Llegan los perros 'a la carta'. ?Y despu¨¦s?
Con el genoma canino podemos 'crear' la mascota ideal. Un ensayo sin frenos ¨¦ticos por ahora
No hace mucho tiempo, el bulldog ingl¨¦s era una fiera capaz de luchar con ventaja contra un toro. Pero la necesidad, al prohibirse estas peleas en el Reino Unido, a mediados del siglo XIX, llev¨® a sus criadores a transformar la raza. Y de aquel fiero bulldog ha quedado s¨®lo la simp¨¢tica expresi¨®n gru?ona. Lo que cost¨® d¨¦cadas, cruzando animales muy seleccionados, se puede conseguir hoy en un abrir y cerrar de ojos, gracias a los avances de la gen¨¦tica. Desde que se secuenci¨® hace un par de a?os, con notable precisi¨®n, el genoma de Tasha, una perra boxer, las pruebas de ADN, que ya eran pr¨¢ctica frecuente en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, han abierto una nueva puerta a la manipulaci¨®n gen¨¦tica. Una puerta de acceso a un territorio tan vasto como inquietante.
"Cuando se tira de un gen, se pueden arrastrar con ¨¦l particularidades no deseadas"
Las 350 razas que existen hoy se han conseguido en los ¨²ltimos dos siglos
Laboratorios de gen¨¦tica veterinaria en Norteam¨¦rica o Australia ofrecen a criadores y veterinarios toda una gama de pruebas para detectar no s¨®lo la presencia de genes ligados a determinadas enfermedades, sino al color de la piel y el hocico de sus perros. Todo apunta a que en un plazo breve podremos escoger el tama?o de nuestra mascota, el tipo de pelo o la docilidad. Estamos a un paso de crear perros de dise?o, como subrayaba hace unos d¨ªas el rotativo estadounidense The New York Times.
"En realidad, las razas de perros tal y como las conocemos son un invento humano, una creaci¨®n artificial", recuerda Susana Dunner, directora del laboratorio de gen¨¦tica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. "La mayor¨ªa se han conseguido en los ¨²ltimos 150 a?os, utilizando pocos ejemplares reproductores. El bulldog, por ejemplo, se ha perfilado as¨ª". Pero la historia nunca hab¨ªa discurrido tan r¨¢pida. El subgrupo de los c¨¢nidos al que pertenecen el lobo y el perro existe desde hace algo as¨ª como siete millones de a?os. Y hace unos 15.000 a?os que el perro fue domesticado. Un lento devenir que empez¨® a acelerarse muy recientemente, hasta el punto de que la mayor parte de las 350 razas que existen hoy para una poblaci¨®n canina de 400 millones de individuos se han conseguido en los ¨²ltimos dos siglos.
Pero ?qu¨¦ ocurrir¨¢ ahora, cuando el conocimiento del genoma de Tasha (al que se ha sumado el de otros siete cong¨¦neres) pone al alcance de la mano la posibilidad de mover los hilos del desarrollo gen¨¦tico de estos animales? ?Habr¨¢ perros a la carta, con lo que el mejor amigo del hombre pasar¨¢ a ser, literalmente, su creaci¨®n? "Puede ser. Los avances han sido vertiginosos en los ¨²ltimos a?os", admite Dunner.
Pero esa celeridad puede llevarnos muy pronto al borde de un precipicio. Porque est¨¢n cayendo algunos paradigmas de la gen¨¦tica. "Los investigadores llev¨¢bamos a?os advirtiendo de que el ADN basura [el ARN y otras mol¨¦culas] conten¨ªa una informaci¨®n muy importante. La forma codificante, ese 5% del genoma, no es la ¨²nica portadora de informaci¨®n, sino que el restante 95% la contiene tambi¨¦n", dice Llu¨ªs Montoli¨², investigador cient¨ªfico del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa del CSIC. De forma que una mutaci¨®n responsable de una determinada patolog¨ªa puede no estar en los genes. Con lo que la magnitud de la inc¨®gnita que encierra el genoma se ampl¨ªa.
"Cuando se tira de un gen, se pueden arrastrar con ¨¦l otras particularidades no deseadas", advierte Dunner. A veces, enfermedades cong¨¦nitas. Algo que saben bien los criadores de perros. "El caso del d¨¢lmata es ilustrativo", apunta Montoli¨². "Su piel moteada, que tanto gusta, est¨¢ causada por alteraciones en la pigmentaci¨®n, fallos en los melanocitos. Pero eso tiene un efecto no previsto: estos perros son sordos con frecuencia porque les faltan las c¨¦lulas pigmentarias que tenemos en el o¨ªdo".
Por eso, Jordi Recasens, presidente del Club Espa?ol del Bulldog, limita a dos los aspectos positivos de los tests de ADN. "Uno es que permiten conocer con certeza la filiaci¨®n de un ejemplar. Y el otro est¨¢ en la utilidad que pueden tener para prevenir algunas de las enfermedades que tienen casi todas las razas".
Eso sin contar con que perros y humanos compartimos algunas de estas dolencias. Y aunque los ratones son m¨¢s ¨²tiles para la experimentaci¨®n, "el uso de perros puede ser interesante en patolog¨ªas neurol¨®gicas, o en la diabetes", puntualiza Montoli¨², del CSIC. Otra cosa es el perro de dise?o porque s¨ª. A Susana Dunner le parece "una barbaridad", a la que habr¨ªa que poner freno con comit¨¦s de ¨¦tica. Es f¨¢cil comprender su preocupaci¨®n. Pese a la historia milenaria de amistad, depender demasiado de los humanos s¨®lo puede ser fatal para los perros.
La mutaci¨®n que abri¨® un debate
TODO EMPEZ? cuando una mutaci¨®n gen¨¦tica en los whippets, una variedad de galgo utilizada para disputar carreras en Estados Unidos, despert¨® la inquietud de los criadores. La mutaci¨®n en un gen llevaba al animal a desarrollar una monstruosa musculatura.Los laboratorios de gen¨¦tica veterinaria detectaron el gen culpable de esta anomal¨ªa, que es responsable tambi¨¦n de la mayor rapidez que pueden desarrollaralgunos ejemplares. De esta forma, con una simple manipulaci¨®n gen¨¦tica, los criadores accedieron a la posibilidad de conseguir perros m¨¢s r¨¢pidos, pero no m¨¢s musculosos.Esto despert¨® un enorme inter¨¦s por la gen¨¦tica y los test de ADN en EstadosUnidos. "No s¨®lo ha ocurridoen Norteam¨¦rica", corrige una portavoz de los laboratorios Healthgene, con sede en Notario (Canad¨¢), en conversaci¨®n telef¨®nica. "Nosotros tenemos muchos clientes en Latinoam¨¦rica y en Europa, sobre todo en el Reino Unido o Alemania. Y tambi¨¦nen Espa?a".Aunque en nuestro pa¨ªs las aspiraciones de los criadores de perros no llegan tan lejos. Al menos, ¨¦sta es la opini¨®n de Alberto Fern¨¢ndez, presidente de la Federaci¨®n Canina Espa?ola. "Aqu¨ª no hay carreras de perros, salvo algunas de galgos con liebres. No hay mercado, ni potencial para que se desarrollen esas t¨¦cnicas. El ¨²nico inter¨¦s se centra en un animal de compa?¨ªa que pueda ganar un concurso por su aspecto. El perro mueve mucho dinero, en peluquer¨ªas, tiendas de accesorios, piensos, atenci¨®n veterinaria..., pero la gente que los cr¨ªa para venderlos como mascotas no se gasta ni 30 euros en un test para certificar su pedigr¨ª".
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