"?V¨¢yase, se?or Rodr¨ªguez!"
?Le dice a usted algo el nombre de Vicente Beti? Seguramente, no. ?Se trata de una adivinanza? Es un hecho que sirve de ep¨ªlogo a lo que ocurri¨® ayer en el hemiciclo. He aqu¨ª la historia: es el 18 de abril de 1994. El debate del estado de la naci¨®n est¨¢ previsto para el d¨ªa siguiente. Ese d¨ªa, a las 13,15, el comando Barcelona de ETA, al mando de Felipe San Epifanio, lanza una granada desde un coche aparcado hacia el Gobierno Militar en Barcelona. Muere Vicente Beti, 43 a?os, casado. 2 hijos, y hay ocho heridos.
Al d¨ªa siguiente, 19 de abril, tiene lugar el duelo Felipe Gonz¨¢lez versus Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Esa tarde, el l¨ªder del Partido Popular lanza su famosa catilinaria:
-Usted ya no est¨¢ a la altura de las necesidades de Espa?a. Usted ha perdido toda la confianza. Usted no puede seguir gobern¨¢ndonos... ?V¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez!
Aznar, a cuenta, aquel a?o, de la corrupci¨®n; Mariano Rajoy a cuenta, ayer, de ETA, y en lo que ¨¦l mismo calific¨® como "el discurso m¨¢s doloroso" de su vida, empez¨®, continu¨® y termin¨® con ese mensaje, adaptado y reinterpretado para la situaci¨®n actual: "Su mandato no concluye en marzo. Ha concluido ya... Acepte las cosas como son...".
La clave, a juzgar por su insistencia, es lo que Rajoy define como las actas de las reuniones del Gobierno con ETA. "Ha llegado al lamentable extremo de que para avalar su palabra tendr¨ªa que mostrar las actas de las reuniones con ETA, y no espero que lo haga", dijo en su primera intervenci¨®n el l¨ªder del PP. "Entregue usted esas actas. ETA lo har¨¢. Tiene esa opci¨®n o el camino de la Zarzuela", insisti¨® una y otra vez.
Este peri¨®dico se?al¨®, a ra¨ªz de una primera versi¨®n sobre las conversaciones entre ETA y el Gobierno publicada en el diario Gara en julio de 2006, que las presuntas actas indignas -en referencia a la milonga de la alta traici¨®n cometida por Rodr¨ªguez Zapatero- parec¨ªa convertirse en la pistola humeante que el PP y sus portavoces medi¨¢ticos buscaban para precipitar la salida de Zapatero a trav¨¦s de "otro tipo de iniciativas". Rajoy se ha apuntado pues a esa b¨²squeda desesperada cual presunto talism¨¢n para ganar las elecciones generales. Ayer, su programa de acci¨®n fue: "Actas, actas, actas".
En el espect¨¢culo de la pol¨ªtica, Zapatero machac¨® a Rajoy. Lo hizo en varias fases. Su discurso de legislatura fue m¨¢s conceptual que otras veces y le permiti¨® diluir un a?o cr¨ªtico -fracaso de la apuesta por el final dialogado con ETA- en los otros dos que le precedieron. De su propia versi¨®n de lo que ha hecho el Gobierno emerge hasta qu¨¦ punto fue un error estrat¨¦gico colocar a ETA en el centro de sus planes. Ten¨ªa materia m¨¢s que suficiente para hacer un buen trabajo sin empecinarse en el terrorismo, al menos en una legislatura nacida de la herida del 11-M. Y ya en la r¨¦plica atrap¨® a Rajoy con la cuerda que ¨¦ste le proporcion¨®.
Fue un debate electoralista. Zapatero, a su modo, lo confirm¨®. Porque quiso especialmente presentarse con la oferta de 2.500 euros por el nacimiento de cada hijo a partir de ayer.
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