'Agur' Ion
El pr¨®ximo d¨ªa 30 de junio, Ion de la Riva dejar¨¢ su puesto como director de Casa Asia para marcharse a la India, donde ser¨¢ el nuevo embajador de Espa?a. Pondr¨¢ fin as¨ª a una tarea magn¨ªfica que ha desarrollado desde 2001 y que ha servido para poner en pie, desde cero, una instituci¨®n que se ha convertido en muy poco tiempo en un referente, no s¨®lo entre nosotros, sino tambi¨¦n en Europa.
?Qui¨¦n hubiese dicho, hace ahora seis a?os, que Casa Asia ser¨ªa tal ¨¦xito? Apenas nadie. Y es que el proyecto de crear una instituci¨®n que ayudase a cubrir las carencias clamorosas que exist¨ªan en nuestras relaciones con Oriente tuvo que hacer frente desde el inicio a no pocas dificultades, que s¨®lo el compromiso decidido de los responsables pol¨ªticos que se implicaron en el mismo y el buen hacer del propio Ion de la Riva lograron superar.
?Qui¨¦n hubiese dicho, hace seis a?os, que Casa Asia ser¨ªa tal ¨¦xito? Apenas nadie
Para empezar, y ¨¦ste fue en la pr¨¢ctica un problema menor, estaba el entendimiento entre las instituciones. Casa Asia fue un proyecto impulsado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, dirigido por Josep Piqu¨¦, que apost¨® desde el principio por ubicar la nueva instituci¨®n en Barcelona y, lo que es m¨¢s importante, por asegurar la participaci¨®n paritaria en la misma tanto de la Generalitat como del Ayuntamiento, en la convicci¨®n de que ello potenciaba el lanzamiento de una instituci¨®n que, desde Catalu?a, deb¨ªa servir al conjunto del Estado. ?Qu¨¦ mejor ejemplo pr¨¢ctico de la idea de Espa?a plural, que muchos abrazar¨ªan a?os m¨¢s tarde!
A pesar del contexto pol¨ªtico del momento (el PP mandaba en el Gobierno central, CiU en la Generalitat y el PSC en el Ayuntamiento), el acuerdo fue r¨¢pido. La visi¨®n del presidente Pujol (que entendi¨® desde el principio el alcance del proyecto y la importancia estrat¨¦gica de la relaci¨®n con Asia) y el sentido pr¨¢ctico del alcalde Clos (que sab¨ªa que ayudaba a posicionar internacionalmente la ciudad) ayudaron en gran medida. De nuevo, tambi¨¦n, fue clave la labor de Ion de la Riva, que, junto con Manuel Montobbio, Oriol Pujol y Margarita Obiols (en representaci¨®n de cada una de las administraciones implicadas), fueron los encargados de acordar la letra peque?a y de asegurar que la voluntad pol¨ªtica ten¨ªa una plasmaci¨®n efectiva.
Quedaba entonces lo m¨¢s dif¨ªcil, que era dotar de contenido al proyecto, algo que no era evidente. En apenas seis a?os, sin embargo, Casa Asia ha logrado situarse en el centro de las relaciones pol¨ªticas, econ¨®micas y culturales entre Espa?a y los pa¨ªses asi¨¢ticos, y lo ha hecho creando sus propios programas y apoyando y apoy¨¢ndose en la labor de otras instituciones acad¨¦micas y empresariales, que de esta forma han visto potenciadas sus actividades. Casa Asia ha sabido jugar muy h¨¢bilmente su papel de catalizador, fomentando todo tipo de alianzas que han servido para superar las ansias de protagonismo que tan a menudo lastran el desarrollo de proyectos similares en nuestro pa¨ªs.
La solidez y la ambici¨®n de las actividades que ha ido desarrollando Casa Asia a lo largo de estos a?os la han blindado de los vaivenes pol¨ªticos y le han permitido tambi¨¦n reforzar su base de apoyo institucional. Ello explica, por ejemplo, el apoyo decisivo recibido de la Generalitat (de la mano del consejero Castells) para ampliar la sede del Palau del bar¨® de Quadras, incorporando un edificio anexo que le ha permitido duplicar su superficie y anclar as¨ª su presencia en la ciudad. O quiz¨¢, m¨¢s significativa todav¨ªa, sea la pr¨®xima apertura de una sede en Madrid y la incorporaci¨®n de su Ayuntamiento a los ¨®rganos rectores de Casa Asia, algo impensable hace poco tiempo y que ha sido posible gracias a la visi¨®n de Estado del alcalde Ruiz-Gallard¨®n. ?Alguien da m¨¢s?
Ciertamente, en la relaci¨®n con Asia queda mucho por hacer. Otros pa¨ªses - por ejemplo, Italia o Francia- nos llevan mucha ventaja todav¨ªa. Pero es indudable que en los ¨²ltimos a?os hemos recorrido un buen trecho de las diez mil millas que el proverbio chino dir¨ªa que tenemos por delante. Los intercambios comerciales y de inversi¨®n se est¨¢n acelerando y, sobre todo, el intercambio de personas es ahora mucho mayor: el turismo crece de forma notable en las dos direcciones, y en un ¨¢mbito tan importante como el acad¨¦mico, los programas de becas se han ampliado sensiblemente. Casa Asia ha sido instrumental en todos estos avances.
Disponemos hoy as¨ª de una peque?a joya que debemos cuidar, porque el futuro ser¨¢ cada vez m¨¢s asi¨¢tico. Si hace seis a?os, cuando se cre¨® Casa Asia, intu¨ªamos el boom de China, hoy lo que tenemos son certezas, y adem¨¢s extendidas, pues est¨¢ claro que India, que en pocos a?os ser¨¢ el pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo, se ha sumado definitivamente a la ola del desarrollo econ¨®mico. Si de verdad nos creemos todo esto, si de verdad, por ejemplo, queremos convertir el puerto de Barcelona en una gran entrada de Asia en Europa, habr¨¢ que jugar a fondo todas las bazas y Casa Asia puede ser un gran activo en cualquier estrategia que se desarrolle.
La inteligencia, la creatividad sin l¨ªmites, el savoir faire y la empat¨ªa de Ion de la Riva han estado detr¨¢s de lo alcanzado hasta ahora. Gracias a su trabajo y al de todo su equipo, hoy Casa Asia es una realidad consolidada. Consolidada, s¨ª, pero tambi¨¦n todav¨ªa joven y vulnerable, por lo que es fundamental que se mantenga el consenso institucional y que se redoble el compromiso de las empresas para asegurar la continuidad y el crecimiento del proyecto. Sobre todo ahora, que la instituci¨®n est¨¢ en un momento de transici¨®n. Perdemos un gran director, pero ganamos un magn¨ªfico embajador en la India. Agur Ion y gracias.
Miquel Nadal es ex secretario de Estado de Asuntos Exteriores.
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