1.500
Para celebrar su Diario de Patricia (Antena 3) n¨²mero 1.500, Patricia Gazta?aga fue recibida como siempre: con gritos de "?guapa!" inducidos por el regidor y unas r¨¢fagas musicales que, en este caso, interpretaron, ah¨ª es n¨¢, La vida es bella. Seis a?os despu¨¦s de su estreno, el programa mantiene sus principios: acumular testimonios de gente vulnerable y hurgar en sus vidas hasta conseguir emociones susceptibles de atraer a la audiencia. Su horario, proclive a corromper la mitificada inocencia de los menores, lo ha convertido en uno de esos programas que algunos padres procuran prohibir a sus hijos. ?Es una mala influencia? La verdad es que viendo el debate sobre el estado de la naci¨®n (La 2), uno empieza a dudar de qu¨¦ pecados son peores.
Los sof¨¢s del plat¨® han acogido temas aparentemente fr¨ªvolos y otros m¨¢s emotivos, tratados con descarado paternalismo formal y sin demasiados escr¨²pulos conceptuales. El espectador, sin embargo, le ha dado su confianza con una fidelidad que, en t¨¦rminos jur¨ªdicos, podr¨ªa considerarse complicidad. Experiencias transferidas, sociolog¨ªa de una Espa?a con cientos de familias desestructuradas (a las que hay que sumar la traumatolog¨ªa de la distancia representada por una importante proporci¨®n de testimonios inmigrantes), la exhibici¨®n de intimidades ha sido un fil¨®n que, el martes, fue celebrado con una selecci¨®n de casos y reencuentros. El sensacionalismo lacrim¨®geno ha reemplazado a la emoci¨®n y el testimonio a la experiencia. Ya sea un hijo investigando su ADN o un adulto necesitado de cari?o, la f¨®rmula se repite y, de vez en cuando, produce alguna bajada de tensi¨®n o un desmayo lo bastante tr¨¢gico para ser carne de zapping. La adaptaci¨®n de un formato extranjero, pues, ha sido un ¨¦xito comercial y de audiencia innegable, un fen¨®meno capaz de sobrevivir a nuevas temporadas y cambios de direcci¨®n. Otra cosa es que algunos padres sigan procurando que sus hijos no lo vean, temerosos de que el piano que ilustra los reencuentros y abrazos perjudique seriamente su estabilidad emocional.
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