El buen nombre de Alhaur¨ªn

Siempre he pensado que un alcalde elegido por el pueblo representa a ese pueblo, lo que no es poco honor, por el tiempo de duraci¨®n del mandato recibido. Sin embargo, representar al pueblo no significa ser el pueblo. M¨¢s hay otras personas que tal cosa piensan y en tal creencia tratan incluso de servirse de ¨¦l si ello puede redundar en beneficio de sus intereses.

El alcalde de Alhaur¨ªn el Grande -cuyo nombre procede del ¨¢rabe y se refiere a los dos valles, no m¨¢s distante de 30 kil¨®metros de la capital, M¨¢laga, con algo m¨¢s de 20.000 habitantes y cuyos archivos municipales se han enriquecido tras donar los suyos el gran Gerald Brenan, que en esa localidad residi¨® los ¨²ltimos a?os de su vida-, ha renovado hace unos d¨ªas su mandato con m¨¢s votos que los recibidos hace cuatro a?os, despu¨¦s de ser imputado por el juez por hechos contemplados en el C¨®digo Penal.

Se defendi¨® el alcalde de tal imputaci¨®n arremetiendo demag¨®gicamente contra el presidente del Gobierno de Espa?a y sus ministros, pues se detiene a su juicio a la gente honrada mientras los etarras est¨¢n en la calle, lo que nadie de buena fe piensa. Pero impertinencias y falsedades al margen, no de recibo en quien ha recibido la confianza de todo un pueblo, en su pleno derecho el se?or alcalde est¨¢ de pensar que de nada punible debe responder.

No s¨®lo eso. Todos hemos de defender su presunci¨®n de inocencia si realmente creemos en los valores y principios que nuestra Constituci¨®n consagra, como tal vez ha pensado la mayor¨ªa del pueblo que representa. Yo creo en ellos y a nadie condeno de antemano. Y si tal cosa hemos de admitir que puede exigirlo quien una imputaci¨®n penal ha recibido, cabe por nuestra parte exigir a esa persona que no acuse a quienes teniendo tanta o m¨¢s legitimidad que ella, carentes est¨¢n hasta el presente de imputaci¨®n penal alguna, lo que seguro estoy no echar¨¢n en falta.

Pero la caja de sorpresas sigue abierta. El proceso al que nos referimos ha conocido no una imputaci¨®n m¨¢s sino diecinueve. Empresarios a quienes se imputan posibles delitos de cohecho, figura ¨¦sta que no deja de ser un tanto despreciable en la vida p¨²blica y que ?ay!, con m¨¢s frecuencia de la deseable nos azota en los tiempos que vivimos.

Pues bien. El alcalde nos sorprende nuevamente. No s¨®lo defiende a los empresarios, en su derecho est¨¢ y ojal¨¢ que la instrucci¨®n revele su inocencia si los hasta ahora indicios que han justificado su detenci¨®n y las fianzas impuestas se desvanecen, sino que dice todo obedecer a una venganza por haber ganado las elecciones. Deben echarse a temblar todos los empresarios y alcaldes de las ciudades y pueblos donde los populares han ganado las elecciones. Originalidad n¨²mero dos.

Y consiste la originalidad n¨²mero tres en protestar porque la Subdelegaci¨®n del Gobierno ha prohibido la concentraci¨®n o manifestaci¨®n para defender al pueblo de Alhaur¨ªn, el cual, hasta donde a uno se le alcanza, no ha sido imputado por ning¨²n juez. Sinceramente, creo que el subdelegado no ¨²nicamente ha decidido con cordura, sino que ha hecho un favor, pues hay concentraciones que desconcentran y en el ardor y calor de lo que se dice defender, bien pudiera derivarse de ello una presi¨®n y atentado, por tanto, contra la independencia judicial, lo que nuestro c¨®digo considera como un grave delito.

Pero la figura del se?or alcalde desata pasiones, sin duda. El presidente del partido al que pertenece, merecedor del mayor respeto, ha afirmado que cree en la inocencia de los imputados y que las detenciones revelan que se est¨¢ buscando algo que no se puede encontrar. Y quien fuera alcaldesa de M¨¢laga, respeto merecen sus ciudadanos, y ministra de Sanidad, ha visitado esa localidad para demostrar de forma ostentosa -"ostent¨®rea" dir¨ªa quien fuera alcalde imputado y condenado de otra localidad malague?a, empapelada con millares de folios sumariales- su apoyo a los imputados al tiempo de arremeter contra los fiscales, los cuales tambi¨¦n pueden ser criticados, as¨ª como contra el fiscal general.

Despu¨¦s de cuarenta a?os de experiencia profesional, s¨®lo s¨¦ que no s¨¦ nada. Confieso mi ignorancia, ignoro si los imputados son o no culpables de este o aquel delito. Por eso me producen envidia los que tanto al parecer saben, sin conocer un folio sumarial, ignorando por tanto los datos que los jueces y fiscales conocen antes de decidir contra responsables p¨²blicos populares en la provincia de M¨¢laga, Castell¨®n, Baleares o Canarias, por citar algunos ejemplos y que ellos invocan.

Los polic¨ªas siguen las instrucciones de los jueces y fiscales. Los fiscales est¨¢n por la Constituci¨®n obligados a ser objetivos e imparciales. Los jueces son soberanos, independientes, titulares de un poder del Estado.

En ellos ha de confiarse en un Estado de derecho. Quien m¨¢s llama la atenci¨®n en esta pel¨ªcula es la ex ministra. Creo que ha actuado m¨¢s con el coraz¨®n que con la cabeza. Si bien su paso por el Gobierno no se caracteriz¨® por su brillantez jur¨ªdica y a la historia pas¨® por una inolvidable secuencia televisiva recomendando a las amas de casa c¨®mo aderezar la carne con un poquito de perejil y aceite tras aparecer alguna que otra vaca loca, tambi¨¦n tiene derecho a opinar, siendo por ello merecedora del mayor respeto. As¨ª lo proclamo.

El pueblo de Alhaur¨ªn no es quien necesita defensa.

Juan Jos¨¦ Mart¨ªnez Zato fue vocal del CGPJ y teniente fiscal del Tribunal Supremo y es concejal del PSOE en M¨¢laga.