Jose Tom¨¢s, politizado
No puede ser bueno para este torero excepcional de "tristeza difusa y contenida". Se ha escrito mucho sobre Jos¨¦ Tom¨¢s en estos d¨ªas de su memorable reaparici¨®n en Barcelona. Y se ha escrito en general bien y con encomiable entusiasmo. Lo merec¨ªa Tom¨¢s. Pero una vez aclarado esto, no podemos dejar de reconocer que ha quedado un cierto tufillo politiquero y medi¨¢tico de personas y escritores que han pretendido casi cantar una victoria.
Barcelona, plaza de las m¨¢s queridas por el torero, p¨²blico adorado de Jos¨¦ Tom¨¢s, fue en las circunstancias actuales bien elegida para montar all¨ª una reaparici¨®n tan esperada.
La reacci¨®n local de peque?os grupos antitaurinos y rid¨ªculos, no pudo tener ninguna importancia. Se esperaba. Pero todo ello no debe traducirse en una especie de triunfo pol¨ªtico. Si alg¨²n torero hay contenido, sobrio y honesto frente a la fatal man¨ªa y necesidad medi¨¢tica de nuestro tiempo, ese torero se llama Jos¨¦ Tom¨¢s. S¨®lo su palabra propia nos vale. Una vez m¨¢s ha permanecido en silencio y ha toreado mejor, de manera m¨¢s rotunda y profunda que nunca. Las cosas deben quedar as¨ª, sin manchas de otro tipo, que no hacen ning¨²n favor ni a su persona ni a su toreo. Tom¨¢s est¨¢ mucho m¨¢s all¨¢ de ese bien y ese mal. Nada tiene que ver con ello. Pero hoy por hoy mucha gente parece querer apropiarse de su pensamiento m¨¢s ¨ªntimo, y ya existe una "peque?a moda" de querer escribir sobre Jos¨¦ Tom¨¢s, en una palabra, de politizar medi¨¢ticamente "su consumo". Nada peor para este torero, que vuelve con la misma pureza y mayor madurez que la que ya ten¨ªa.
Yo recuerdo que un fat¨ªdico primero de junio del 2001, Jos¨¦ Tom¨¢s se dej¨® vivo un toro de Adolfo Mart¨ªn negro entrepelado, recuerdo tambi¨¦n que tanto la plaza como parte de la cr¨ªtica fueron implacables en la opini¨®n negativa sobre este hecho, se lleg¨® a decir incluso que era el principio de su decadencia final, que ya no era el de siempre. Pocos quisieron escribir voluntariamente sobre esa tarde. Yo escrib¨ª entonces entre otras cosas: "Creo que cuando Jos¨¦ Tom¨¢s recobre el equilibrio roto hoy por tanto desenga?o de malas pesadillas [parte de la mejor cr¨ªtica ya lo atacaba en esas fechas], volver¨¢ como siempre a ese toreo de enso?aci¨®n: el m¨¢s realista, m¨¢s aut¨¦ntico y m¨¢s l¨²cido que hemos visto en los ¨²ltimos a?os. No se puede perder todo en una fecha sin historia. No puede hundirse as¨ª quien de la superficie cre¨® la hondura". Hondura y silencio que hoy m¨¢s que nunca todos debemos respetar en Jos¨¦ Tom¨¢s. Para que siga libre en su gloriosa vuelta y reaparici¨®n. Para que "si el paisaje -como tambi¨¦n se ha dicho- es un estado del alma", cuando se sienta y se vea el paisaje de su toreo, nos quedemos convencidos de que su forma de torear expresa una verdad, una entrega y una autenticidad que nadie puede darnos en el toreo.
Dejarlo libre. Siempre libre.
Fernando Bergam¨ªn Arniches es escritor y articulista taurino.
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