El Israel posible
Amos Oz representa el Israel posible. En unos momentos en los que la tensi¨®n en Oriente Pr¨®ximo est¨¢ alcanzando unos niveles de violencia que, en realidad, no son mayores que los atravesados en las sucesivas guerras entre Israel y sus vecinos, pero que, en cambio, s¨ª constituyen un riesgo cuya sombra se extiende m¨¢s all¨¢ de la regi¨®n, las reflexiones de Oz representan un reducto de esperanza. La raz¨®n es que Oz ha adoptado la posici¨®n m¨¢s dif¨ªcil: la de buscar el entendimiento sometiendo a cr¨ªtica el propio campo, la de arriesgarse a ser tratado como traidor. ?sa fue, precisamente, una de las acusaciones que hubo de soportar por su novela Una pantera en el s¨®tano. El protagonista del relato, Profi, acaba realizando el mismo descubrimiento que otros personajes ilustres de la literatura que mantienen una relaci¨®n conflictiva con su pa¨ªs o con su medio: en palabras de Oz, el ¨²nico refugio, la ¨²nica patria que les resta es la lengua. Y el humor.
Esta actitud cr¨ªtica hacia el propio campo procede, en gran medida, de la trayectoria vital de Oz, seg¨²n deja patente en su novela Una historia de amor y oscuridad. La saga familiar que transita por sus p¨¢ginas, y en la que se adivina un indisimulado sustrato autobiogr¨¢fico, va desgranando el testimonio de un inmenso amor a Europa y, al mismo tiempo, de un tr¨¢gico desencuentro, que acaba con la instalaci¨®n en Palestina. Oz ha reconocido en numerosas ocasiones que su infancia y adolescencia se desarrollaron en un ambiente nacionalista y militante, en el que los argumentos de los adversarios eran despreciados tan s¨®lo porque proced¨ªan de ellos. De alg¨²n modo, Oz parece llegar a sus posiciones pol¨ªticas de madurez trascendiendo el esfuerzo para comprender el entorno familiar, su singular manera de sentirse parte de ¨¦l.
La idea de pertenencia conflictiva vuelve a aparecer en uno de sus textos m¨¢s conocidos, Contra el fanatismo. Oz desaf¨ªa los t¨®picos que surgen tras los atentados suicidas del 11 de septiembre de 2001. Desmiente que el fen¨®meno yihadista sea "consecuencia de los valores del islam" o que se deba "a la mentalidad de los ¨¢rabes, como claman algunos racistas". Oz sostiene, por el contrario, que se trata de una manifestaci¨®n de fanatismo, y que el fanatismo "brota al adoptar una actitud de superioridad moral que impide llegar a un acuerdo". Ning¨²n grupo humano, ning¨²n individuo est¨¢ a salvo de dejarse arrastrar por ¨¦l, hasta el punto de que, arriesg¨¢ndose de nuevo a ser tachado de traidor, confiesa: "Yo tambi¨¦n era un peque?o fan¨¢tico con el cerebro lavado. Con ¨ªnfulas de superioridad moral, chovinista, sordo y ciego a todo discurso que fuera diferente del poderoso discurso jud¨ªo sionista de la ¨¦poca". Aquel "peque?o fan¨¢tico" se convertir¨ªa, sin embargo, en una de las voces israel¨ªes que reclaman que Israel reconsidere los sue?os inalcanzables.
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