El poeta del exilio
Pr¨®ximo a cumplirse 70 a?os desde que sali¨® de Catalu?a, Ramon Xirau a¨²n escucha las olas del Mediterr¨¢neo desde esa biblioteca donde los libros se apilan sin piedad. El olor de la brisa de Cadaqu¨¦s entra por la ventana que mira al barrio colonial de San ?ngel y la Costa parece m¨¢s Brava desde aquel sill¨®n que mitiga el cansancio.
No hay nostalgia. Dice que no hay nostalgia por la tierra que lo ech¨®, pero cuando escribe poes¨ªa s¨®lo sabe hacerlo en su lengua materna: el catal¨¢n. Inevitablemente evoca los paisajes de su ni?ez, las fiestas familiares en Figueres, los viajes con sus padres por los pueblos de Catalu?a, su abuelo pescando en Cadaqu¨¦s desde la ventana de su habitaci¨®n, la casa de Barcelona que lo vio nacer en Proven?a 125, 3? 1?. Todo antes de 1938, a?o en que sali¨® de Barcelona hacia Francia, cuando Xirau ten¨ªa 13 a?os de edad, entonces ya era poeta, pero lejos estaba de convertirse en uno de los grandes exponentes de poes¨ªa catalana del siglo XX.
"La Espa?a que so?¨¢bamos es la que hay ahora. Una democracia de tendencia socialista", afirma Ramon Xirau
"Primero llegu¨¦ a Par¨ªs y despu¨¦s a Marsella; ah¨ª hab¨ªa un cura muy simp¨¢tico que recib¨ªa a ni?os exiliados espa?oles y me llevaba con otros ni?os para hacer la traducci¨®n del franc¨¦s al castellano", recuerda Xirau mientras camina de un sitio de la casa a otro y pregunta: "?Aqu¨ª est¨¢ bien o prefiere la sala?".
Con suave andar se dirige a una silla del amplio sal¨®n estilo franc¨¦s y contin¨²a: "Salimos en barco en 1939 rumbo a Am¨¦rica. Ese barco despu¨¦s fue bombardeado dos viajes despu¨¦s en Rotterdam. Llegamos a Nueva York y pens¨¦ que hab¨ªa llegado a Marte. Descubr¨ª los rascacielos y prob¨¦ la Coca-cola. Me sorprend¨ªan los espacios tan grandes a diferencia de la peque?a Europa. Despu¨¦s cruzamos por tierra las llanuras de Tejas y luego las del norte de M¨¦xico, y ah¨ª nos topamos con la revuelta de Juan Andreu Almaz¨¢n [descendiente de catalanes], que se postulaba para candidato a la presidencia de la Rep¨²blica. El recibimiento del pa¨ªs fue extraordinario".
"La tradici¨®n mexicana a partir de la independencia ya no es un M¨¦xico tan diferente de Espa?a; es una Espa?a anti-Espa?a y cuando llegu¨¦ con mis padres sab¨ªa todo de Pancho Villa y hab¨ªa le¨ªdo a los poetas Salvador Novo, Jos¨¦ Gorostiza y Xavier Villaurrutia, pero tambi¨¦n me interes¨¦ por la cultura ind¨ªgena, los tarascos y especialmente la cosmovisi¨®n de los mayas, que es menos feroz que la azteca, porque francamente eso de los sacrificios me da horror".
Bueno, la hoguera en la Edad Media y la guillotina en la Revoluci¨®n Francesa eran algo por el estilo.
-No tanto, era minoritario.
-Yo no estar¨ªa tan segura.
Xirau va nuevamente a la biblioteca y coge su libro Poes¨ªa completa, lo hojea para mostrar alg¨²n poema y confiesa: "No me lo va a creer, pero es el ¨²nico que tengo; si quiere s¨¢quele fotocopias, pero mire, ¨¦ste se lo regalo". Xirau escribe una dedicatoria en un ejemplar de Vida y obra de Ram¨®n Llull, de su padre y maestro el fil¨®sofo Joaquim Xirau.
-?Cu¨¢l era la Espa?a con la que so?aban usted y su padre cuando se exiliaron?
-La que hay ahora. Una democracia de tendencia socialista.
-?Qu¨¦ signific¨® para usted el exilio?
