Victoria Kent entra en Picassent
El escritor Miguel ?ngel Villena discute con presos sobre la impulsora de reformas penitenciarias
Algunas de sus ideas a¨²n est¨¢n pendientes. Muchas de las pr¨¢cticas que definieron su concepto de r¨¦gimen penitenciario son ahora tan comunes que apenas se valoran. Pero ambas realidades tienen importancia cuando el p¨²blico que se asoma a la figura de Victoria Kent es de reclusos. Miguel ?ngel Villena, escritor y periodista de EL PA?S, tras presentar su biograf¨ªa en ocho ciudades, entr¨® ayer en el m¨®dulo de preventivos de Picassent y discuti¨® sobre el personaje, su legado y la concreci¨®n de aquellas novedosas medidas penitenciarias en el r¨¦gimen actual que hoy sufre o disfrutan, seg¨²n se mire, quienes estaban ayer en el aula.
Un centenar de presos, con memorias delictivas pendientes de juicio de toda condici¨®n, con or¨ªgenes muy distintos y preparaci¨®n tambi¨¦n muy diferente, le dieron la r¨¦plica al escritor. Villena empez¨® por explicar que ha pasado tres a?os de su vida hurgando en la vida de una malague?a hija de sastre que se empe?¨® en reformar las prisiones, que fue la primera en muchas cosas hist¨®ricas, y que ha dormido en el olvido.
Los presos de ayer no hab¨ªan le¨ªdo el libro. Pero Amparo, la profesora les hab¨ªa hecho un perfil suficiente para de la figura a debate para que las manos se levantaran cuando call¨® el escritor con su presentaci¨®n m¨¢s o menos ortodoxa.
El episodio del mot¨ªn del penal del Dueso fue una de las primeras cuestiones que se suscit¨®. Y es que Victoria Kent, siendo directora de prisiones en la Repubblica, salt¨® al patio de aquella c¨¢rcel ante unos presos armados, con los funcionarios tras ella y se comprometi¨® a cambiar su r¨¦gimen de vida en el centro. Les dio su palabra, Y ellos, fueron tirando las armas.
?Por qu¨¦, por qu¨¦ la creyeron, por qu¨¦ lo consigui¨®? preguntaba uno de los asistentes a la conferencia. "Porque era una mujer que se compromet¨ªa y cumpl¨ªa, era cre¨ªble, dec¨ªa la verdad, hac¨ªa las cosas que dec¨ªa, cumpl¨ªa". De fondo se o¨ªa un rumor que coreaba un "no como ahora".
Otro de los presos m¨¢s que preguntarle a Villena se preguntaba en voz alta ?por qu¨¦ las cosas han cambiado tan poco en 70 a?os? Villena record¨® el tiempo muerto de la dictadura en Espa?a como un agujero que impidi¨® a este pa¨ªs progresar y les invit¨® a reflexionar m¨¢s que sobre lo que falta, que tambi¨¦n, sobre lo que se tiene teniendo en cuenta de donde se viene. "El vis a vis es hoy normal. Entonces, la Iglesia se ech¨® encima de Victoria Kent, puso a la Rep¨²blica en un serio aprieto. Es ella quien fij¨® en 70 a?os la edad m¨¢xima para que alguien entre en prisi¨®n, porque a pesar de que la esperanza de vida era mucho menor que la de hoy, uno pod¨ªa morir en prisi¨®n de viejo cumpliendo una condena. Y as¨ª otras muchas cosas". Fue entonces cuando los presos aprovecharon para sacar esas otras cosas de hoy, la falta de psic¨®logos, de seguimiento, las diferencias entre los m¨®dulos... Kent, dijo Villena, estar¨ªa orgullosa, a pesar de todos los defectos, de verse entre los beneficios aplicados a los presos.
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