Brown recibe las llaves de Downing Street
El nuevo primer ministro brit¨¢nico promete un "Gobierno con nuevas prioridades"
Tony Blair fue despedido ayer con una ovaci¨®n sin precedentes en la C¨¢mara de los Comunes, con la inmensa mayor¨ªa de los diputados aplaudi¨¦ndole puestos en pie, incluidos muchos de los conservadores, animados por su l¨ªder, James Cameron, que tuvo palabras de elogio para el primer ministro dimisionario. Gordon Brown demostr¨® despu¨¦s que nunca tendr¨¢ la telegenia y la capacidad de comunicar de su predecesor, pero que eso puede ser ahora una virtud. En sus primeras palabras p¨²blicas como primer ministro, de pie junto a su esposa, Sarah, frente al n¨²mero 10 de Downing Street, prometi¨® a los brit¨¢nicos "un Gobierno nuevo, con nuevas prioridades" y acab¨® con un "y ahora, empecemos a trabajar para que empiece el cambio".
Todo fue ayer significativamente distinto de la hist¨®rica entrada de Tony y Cherie Blair en Downing Street el 2 de mayo de 1997. No hubo fotogenia, pero seguramente hubo mucha m¨¢s espontaneidad. No hubo una muchedumbre de escogidos militantes laboristas ondeando banderas brit¨¢nicas. S¨®lo un buen n¨²mero de manifestantes despidiendo a Blair para recordarle los muertos en Irak y un pu?ado de curiosos, turistas muchos de ellos, recibiendo a Brown al otro lado de la verja.
Gordon y Sarah no se dieron el ba?o de multitudes protagonizado entonces por Tony y Cherie. Pero la incomodidad del nuevo primer ministro ante las c¨¢maras suena ahora a honestidad humana tras 10 a?os de artificio. El Reino Unido ya no est¨¢ liderado por uno de los mejores pol¨ªticos del mundo al subirse a un escenario, pero Brown parece dispuesto a trabajar pensando m¨¢s en las necesidades de los brit¨¢nicos que en la percepci¨®n p¨²blica de su trabajo.
Ayer, tras 55 minutos de audiencia, la m¨¢s larga jam¨¢s concedida por la reina a sus 11 primeros ministros al ofrecerles el cargo, un Gordon Brown nervioso e inc¨®modo se comprometi¨® a trabajar para que todos los brit¨¢nicos tengan en la vida las mismas oportunidades que ha tenido ¨¦l. Las palabras "nuevo" y "cambio" dominaron su breve mensaje nada m¨¢s ser nombrado primer ministro.
Prometi¨® un Gobierno que vaya m¨¢s all¨¢ de su partido y que incluya "a todos los talentos", en el que est¨¦n "hombres y mujeres de buena voluntad que contribuyan con sus energ¨ªas a un nuevo esp¨ªritu de servicio p¨²blico". Unas horas antes, cientos de funcionarios del Tesoro le hab¨ªan despedido como a un h¨¦roe.
Blair no fue despedido como un h¨¦roe, pero los Comunes supieron ver la p¨¦rdida de uno de los pol¨ªticos t¨¦cnicamente m¨¢s brillantes de la historia moderna del Reino Unido. A Tony Blair le falt¨® ayer la brillantez de otras veces porque no hab¨ªa adversarios a los que destrozar con su oratoria y su rapidez mental, sino colegas que quer¨ªan lanzarle un cumplido y buenos deseos.
Felicitaci¨®n de Cameron
El conservador David Cameron pareci¨® sincero y generoso al felicitar a Blair "por sus considerables logros en 13 a?os liderando a su partido y 10 a?os liderando este pa¨ªs", y le dese¨® "lo mejor a usted y a su familia". "No puedo desearle a usted lo mejor pol¨ªticamente", le respondi¨® Blair, refugi¨¢ndose en el humor para que no le traicionaran sus emociones.
El entonces todav¨ªa primer ministro hab¨ªa empezado la sesi¨®n con la ya habitual lista de condolencias por las bajas brit¨¢nicas en Irak o Afganist¨¢n y una encendida loa a las Fuerzas Armadas brit¨¢nicas. "Le deseo el bien a todos, amigos o rivales. Y bueno, eso es todo. The end", acab¨®.
