L4: 2 meses cerrada, 30 a?os de ruido
Hace 30 a?os que los platos, la cristaler¨ªa de las vitrinas y hasta las fotos colgadas en las paredes de las viejas fincas de la calle de Pujades de Poblenou tiemblan al paso de cada convoy de la l¨ªnea 4 del metro. Con el tiempo los inquilinos han visto aparecer grietas en las fachadas y el interior de las viviendas. Debido a un terreno poco estable, un tramo se hundi¨® en 2003 entre las calles de Bilbao y Mari¨¤ Aguil¨®. Por fin la Administraci¨®n se ha decidido a solucionar el problema, despu¨¦s del desastre del Carmel. Pero acabar con estas molestias supone otro gran inconveniente: cerrar durante dos meses, hasta el 26 de agosto, las ocho estaciones de la l¨ªnea entre La Pau y Ciutadella-Vila Ol¨ªmpica.
Los inquilinos han visto aparecer grietas en las fachadas y el interior de las viviendas
"No se resuelve el problema por completo, pero mejorar¨¢ mucho", dice el director de obra
La l¨ªnea 4 del metro (amarilla) cierra para eliminar vibraciones que molestan a los vecinos
El servicio se interrumpi¨® el martes, pero ayer a¨²n hab¨ªa mucho despistado por la calle que intentaba entrar en alguna de las estaciones. Al encontrarlas cerradas, la reacci¨®n sol¨ªa ser una mezcla de sorpresa y fastidio. Un servicio de autob¨²s lanzadera se encarga de suplir el recorrido parando cerca de cada estaci¨®n. Es de doble capacidad y durante la ma?ana circul¨® con una frecuencia de dos a ocho minutos. Cualquier incidencia en el metro hace que los problemas se multipliquen: a las 11.00 horas un convoy se averi¨® y caus¨® retrasos de m¨¢s de 15 minutos en la circulaci¨®n del tramo en servicio. Los usuarios se acumularon en los andenes. La masificaci¨®n hizo que en la estaci¨®n de Ciutadella, donde todo el mundo deb¨ªa dirigirse al autob¨²s lanzadera, reinara el caos y la confusi¨®n. Los informadores habilitados por Transportes Metropolitanos de Barcelona no dieron abasto y los pasajeros moment¨¢neamente no supieron a d¨®nde dirigirse.
La ventaja es que no es necesario validar el billete y a quienes s¨®lo deben viajar entre las ocho estaciones fuera de servicio el viaje les sale gratis.
El problema de las vibraciones se concentra en los 2,4 kil¨®metros de l¨ªnea que hay entre Bogatell y Selva de Mar. Este tramo se construy¨® a mediados de la d¨¦cada de los setenta y discurre muy cerca de la superficie debido a que las aguas subterr¨¢neas son muy superficiales. Los que viven sobre las estaciones son los que m¨¢s sufren. Aseguran que incluso la cama tiembla y que el primer metro de la ma?ana es su despertador.
Las obras, con un presupuesto de 7,1 millones de euros, consisten en renovar ¨ªntegramente el tramo afectado de v¨ªa, cambi¨¢ndola por otra m¨¢s pesada. Las piezas r¨ªgidas que un¨ªan la v¨ªa con la base de soporte se cambiar¨¢n por otras m¨¢s el¨¢sticas que evitar¨¢n la transmisi¨®n de movimientos y se renovar¨¢ el balasto (las piedras bajo las v¨ªas). Las traviesas se colocar¨¢n a menor distancia entre s¨ª. "No se resuelve el problema por completo, pero mejorar¨¢ mucho", asegura el director de obra de Gisa, Juan Antonio Garc¨ªa.
Ignasi Gras : "El barrio ha estado dejado de la mano de Dios"
Ignasi Gras tiene 50 a?os, los mismos que lleva viviendo en la zona. "El barrio ha estado durante a?os dejado de la mano de Dios", explica. Destaca que cuando va a cenar o al teatro al Centre Moral i Cultural Poble Nou, las personas ajenas al barrio se asustan cuando pasa el metro. "Es un terremoto bajo sus pies y se sobresaltan". Las obras "llegan con mucho retraso", opina.
Javier Gonz¨¢lez: "Cuando no es el tren es el metro"
Javier Gonz¨¢lez, de Terrassa, va a trabajar cada d¨ªa a Barcelona con Cercan¨ªas. Ayer tuvo que realizar una gesti¨®n y vari¨® su trayecto. A las 8.30 se dirigi¨® a la l¨ªnea 4 y se encontr¨® la estaci¨®n cerrada. "Yo ya salgo pronto de casa. Siempre ocurre algo. Si no es una aver¨ªa de un tren, descarrila el Euromed. Hoy es el metro. Y si optas por el coche, hay alg¨²n accidente y te quedas en la carretera".
Blanca Gil: "Quiz¨¢ no pagamos impuestos"
Blanca Gil, de 64 a?os, vive frente a la boca de metro de Bogatell, en la calle de Pere IV. Hace 23 a?os alquil¨® la vivienda. La primera noche de ruidos se llev¨® un gran susto: "No pude dormir", asegura. La familia protest¨®, pero "nadie nos hizo ning¨²n caso", se?ala. Con el tiempo, dejaron de reclamar. Gil no se queja s¨®lo de los ruidos y las vibraciones. Con el dedo muestra las grietas que hay por las paredes y el techo de todo el interior de la vivienda. "Las he pintado y enyesado y se vuelven a abrir", comenta. Que se lleven a cabo por fin unas obras en el metro para solucionar el problema le parece "fabuloso". Y protesta porque hasta ahora nunca se ha hecho nada por ellos: "Quiza nosotros no pagamos impuestos", dice con iron¨ªa. Explica que la finca es antigua, pero a diferencia de muchas otras de Poblenou que han sido v¨ªctimas de los promotores, la suya no se sustituye por pisos nuevos porque en esta zona junto al metro no pueden excavarse bien los cimientos. El terreno y los t¨²neles no lo permiten. Ahora los fines de semana el servicio de metro es ininterrumpido, de modo que las molestias son mayores. "No se duerme", dice.
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