-Tener que forjarnos un futuro donde no ten¨ªamos nada. Los escritores catalanes en el exilio nos sent¨ªamos abandonados, porque nuestro pa¨ªs nos hab¨ªa olvidado; entonces ten¨ªamos que escribir a Espa?a para contar nuestras vidas y logros... Para Europa, M¨¦xico est¨¢ lej¨ªsimos; en cambio, desde aqu¨ª, Europa est¨¢ cerca. Hay m¨¢s desconocimiento de all¨¢ para ac¨¢ que de ac¨¢ para all¨¢. Mi primer libro se public¨® en M¨¦xico gracias a la ayuda del poeta y novelista Agust¨ª Bartra, quien nos recib¨ªa en su casa y le¨ªamos juntos poes¨ªas.
En 1951 sal¨ªa publicado Diez poemas; m¨¢s tarde, en 1955, L'espill soterrat, y el primer poemario que apareci¨® en Espa?a fue Las playas, en 1974. Despu¨¦s seguir¨ªan m¨¢s de 30 t¨ªtulos, no s¨®lo de poes¨ªa, tambi¨¦n de prosa y filosof¨ªa, consolidando as¨ª su carrera, que ha merecido diversos reconocimientos, como el doctor honoris causa por las universidades de Las Am¨¦ricas y de Barcelona, y ser galardonado con la medalla de la Orden de Isabel la Cat¨®lica y el Premio Internacional Alfonso Reyes, entre otros.
Las paredes sostienen fotograf¨ªas con aires de familia, gui?os mon¨¢rquicos y amistades entra?ables. Ah¨ª est¨¢ el joven Xirau con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, con Octavio Paz y Alfonso Reyes, de quien recuerda: "?bamos a su casa a tomar chocolate y la esposa de Reyes lo animaba a leer algo de su poes¨ªa; empezaba siempre neg¨¢ndose y al final lo hac¨ªa. Ten¨ªamos muy buena amistad, al igual que con Juan Rulfo, quien era de car¨¢cter introvertido y... este... este... ?Qu¨¦ le estaba yo diciendo?".
Su ayudante lo interrumpe. Xirau debe contestar una llamada de una conferencia que ha de atender, pues a sus 83 a?os a¨²n se encuentra en plena actividad y con gusto anuncia el pr¨®ximo viaje a Barcelona para este oto?o con motivo de la publicaci¨®n biling¨¹e de Poes¨ªa completa en catal¨¢n y castellano. "F¨ªjese que la traducci¨®n no es m¨ªa, porque no puedo traducirme al castellano. En prosa s¨ª, pero en poes¨ªa nom¨¢s no puedo y curiosamente el traductor es de Canarias", explica con t¨ªmida sonrisa.
-?Qu¨¦ sinti¨® la primera vez que regres¨® a Barcelona despu¨¦s del exilio?
-Regres¨¦ en 1976, un a?o despu¨¦s de la muerte de Franco, y antes de llegar ten¨ªa miedo de lo que encontrar¨ªa y fue todo lo contrario, me sent¨ª muy tranquilo, estaba en casa. A diferencia de otros amigos catalanes que sintieron grandes diferencias, yo no. La Rambla sigue siendo La Rambla, aunque haya muchos turistas y entonces recorr¨ª mis lugares: la calle de Montcada, la Casa Leopoldo, Montju?c, la plaza de Catalunya, donde sol¨ªa ir a una librer¨ªa que me gustaba mucho y ya no existe. Se llamaba... se llamaba... ?Ya no me acuerdo!
-Hay opiniones que manifiestan rechazo o preocupaci¨®n por la entrada de inmigrantes a Espa?a actualmente. ?Usted, como inmigrante, qu¨¦ piensa de eso?
-Que se olvidan de que Espa?a ha sido un pueblo que ha emigrado siempre... Antes de los Reyes Cat¨®licos, Espa?a era m¨¢s diversa, pero obligar a un centralismo y a una sola cultura provoc¨® entre muchas cosas una expulsi¨®n brutal como la de ¨¢rabes y jud¨ªos. Ser inmigrantes en nuestro caso permiti¨® que Espa?a germinara en otras tierras.
La respuesta a su pregunta quiz¨¢ est¨¦ en lo que mi padre pensaba de la vida, cuando escribi¨®: "(...) vivir es trascenderse y buscar en los ¨¢mbitos del mundo algo que haga la vida digna de ser vivida". En mi caso, despu¨¦s del Mediterr¨¢neo, el de Veracruz es mi mar.
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