Ferraz
Definitivamente, debo estar confundido a un nivel superior en lugar de tenerlo todo cada vez m¨¢s claro. No acabo de entender la jugada. Tras el sopapo electoral voy a Madrid, entono el mea culpa, ali?ado con dosis no letales de autocr¨ªtica, y recibo el espaldarazo para continuar en el tim¨®n hasta despu¨¦s de las generales de marzo. Supongo que en esa magistral jugada que permite a Joan Ignasi Pla y a sus fieles seguir "en la brecha" (para ahondarla digo yo) habr¨¢ tenido algo que ver nuestro nunca suficientemente apreciado Jos¨¦ Blanco, Blanquillo, versi¨®n aprenda usted a ser Rasputin en seis semanas. Vale, pues que alguien me lo explique que ando corto de entendederas.
Resulta que en Madrid s¨ª que es de recibo que Simancas abandone el barco y que una Comisi¨®n Gestora convoque a toda leche un congreso extraordinario de donde surjan -confiemos- l¨ªderes capaces de ilusionar al personal y con la piel lo suficientemente gruesa como para aguantar las dentelladas de los "compa?eros". Verdad, verdadera, ?d¨®nde reside la diferencia entre Madrid y Valencia? Como mucho ser¨¢ una diferencia de grado pero no de "sustancia". Severa derrota electoral en ambos casos. Peligro, en ambos casos, de que se enquiste el s¨ªndrome del opositor satisfecho porque en ambos lares llevamos la tira de a?os gobernados por el PP. Inter¨¦s en que las tornas cambien en el voto de las generales lo cual demanda que madrile?os y valencianos tengamos a alguien en la oposici¨®n capaz de movilizar el voto progresista. Muchas semejanzas y pocas diferencias como para aceptar en plan sumiso que se apliquen remedios diferentes a males comunes. Sin duda nuestro amado Rasputin tenga la respuesta a tan elemental cuesti¨®n y sin duda no perder¨¢ el tiempo explic¨¢ndosela al pueblo llano.
La cosa parece que ya no tiene remedio y hoy asistiremos a la investidura de molt honorable con el mismo jefe de oposici¨®n pertrechado por su guardia pretoriana. Francamente me importa un bledo que se hayan picado los compa?eros de Alicante por aquello de la representaci¨®n territorial o de que la jugada de Ferraz haya dejado descolocado a alg¨²n aspirante tout court a la sucesi¨®n. Tampoco tengo nada personal en contra de los supervivientes. Lo que no me importa un bledo es el triste espect¨¢culo de ver como un d¨ªa s¨ª y el otro tambi¨¦n el PP, desde su c¨®moda mayor¨ªa, ningunear¨¢ a la supuesta oposici¨®n record¨¢ndole el interinaje. ?Que el PSOE gane las generales en Mazo de 2008 va a depender del denuedo de "esa" oposici¨®n y su acierto en "vender" la gesti¨®n del Gobierno Central? La ingenuidad se paga cara. Por no cambiar no cambiar¨¢n ni al delegado del Gobierno, que tan acertado ha estado en convencer a la poblaci¨®n de que Zapatero no ten¨ªa la culpa de todo. Como la renovaci¨®n de su mandato dependa de lo que suceda en Madrid y en el Pa¨ªs Valenciano, por la parte que nos toca lo tiene francamente dif¨ªcil. Y todo por una incomprensible decisi¨®n.
Pongamos un cirio a Santa Rita, patrona de lo imposible (iron¨ªas de la historia) y supongamos que no se consuma el zetapecidio. Entonces y s¨®lo entonces se mover¨¢n los engranajes para convocar el Congreso Ordinario del PSPV- PSOE y con suerte nos comeremos los turrones con nuevas caras (confiemos que adem¨¢s de nuevas, competentes y con tir¨®n) que, sin embargo, tendr¨¢n que esperar al 2011 para que los veamos en las Cortes. De momento desde el d¨ªa de hoy hasta el dichoso congreso los "compa?eros" van a estar m¨¢s distra¨ªdos e interesados en alianzas y concili¨¢bulos que les garantizen continuidades varias que en ejercer de oposici¨®n. No s¨®lo ser¨¢n interinos que detentan el poder parlamentario (aunque no sean reelegidos en el Congreso del 2008) sino que adem¨¢s les preocupar¨¢ m¨¢s (mucho m¨¢s) si van de diputados o senadores a Madrid o si el futuro secretario general de los socialistas valencianos les debe o no favores que la marcha de la econom¨ªa, de la deuda o de los discapacitados, por poner tres ejemplos.
Se?ores de Ferraz: la han metido ustedes hasta la empu?adura, como los buenos matadores. Los votantes de izquierda les estamos muy agradecidos. Si a una fant¨¢stica representaci¨®n de los socialistas a la que se le ha pasado el arroz le a?adimos la bronca interna en Esquerra Unida, el panorama es kafkiano. Menos mal que parece que Carmen Alborch (a la que le hicieron el "regalo" de la candidatura tarde y sin la suficiente libertad de maniobra) ha decidido perseverar en el intento y, si arrimamos el hombro (y el partido se abstiene de practicar el arte del torpedo), quiz¨¢ la ciudad cambie de color, olor y oxigenaci¨®n y le desaparece la caspa. Ser¨ªa un gran consuelo. En ello estamos y estaremos porque aqu¨ª s¨ª que existen suficientes diferencias con el caso de Sebasti¨¢n. Pero si toda la estrategia pol¨ªtica de Jos¨¦ Blanco es la de mantener la pax romana en la "federaci¨®n" valenciana y la de cortocircuitar una renovaci¨®n tan urgente y necesaria como la de Madrid, grazie, moltissime grazie.
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