El cuadril¨¢tero del rock
La proliferaci¨®n de eventos musicales convierte la contrataci¨®n de artistas en una puja al mejor postor. Las cifras millonarias que cobran las estrellas incrementan los precios. El p¨²blico, como siempre, es el que paga.
![Amelia Castilla](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F83eab636-590a-4a48-ba33-a198b9cdc5a0.png?auth=a3f0808c02733da03621462833f77364ec49d13f8280591946c906beffc76a9c&width=100&height=100&smart=true)
Las cifras dan v¨¦rtigo. La proliferaci¨®n de conciertos, tambi¨¦n. En algunos c¨ªrculos comienza a hablarse de sobredosis, de exceso, de una competencia salvaje que dispara la cotizaci¨®n de los artistas y que comienza a tener consecuencias: el ciudadano no dispone del dinero suficiente para seguir el ritmo brutal de conciertos y el promotor peque?o no puede competir. Con este panorama, el verano espa?ol se ha convertido en un cuadril¨¢tero donde se ventilan chorros de millones.
"No hay capacidad para tantos festivales y se va a producir una cat¨¢strofe" (Gay Mercader)
La contrataci¨®n de los Rolling Stones, que terminaron el s¨¢bado su gira de cuatro actuaciones en Espa?a, est¨¢ valorada en un mill¨®n de euros por concierto. La de Elton John, en 600.000; Bj?rk, medio mill¨®n; Caetano Veloso, 140.000; Al Green, 100.000; Rufus Wainwright, 80.000. ?stos son los precios aproximados de algunas de las actuaciones de las estrellas musicales que visitar¨¢n los centenares de festivales y conciertos veraniegos de Espa?a. Son actuaciones que organizan, en muchos casos, las administraciones p¨²blicas. La proliferaci¨®n de festivales, especialmente en el g¨¦nero del rock y el pop, ha acabado por desatar una aut¨¦ntica batalla por conseguir a los mejores artistas. El exceso de competencia hace que los festivales luchen por fichar a los m¨²sicos en exclusiva. Y esa modalidad de contrataci¨®n cuesta m¨¢s dinero.
?Cu¨¢l es su mejor oferta? ?sa es la pregunta que escucha el promotor de turno cuando trata de fichar a un artista. Como en cualquier subasta, el que paga m¨¢s se queda con el concierto. Los responsables pol¨ªticos de los ayuntamientos parecen haber aprendido la lecci¨®n: contratar a Metallica o a Antony & The Johnsons ayuda a traer turistas, realza el nombre del pueblo, consigue repercusi¨®n medi¨¢tica y, a veces, hasta ayuda a ganar votos. Pero otra cosa es la rentabilidad econ¨®mica del evento en s¨ª.
Para Gay Mercader, fundador de Gamerco, empresa l¨ªder del mercado de conciertos en Espa?a que acaba de ser adquirida por la estadounidense Live Nation, la situaci¨®n creada se puede comparar con el fichaje de futbolistas gal¨¢cticos. "Este pa¨ªs no tiene capacidad para tantos festivales y se va a producir una cat¨¢strofe", vaticina. "Aqu¨ª, cuando alguien hace algo y le sale bien, todos quieren hacer lo mismo. Lo que est¨¢ pasando es demencial, los precios se han desorbitado, se est¨¢n pagando delirios".
El Ayuntamiento socialista de Collado Villalba presume de haber logrado contratar a Elton John, para actuar solo con su piano, por 600.000 euros. El ingl¨¦s abre ma?ana el V¨ªa Jazz, un festival con cinco a?os de antig¨¹edad que dura cinco d¨ªas, y en cuyo programa participan tambi¨¦n figuras como Al Green, Elvis Costello y Caetano Veloso. En el caso de este ¨²ltimo, la de Collado Villalba ser¨¢ su ¨²nica actuaci¨®n en Europa, acompa?ado s¨®lo por su guitarra.
Pero Collado Villalba no es el ¨²nico Ayuntamiento que puede presumir de pagar exclusivas. El Ayuntamiento de X¨¤tiva (Valencia), gobernado por el PP desde hace 12 a?os, pagar¨¢ un cach¨¦ a¨²n m¨¢s elevado por Elton John, que en este caso viajar¨¢ acompa?ado de su banda. "Quer¨ªamos lo mejor", cuenta por tel¨¦fono el alcalde, Alfonso Rus, que anunci¨® "medio en broma", en el ¨²ltimo mitin de la campa?a a las municipales, que si ganaban traer¨ªa a Elton John al pueblo.Fue la versi¨®n rock del anuncio de la llegada de la f¨®rmula 1 a Valencia si el Partido Popular ganaba las elecciones. La ilusi¨®n de Rus, que tocaba la bater¨ªa y a¨²n le pica el gusanillo de la m¨²sica, era traerse a los Rolling Stones. Pero necesitaba un recinto con capacidad para 30.000 espectadores como m¨ªnimo, y no lo ten¨ªa. Su escenario estrella, una plaza de toros cubierta con capacidad para 8.000 espectadores (6.000, si se trata de un concierto), no daba para tanto.
