Hacia el orgullo mani¨¢tico
Aqu¨ª el que no se siente orgulloso de ser gay se cree importante por hacerse unas rayitas o se da por absuelto de sus tropel¨ªas p¨²blicas porque habr¨ªa recibido el sobresaliente del voto en las urnas
Orgullo
Lee Konitz Nonet Lee Konitz (saxo alto), Ohad Talmor (saxo tenor), Russ Johnson (trompeta), Jacob Garchik (tromb¨®n), Denis Lee (clarinete bajo), Greg Hefferna (violonchelo), Andr¨¦ Fandes (guitarra), Matt Pavolka (contrabajo), Dan Weiss (bater¨ªa). Sala Rodrigo, Palau de la M¨²sica de Valencia. Viernes, 6 de julio 2007.
Nunca he sabido de qu¨¦ se siente orgulloso un gay, si de su orientaci¨®n sexual, de su manifestaci¨®n o de que felizmente sea compartida. Siempre he pensado que la orientaci¨®n homosexual rara vez es una opci¨®n personal sino m¨¢s bien una aceptaci¨®n de algo que a veces se oculta, a veces se vive con normalidad y otras veces se convierte en ostentaci¨®n. No me imagino a ninguna mujer alardeando de su heterosexualidad, pero debo decir que en mi orientaci¨®n heterosexual he recibido muchas alegr¨ªas del hecho tan simple de que otras personas incluyan en su distribuci¨®n anat¨®mica precisamente lo que falta en la m¨ªa. Tonter¨ªas como estas al margen, el sufrimiento m¨¢s o menos termin¨® y ahora reina la alegr¨ªa. Una alegr¨ªa que, a juzgar por la ¨ªndole de sus manifestaciones, ama los desfiles tanto como la Ofrenda fallera, el disfraz cutre tanto como los carnavales y una coreograf¨ªa como de entrada reciclada en la taberna.
Visto para sentencia
El tenebroso espect¨¢culo ofrecido por algunos abogados en las sesiones del juicio del 11-M que est¨¢ a punto de concluir es de tal envergadura que el personal se lo pensar¨¢ muy mucho de ahora en adelante antes de recurrir a sus servicios. La desverg¨¹enza, la chuler¨ªa, la insistencia en escarbar en detalles sin importancia respecto de lo que all¨ª se ha juzgado, han sido tan tabernarias y contundentes que lo que ahora mismo est¨¢ en entredicho es la funci¨®n misma de algunas abogac¨ªas y su descaro a la hora de alterar la estimaci¨®n de lo justo en la validaci¨®n de las cosas. Por si no estaban ya bastante desprestigiados los pol¨ªticos, ahora la ola de cambalaches de muy serias consecuencias alcanzar¨¢ tambi¨¦n a los profesionales que deben defendernos o acusarnos ante los tribunales. Al margen de los intereses del clan de los Jim¨¦nez que tratan de enmerdarlo todo, lo cierto es que la imagen de esa numerosa abogac¨ªa queda emborronada, tal vez por mucho tiempo.
El profeta desarmado
Rafael Blasco, ese gran te¨®rico de la ilustraci¨®n aplicada, clav¨® los resultados de las elecciones pasadas en las v¨ªsperas de su celebraci¨®n, pero su profetismo no le alcanz¨® para aventurar que su destino en la victoria ser¨ªa verse relegado a un departamento de inmigraci¨®n que no se distingue por la magnificencia de su dotaci¨®n presupuestaria. Que no se preocupe, porque no ser¨¢ faena lo que habr¨¢ de faltarle. Estamos seguros de que echando mano una vez m¨¢s de sus m¨²ltiples recursos adivinatorios y de esa versatilidad que le ha permitido vivir con desahogo, con mucho desahogo, casi tanto como su desenvoltura, a costa de los presupuestos p¨²blicos desde los tiempos de la transici¨®n, sabr¨¢ apa?¨¢rselas para darle a cada inmigrante lo que se merece. Tampoco debe inquietarse caso de no conseguirlo. Siempre puede ser nombrado director del IVAM a poco que se descuide.
Que no falte de nada
Creo que alguna vez lo dije, aunque no me gusta repetirme, por cortes¨ªa hacia el lector aburrido de novedades. Ning¨²n n¨²cleo dirigente de una sociedad m¨¢s o menos avanzada de nuestro tiempo podr¨ªa subsistir sin el consumo simult¨¢neo de estimulantes y de tranquilizantes, as¨ª que, como era de esperar, el orfidal se toma con coca¨ªna diluida en whisky escoc¨¦s. O eso creen los que lo consumen. Y as¨ª como los soldados se lanzan al ataque ciegos de anfetaminas, los oficinistas de alto riesgo empiezan la semana diseminando restos de coca en el ba?o de la empresa, por lo cual la adicci¨®n involuntaria de las se?oras de la limpieza arroja ya ¨ªndices inquietantes para sus maridos de la construcci¨®n adictos al carajillo y para los ni?os que pronto empezar¨¢n con el valium. Y listillos como Szasz, Savater o Escohotado (por orden de aparici¨®n en escena) diciendo chorradas sobre la medicalizaci¨®n de la experiencia.
La tragedia del Centre Dram¨¤tic
Se cumplen veinte a?os de la puesta en marcha del Centre Dram¨¤tic de la Generalitat Valenciana, un acontecimiento crucial en su tiempo que nadie celebrar¨¢ porque de todo aquello apenas queda nada. La gesti¨®n de Inma Gil L¨¢zaro se ha caracterizado por su falta de gesti¨®n, delegando todo en quien siempre ha sido due?o y se?or del invento, el todopoderoso jefe de producci¨®n, que pasa por ser el ¨²nico que sabe algo de teatro en esa oscura casa. Ahora se cierra el Rialto por obras. Nadie lo echar¨¢ de menos. Y no se sabe si seguir¨¢ usando L'Altre Espai en arrendamiento. Un Espai donde Carles Alfaro hizo su negocio, remodelando con subvenciones una nave de su familia y alquil¨¢ndola despu¨¦s a los mismos que financiaron la remodelaci¨®n. Otro lince.
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