Rumbo al fracaso
El Ministerio de Vivienda, creado por el Gobierno de Zapatero en 2004, propuso como objetivo la desaceleraci¨®n del precio de las casas, con el fin de evitar los graves riesgos econ¨®micos y financieros de una burbuja inmobiliaria, y aumentar el mercado de pisos en alquiler, que en Espa?a presenta tintes fam¨¦licos. La estrategia era correcta, porque el crecimiento del alquiler era necesario para ofrecer opciones a quienes no pueden pagarse un piso en propiedad, que no son pocos, debido al encarecimiento desaforado del precio del metro cuadrado desde 1995. A trancas y barrancas, la desaceleraci¨®n de los precios se est¨¢ consumando, no sin que proliferen los temores sobre un hipot¨¦tico hundimiento del mercado inmobiliario. Pero lo que s¨ª est¨¢ claro es que la pol¨ªtica de alquileres sigue un rumbo orientado al fracaso. En 2006 s¨®lo el 11,25% de las familias viv¨ªa en r¨¦gimen de alquiler, menos incluso que el 11,4% registrado en 2001. En Europa, la media es del 38% y en pa¨ªses como Alemania supera el 50%.
Hay quien quita importancia al retroceso; por ejemplo, la ministra de Vivienda, Mar¨ªa Antonia Trujillo, que insiste en que desde 2004 se han firmado 420.000 contratos de arrendamiento, aunque, por lo que se ve, son insuficientes para elevar el porcentaje general de inquilinos. Otros lo atribuyen a ese rasgo cultural tan espa?ol que es el de sentirse propietarios. Se da la circunstancia adem¨¢s de que la vivienda se ha convertido en un activo financiero m¨¢s, por lo que la demanda de propiedad sigue siendo superior a la que deber¨ªa tener en raz¨®n del precio. Pero lo cierto es que ni la idiosincrasia ni el apetito inversor explican el raquitismo del alquiler, porque sigue creciendo la demanda potencial.
El diagn¨®stico m¨¢s plausible es que, por una parte, la oferta de pisos en alquiler sigue siendo baja, debido a que los propietarios contin¨²an considerando que alquilar es una decisi¨®n arriesgada, poco protegida jur¨ªdicamente y fuente inagotable de sinsabores. Si aumenta la seguridad jur¨ªdica y funcionan de verdad los juicios r¨¢pidos, aumentar¨¢ la oferta de alquileres. Por otra parte, se da otra raz¨®n: el precio relativo se percibe como desfavorable para el alquiler. Los espa?oles consideran que casi por el mismo precio que alquilan pueden sufragar una hipoteca. Esta percepci¨®n puede variar sustancialmente en 2008, cuando se vayan acumulando las subidas de los intereses de los pr¨¦stamos.
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