Ni X¨¤tiva ni Collado Villalba, dos municipios que no superan los 60.000 habitantes, son una excepci¨®n en el actual panorama musical espa?ol. Las grandes agencias del sector -William Morris Agency, Creative Artists Agency e International Creative Management se cuentan entre las m¨¢s importantes- se reparten el mundo. Sus sedes se encuentran en Estados Unidos y Reino Unido, pero disponen de agentes en muchas ciudades europeas. Las agencias se encargan de firmar acuerdos con los artistas sobre el n¨²mero de conciertos que programan en las giras que van a realizar a lo largo del a?o, y ellos rellenan los huecos, seg¨²n la demanda de cada pa¨ªs.
Bj?rk presentar¨¢ su nuevo ¨¢lbum, Volta, en Bilbao, en la explanada del Guggenheim, recinto con capacidad para 12.000 personas; actuar¨¢ tambi¨¦n en la plaza de toros de Las Ventas (18.000 personas) y en el id¨ªlico escenario del Patio de la Herrer¨ªa de La Granja (Segovia), con capacidad ¨²nicamente para cerca de 1.600 espectadores, dentro del programa del Festival Internacional de las Artes de Castilla y Le¨®n. El precio del espect¨¢culo de la artista islandesa se acerca al medio mill¨®n de euros. Aproximadamente la mitad de lo que se paga a los Rolling Stones, la banda con uno de los cach¨¦s m¨¢s altos del mundo, que cerr¨® el s¨¢bado su gira espa?ola en El Ejido.
Pero no todos los programadores viven del estrellato. Basta echar un vistazo a la abrumadora lista de festivales que se celebran este verano por toda la geograf¨ªa espa?ola: entre julio y agosto, hay m¨¢s de un centenar. Entre ellos hay cert¨¢menes que arriesgan por artistas innovadores y desconocidos. Pero tampoco a ellos les resulta f¨¢cil completar la programaci¨®n. Promotores privados y algunos programadores de festivales denuncian lo que consideran un exceso. Sa¨²l Presa, de Partenope Producciones, sostiene que no se trata s¨®lo de una cuesti¨®n de dinero, sino de cultura: "Vivimos en el capitalismo y nos ajustamos a las leyes del mercado. Pero, en muchos casos, se paga con el dinero del contribuyente sin tener en cuenta el baremo de la venta de entradas. As¨ª no se crea p¨²blico ni se ayuda a los grupos: simplemente se lanzan fuegos artificiales. No es habitual, salvo excepciones, que en pa¨ªses como Francia o Reino Unido los grandes conciertos los organicen los poderes p¨²blicos. Es curioso, pero algo parecido a lo que ocurre aqu¨ª est¨¢ empezando a producirse en algunos pa¨ªses de Este".
Para ?lvaro Ruiz, director del madrile?o Festimad, la situaci¨®n actual recuerda a lo ocurrido durante los ochenta, cuando los ayuntamientos, empezando por el de Madrid con Tierno Galv¨¢n, empezaron a fichar a los artistas, aunque sin la obsesi¨®n actual por las grandes figuras. Aquello acab¨® por romper el mercado.
Para Paco Mart¨ªn, director de La Mar de M¨²sicas, que este a?o celebra su 13? edici¨®n en Cartagena (Murcia), lo que est¨¢ ocurriendo es "una locura". "Seguramente somos el pa¨ªs de Europa que m¨¢s dinero paga por los artistas", dice. "Hace un par de a?os que nuestro festival sufre esta situaci¨®n, aunque en nuestro caso, el de las m¨²sicas del mundo, la situaci¨®n resulta mucho menos grave. Tenemos a Youssou N'Dour, pero buena parte de los artistas que pasan por Cartagena son casi desconocidos. Desde el principio, el festival se centr¨® en descubrir nuevos talentos y nos va bien remarcar una postura diferenciadora".
Sergio Mu?oz, del Festival Cultura Urbana de Madrid, dedicado al hip-hop, un g¨¦nero en alza que ya empieza a pujar alto y a sufrir los vaivenes del mercado, se muestra conciliador. Se decanta por que programadores y promotores establezcan unas m¨ªnimas reglas del juego. "La competencia no tiene por qu¨¦ ser siempre feroz", dice. No se muestra tan seguro Gay Mercader. Su idea, y lleva m¨¢s de 30 a?os haciendo conciertos, es que se trata de algo c¨ªclico. "Las cosas siempre han funcionado de la misma manera, lo que ocurre es que ahora se han complicado m¨¢s con la masiva presencia de festivales. No s¨®lo los de aqu¨ª, sino tambi¨¦n los que se hacen en otras ciudades europeas". Su pol¨ªtica es sencilla: "Pagar el precio que nos parece conveniente. Las tarifas desorbitadas se las dejamos para quien quiera abonarlas. En la empresa privada no se arriesga tan f¨¢cilmente". El promotor de rock, a?ade Mercader, es una especie en extinci¨®n. Como resumen del momento actual elige una frase de su amigo Keith Richards: "?ste es un negocio de pira?as".
![El p¨²blico celebra la actuaci¨®n de los Rolling Stones en su concierto del d¨ªa 21 en Barcelona.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/A5YNXQIURJEY2MBFCOTZZEEJNU.jpg?auth=c765a73397fdc0d5063b479da91552f9760866176cb0a42baa6efeca75e63690&width=414)
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