor y era muy divertido", comenta con un aire risue?o, como imagin¨¢ndose al profundo cineasta visualizando algunas de las divertidas animaladas de su pel¨ªcula, presentada en el pasado Festival de Berl¨ªn. Su estreno en Espa?a est¨¢ previsto para este verano.

"Me gust¨® mucho hacer Antes del atardecer, pero era una pel¨ªcula m¨¢s bien rom¨¢ntica. A m¨ª me gustan las pel¨ªculas en las que no se puede distinguir un g¨¦nero claro de otro. Dos d¨ªas en Par¨ªs es una comedia cruda. Pero tambi¨¦n contiene un aspecto pol¨ªtico que me interesa mucho. Es una pel¨ªcula sobre la actualidad y aparece mucho la pol¨ªtica, aunque puede resultar extra?o que la pareja protagonista nunca hable de ella. Fui criada por mis padres franceses de una manera que habl¨¢bamos todos de pol¨ªtica. Me gusta hablar de pol¨ªtica, mezcl¨¢ndola con el sexo y tal vez con la comida. Son los tres temas sobre los que m¨¢s me gusta hablar. Y de esto hablan los personajes de mi filme", afirma sonriendo.

Sus personajes se r¨ªen de los clich¨¦s americanos, de su terror al terrorismo cuando aterrizan en Europa, y se mofan del presidente norteamericano George W. Bush. Tambi¨¦n el racismo y el esnobismo franc¨¦s reciben palos de la guionista, que dice no cortarse nada a la hora de eliminar metraje o escenas aunque ella sea la protagonista o la escritora de las mismas. Delpy, que tiene la doble nacionalidad, ha vivido a caballo entre EE UU y Francia.

"Tuve que luchar mucho para mantener la dimensi¨®n pol¨ªtica de la pel¨ªcula, porque a los inversores les asustaba bastante. No les gusta la pol¨ªtica en las pel¨ªculas, porque tienen miedo de ofender a alguien. Y en esta pel¨ªcula se ofende a mucha gente. No me importa provocar".

Delpy habla muy r¨¢pido, tanto en franc¨¦s como en ingl¨¦s, aunque saca tiempo para reflexionar sobre lo dicho y as¨ª corregirlo o matizarlo al instante.

La realizadora explica que su pel¨ªcula "respira de alguna manera el esp¨ªritu libre de los a?os sesenta". Se le pide, entonces, su opini¨®n sobre el descr¨¦dito del legado del Mayo del 68 y las cr¨ªticas de, por ejemplo, el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy. "Creo que actualmente est¨¢ teniendo lugar un retroceso, una p¨¦rdida de las libertades muy evidente, tanto en EE UU como en Francia. Se puede ver en la fuerza de la religi¨®n, en la pol¨ªtica de Bush. Es un retroceso hacia los a?os cincuenta".

Y a?ade la actriz de filmes americanos como Killing Zoe o Los tres mosqueteros que parece pasar por alto a Sarkozy: "Si alguien como John Waters hiciera ahora una pel¨ªcula como Pink Flamingo seguramente lo enviar¨ªan a la c¨¢rcel, con alguna excusa, como la de ser un conspirador. Parad¨®jicamente, pese a este retroceso de libertades, la pornograf¨ªa sigue estando aceptada. Se acepta la pornograf¨ªa, pero no la subversi¨®n. En EE UU hay una din¨¢mica malsana, porque, por un lado, es el mayor productor de cine porno, y por otro, te pueden desterrar y censurar en una cadena de televisi¨®n por decir una palabrota o algo as¨ª. Mi pel¨ªcula no tiene nada de pornogr¨¢fica, pero estamos constantemente hablando de sexo".

Cuando el tema de conversaci¨®n parece girar ya hacia otros derroteros, Delpy interrumpe: "Por cierto, que quede claro que no me gusta Sarkozy. Es mi enemigo n¨²mero uno".

Luego, incide en que la sexualidad se vive de manera muy diferente. "En Francia, todos los presidentes han tenido amantes: Mitterrand ten¨ªa una hija fuera de su matrimonio y a saber qu¨¦ tendr¨¢n Sarkozy o su mujer. En EE UU perdieron su ¨²ltima oportunidad de democracia por una infidelidad de Clinton", apunta, parafraseando una broma del gui¨®n de la pel¨ªcula, si bien en ¨¦sta se emplea el t¨¦rmino mamada en vez de infidelidad. "