El abogado del supuesto falsificador de documentos alega que es cegato

El nombre de Nourredine Bousbaa apenas se ha citado en el juicio del 11-M. Los escritos dicen de ¨¦l que es un buen falsificador de documentos, lo que se conoce en el argot policial como un pendolista, un plumilla. El hombre conoci¨® en enero de 2004 a Jamal Ahmidan, El Chino, que le mostr¨® tres pasaportes falsos, viejos y usados de espa?oles con rasgos ¨¢rabes. Le pregunt¨® si los pod¨ªa falsificar de nuevo. Bousbaa contest¨® que no, que quedar¨ªan inservibles. Su abogado, Ricardo L¨®pez, aleg¨® ayer que, aunque hubiera querido, no hubiera podido hacerlo. Ve muy mal, es cegato. "En 2001 lo operaron de cataratas. Con esa vista, ?c¨®mo va a ser falsificador?", se pregunt¨®.

El cine casi siempre ha pintado al falsificador como un oscuro hombre con gafas de muchas dioptr¨ªas, con la vista gastada por el minucioso trabajo de copia. Bousbaa siempre mira con los ojos entornados. Y El Chino acudi¨® a ¨¦l para consultarle por la viabilidad de tres pasaportes, luego hallados en el desescombro del piso de los suicidas de Legan¨¦s. Le consult¨®, pero ¨¦l pensaba que Ahmidan quer¨ªa esos documentos falsos "para el tr¨¢fico de hach¨ªs o el tr¨¢fico ilegal de personas, porque ¨¦l no pod¨ªa ni sospechar que era una terrorista, ya que lo conoc¨ªa como multidelincuente. ?C¨®mo le va a decir 'oye, que soy terrorista y necesito esto para mi organizaci¨®n?", aleg¨® L¨®pez.

La consulta la hizo el 9 de enero, pero se qued¨® con ellos hasta el 4 de marzo de 2004, supuestamente para ver qu¨¦ se pod¨ªa hacer con ellos. Y entre esas fechas, tuvo tr¨¢fico de llamadas con El Chino, cuyo motivo, seg¨²n el letrado, era devolver los documentos. El Chino ha utilizado en Espa?a dos documentaciones falsas entre 2000 y 2004. Bousbaa tuvo problemas con la polic¨ªa por falsedad en 1998.