Los diputados laboristas arrancaron una ovaci¨®n puestos en pie a la que se sumaron de inmediato los liberales-dem¨®cratas. Los tories parecieron dudar, pero al cabo de unos segundos David Cameron se levant¨® tambi¨¦n e invit¨® a sus diputados a hacer lo mismo. Blair, emocionado, le dio la mano al presidente de la C¨¢mara y se march¨®.
Se fue a Downing Street a despedirse del personal que ha trabajado con ¨¦l todos estos a?os y a recoger a Cherie para ir a palacio a presentar su dimisi¨®n a la reina. Cherie, genio y figura, sonri¨® a la prensa antes de subir por ¨²ltima vez al Jaguar reservado al primer ministro. "Good bye", sonri¨® a las c¨¢maras, "no creo que os echemos de menos...".
Tras una breve audiencia en el palacio de Buckingham, los Blair, reducidos a la categor¨ªa de gente m¨¢s o menos corriente, se subieron a un coche de menor rango y se marcharon. A primera hora de la tarde se presentaron en la estaci¨®n de King's Cross, a¨²n con escolta policial pero sin el habitual cortejo del primer ministro. Blair cargaba una bolsa de mano y, tras dejar por unos instantes que los sorprendidos viajeros le hicieran fotos con sus tel¨¦fonos m¨®viles, se subi¨® al tren como un londinense cualquiera, camino de Sedgefield, su circunscripci¨®n, para anunciar a sus votantes su decisi¨®n de dejar de inmediato su esca?o de diputado. Oriente Pr¨®ximo le espera.
?Elecciones anticipadas?
Gordon Brown dedic¨® su primera tarde en Downing Street a confeccionar el Gobierno. No parece que vaya a tener muchas dudas: ha tenido dos meses para pensarlo. Su problema, aparentemente, es encontrar gente no laborista que quiera formar parte de ¨¦l. La semana pasada se top¨® con la negativa de los liberales-dem¨®cratas a ocupar alguna cartera. El nuevo primer ministro desea incluir independientes en lo que ¨¦l mismo llama "el Gobierno de todos los talentos".El ¨²nico cargo que se da casi por seguro es el de su sucesor al frente del Tesoro: todo apunta que se inclinar¨¢ por Alistair Darling, aunque tiene el inconveniente de ser escoc¨¦s como ¨¦l. Brown se dispon¨ªa a anunciar ayer por la tarde el nombre del nuevo canciller del Exchequer para lanzar a la City el mensaje de que no hay interregnos en materia econ¨®mica. El grueso del equipo se conocer¨¢ hoy.Su primer gran dilema no es la composici¨®n del Gabinete, sino la fecha de las pr¨®ximas elecciones generales. Tras 10 a?os esperando impaciente su hora, parece dif¨ªcil que ahora se arriesgue a perder Downing Street en unos meses, pero la prensa maneja la posibilidad de que convoque elecciones anticipadas la pr¨®xima primavera o incluso este oto?o. Sin embargo, la tesis mayoritaria es que esperar¨¢ a 2009 o incluso agotar¨¢ los cinco a?os de la legislatura hasta mayo de 2010. Antes que ¨¦l, otros cinco primeros ministros llegaron al poder a media legislatura desde la II Guerra Mundial. Pero su experiencia apenas le puede dar pistas.S¨®lo uno, Anthony Eden (1955-1957), convoc¨® elecciones anticipadas y las gan¨® de manera holgada tras impulsar una reforma fiscal. Otros dos, John Major (1990-1997) y Harold MacMillan (19571963), agotaron su primer mandato parcial y lo renovaron al final de la legislatura. Otros, Alec Douglas-Home (1963-1964) y James Callaghan (19761979), hicieron lo mismo pero acabaron perdiendo las elecciones.Quiz¨¢ la clave la tenga Margaret Thatcher, que ten¨ªa el lema de no ir a las urnas sin tener una ventaja de al menos 10 puntos en los sondeos. La Dama de Hierro nunca perdi¨® las elecciones, pero su partido la ech¨® precisamente para no perderlas.
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