Serie B
El argumento de Desaparecida, estrenada el s¨¢bado por la noche en La Sexta, gira en torno a la desaparici¨®n de una maestra de escuela casada con un conocido senador. Como en la cocina de fusi¨®n m¨¢s sospechosa, se amontonan los ingredientes, y se mezclan sabores de culebr¨®n (embarazos inoportunos, traiciones familiares), de thriller con pistas (mensajes encriptados junto a los cad¨¢veres), de misterios (identidades falsas y paralelas) y de conspiraci¨®n pol¨ªtica rebozados en un ambiente de estresante y efectista investigaci¨®n policiaca (con el t¨®pico agente del FBI que est¨¢ superando un trauma profesional, la indispensable tecnolog¨ªa punta en armamento y una ciudad como decorado, en este caso Atlanta). El hecho de que el marido de la desaparecida sea un personaje p¨²blico excita el instinto del sensacionalismo period¨ªstico, as¨ª que tambi¨¦n tenemos a una reportera ambiciosa y carro?era, dispuesta a lo que sea para trepar en el escalaf¨®n de la fama. En un di¨¢logo entre la periodista y el polic¨ªa, ¨¦l le dice: "No finja que estamos en el mismo equipo. A nosotros nos interesa encontrar a la desaparecida cuanto antes, y usted desea que el secuestro dure cuanto m¨¢s, mejor".
Es un planteamiento duro pero que retrata bastante bien las relaciones entre los cuerpos de seguridad y ciertos medios de comunicaci¨®n. Ocurri¨® con las ni?as de Alc¨¤sser o con la farmac¨¦utica de Olot, dos casos que sufrieron una inflaci¨®n de dramatismo y espectacularidad azuzados por el lado m¨¢s tremendista de, por entonces, Pepe Navarro y Nieves Herrero. Desaparecer, pues, puede suponer para la familia un doble drama: el de la inquietud y la angustia y el del circo medi¨¢tico que transforma las desgracias en esc¨¢ndalos. En Desaparecida todos estos ingredientes se entrecruzan con una desordenada ambici¨®n argumental que, sin embargo, no alcanza el nivel de excelencia de las mejores series del momento. Si el cine de calidad tiene su correspondiente serie B, las series tambi¨¦n tienen su honrosa segunda divisi¨®n.
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