Putin llega a su cita con Bush precedido por enfrentamientos en temas militares
Los presidentes de Rusia y EE UU inician una cumbre con una larga lista de desacuerdos
Cenas en familia, paseos frente a las olas, charlas en el porche, incluso alg¨²n rato de pesca, sin grandes equipos de asesores alrededor, sin corbatas ni formalidades. La casa de los Bush en Kennebunkport presta el marco id¨®neo en el que los presidentes de EE UU y Rusia deb¨ªan comenzar ayer a abordar una compleja agenda de conflictos en la que cabe esperar alg¨²n tipo de acuerdo sobre Ir¨¢n, pero en la que destaca, para darle a la reuni¨®n todo el sabor de la guerra fr¨ªa, el peligro de rearme en Europa como consecuencia del proyecto estadounidense de un escudo antimisiles.
Hasta la manifestaci¨®n organizada frente al ¨²ltimo control policial que impide el paso a la residencia en Walter's Point parec¨ªa revivir la agitaci¨®n de estas reuniones en el pasado, aunque esta vez no se protestaba por las violaciones de derechos humanos en el r¨¦gimen comunista, sino a favor de la destituci¨®n de George W. Bush.
Si se ha puesto tanto ¨¦nfasis en esta cumbre y se ha aludido tanto a sus comparaciones con la ¨¦poca de la desaparecida Uni¨®n Sovi¨¦tica es porque quiz¨¢ ¨¦sta es la primera vez en muchos a?os en que el presidente ruso llega a EE UU precedido de una ret¨®rica de enfrentamiento y recibido por sus anfitriones con la delicadeza y el temor que corresponden al l¨ªder de la potencia nuclear que Rusia sigue siendo. Rusia y EE UU re¨²nen m¨¢s del 95% del armamento nuclear sobre la tierra.
Por esa raz¨®n, vuelve a ser necesario hablar sobre viejos tratados de desarme que es necesario actualizar. Oficialmente, un portavoz de la Casa Blanca neg¨® ayer que Bush y Vlad¨ªmir Putin vayan a discutir sobre ellos, pero el tema resulta de obligado tratamiento, aunque sea informal.
Bush ha sido urgido por un grupo bipartidista de congresistas a dar los pasos necesarios para la renovaci¨®n del tratado START para la destrucci¨®n de armamento nuclear, cuyo origen se remonta a m¨¢s de 40 a?os y que fue renovado por ¨²ltima vez en 1991. Este tratado, que obliga a reducir casi a la mitad los arsenales nucleares de ambos pa¨ªses, expira en 2009 y esta Administraci¨®n no quiere extenderlo.
El Gobierno estadounidense, en contra de la opini¨®n mayoritaria en el Congreso, prefiere un nuevo tratado m¨¢s flexible en los t¨¦rminos de las inspecciones que el START requiere. Rusia, sin embargo, aboga por la prolongaci¨®n del acuerdo actual, que constituye el ¨²ltimo tratado de armas todav¨ªa heredado de la ¨¦poca anterior. Un portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, dijo ayer que el marco del START sigue siendo "extremadamente importante".
Otro tratado de la ¨¦poca sovi¨¦tica, el ABM, sobre misiles bal¨ªsticos, fue denunciado en 2002 por la Administraci¨®n de Bush con el prop¨®sito de modernizar las defensas antimisiles. Con el ABM vigente, Bush no hubiera podido poner en marcha el actual proyecto de escudo antimisiles que tanto irrita a Mosc¨². Sin el START y el ABM, los expertos temen que el riesgo de una nueva carrera armamentista aumentar¨ªa considerablemente.
Bush y Putin parecen m¨¢s cerca de un acuerdo sobre c¨®mo hacer frente al desaf¨ªo nuclear de Ir¨¢n. Aunque un portavoz norteamericano reconoci¨® que "las posiciones no son todav¨ªa las mismas", tanto rusos como estadounidenses parecen coincidir en que un Ir¨¢n con armas nucleares representa un peligro para el mundo. Aunque los dos presidentes necesitaban salvar algunos obst¨¢culos para que Rusia d¨¦ luz verde en la ONU a nuevas sanciones econ¨®micas contra Teher¨¢n, Putin parece sensible a los peligros que representa para el mundo el fracaso de las v¨ªas diplom¨¢ticas para tratar con el Gobierno de Mahmud Ahmadineyad.
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