Al Qaeda no quita ojo a Gaza
Varios clanes de la franja utilizan la bandera de la organizaci¨®n de Osama Bin Laden
Al Qaeda no quita ojo a Gaza. Ayman al Zawahiri, lugarteniente de Osama Bin Laden, aprovecha todo acontecimiento pol¨ªtico de calado para salir a la palestra. Todo lo que huela a compromiso entre Ham¨¢s y Al Fatah le provoca sarpullidos. Tampoco le agrada que el movimiento fundamentalista palestino haya admitido oficialmente su disposici¨®n a crear un Estado -aunque sin reconocer la legitimidad de Israel- en los territorios ocupados en la guerra de junio de 1967.
Jaled Meshal, l¨ªder de Ham¨¢s en el exilio de Damasco, y el presidente, Mahmud Abbas, pactaron en febrero en La Meca la formaci¨®n de un Gobierno de unidad nacional y Al Zawahiri se revolvi¨® en su escondite. "Ham¨¢s ha entregado a los jud¨ªos la mayor parte de Palestina, ha ca¨ªdo en el pantano de la rendici¨®n. El acuerdo de La Meca es un intento del Sat¨¢n estadounidense y de su agente saud¨ª por quebrar la resistencia a la ocupaci¨®n israel¨ª", declar¨® en un v¨ªdeo emitido por la cadena Al Yazira el pasado 11 de marzo. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde se constitu¨ªa el Ejecutivo de unidad.
La miseria crece a ritmo fren¨¦tico y la clausura del territorio es cada vez mayor
Dos semanas despu¨¦s de que Ham¨¢s desmantelara los cuerpos de seguridad leales a Abbas en Gaza y se hiciera con el control absoluto de la franja, el 14 de junio, Al Zawahiri reapareci¨® exultante y alent¨® a Ham¨¢s a que impusiera inmediatamente la ley isl¨¢mica: "Hoy debemos ayudas a los muyahidin en Palestina, incluidos los de Ham¨¢s, a pesar de los errores de su direcci¨®n. Decimos a nuestros hermanos de Ham¨¢s que nos tienen a su lado, pero deben rectificar su l¨ªnea pol¨ªtica de sumisi¨®n a Israel".
En las calles de Gaza no se habla de Al Qaeda. El territorio ocupado est¨¢ aislado por mar, tierra y aire. Israel ejerce un f¨¦rreo control de la salida y entrada de personas y mercanc¨ªas, cuando se permite. A diferencia de las fronteras porosas de otros pa¨ªses ¨¢rabes, las de Cisjordania y Gaza son casi herm¨¦ticas. No es el lugar m¨¢s apropiado para que florezcan grupos afines a Al Qaeda. Su implantaci¨®n es nula, si acaso incipiente. Porque el denominado Ej¨¦rcito del Islam, que mantuvo al corresponsal de la BBC Alan Johnston secuestrado durante 114 d¨ªas hasta el 4 de julio, es una banda criminal dirigida por la familia Dogmush, bien conocida por los lugare?os. La naturaleza de Las Espadas del Islam, que ha lanzado la amenaza de decapitar a las presentadoras de televisi¨®n que no lleven velo, es m¨¢s discutida. En todo caso, desde hace tres semanas no se han registrado ataques contra videoclubes ni los escasos centros cristianos; tampoco han sido asesinadas prostitutas, ni arrasados comercios.
Jalil Nofal, el dirigente de Ham¨¢s que negoci¨® con el clan Dogmush la liberaci¨®n del periodista brit¨¢nico, asegura: "Sabemos qui¨¦nes utilizan los m¨¦todos de Al Qaeda. Son clanes que intentan cubrirse con esa bandera para aparentar m¨¢s fuerza de la que en realidad tienen. Por eso utilizan nombres como Ej¨¦rcito del Islam. Los tenemos muy bien identificados". "Nosotros", a?ade, "no queremos un emirato isl¨¢mico; queremos que se respete la democracia. Ya he advertido a la delegaci¨®n egipcia: 'No deb¨¦is temer a Ham¨¢s'. Pero si siguen adelante con el cerco al Gobierno, pueden aparecer grupos m¨¢s extremistas, al estilo de Al Qaeda, a los que nosotros nos oponemos y tememos". Abu Obaida, portavoz de las milicias Ezed¨ªn el Kassam, brazo armado del grupo islamista, incide: "Lo de Al Qaeda no es ning¨²n fen¨®meno. Van a desaparecer por s¨ª mismos porque no tienen ning¨²n apoyo. Los que lanzan estas amenazas siguiendo los m¨¦todos de Al Qaeda son bien conocidos. Los frenaremos si vuelven a aparecer".
No obstante, el caldo de cultivo existe. La miseria crece a ritmo fren¨¦tico en Gaza y la clausura del territorio es cada vez m¨¢s asfixiante. Pero en las calles de la franja casi nunca se habla de Al Qaeda. No tiene implantaci¨®n o es demasiado incipiente.
Adem¨¢s, la estrategia de Ham¨¢s dista un abismo de la de Al Qaeda. El movimiento palestino nunca ha perpetrado un atentado terrorista fuera de Israel, y son ya tres a?os sin lanzar a sus suicidas contra los civiles israel¨ªes. Su milicia apenas ha disparado cohetes Kassam desde enero de 2006, cuando vencieron en las elecciones legislativas. Es evidente que a Ham¨¢s, que acaba de adue?arse de Gaza y que tiene una estrategia pol¨ªtica a muy largo plazo, poco le interesa que grupos m¨¢s extremistas creen obst¨¢culos a?adidos. "Se busca cualquier excusa para atacarnos. Estados Unidos, Egipto y Jordania saben que no tenemos nada que ver con Al Qaeda. Nosotros rechazamos la utilizaci¨®n de nuestra causa m¨¢s all¨¢ de la lucha contra la ocupaci¨®n", concluye Mohamed Shihab, uno de los fundadores de Ham¨¢s.
Dos casas, dos mensajes
La vivienda particular del presidente Mahmud Abbas en Gaza est¨¢ custodiada por milicianos de Ham¨¢s. Hace s¨®lo unos d¨ªas, la carne a¨²n estaba en el congelador y los cepillos de dientes en el cuarto de ba?o. Una pintura, con un Abbas bien joven, cuelga en el recibidor; las fotograf¨ªas de Abbas firmando los acuerdos de Oslo en Washington permanecen en las paredes; los ¨¢lbumes de fotos se pueden ojear; los salones y las televisiones siguen intactos; las revistas est¨¢n sobre las mesas de los amplios salones. Es evidente que la propaganda lanzada por dirigentes de Al Fatah -las casas de Abbas y Arafat en Gaza han sido arrasadas, dec¨ªan- fue falsa.
En la casa de Mohamed Dahlan, diana de las iras islamistas y jefe de los cuerpos de seguridad afines a Al Fatah que entregaron los cuarteles generales a Ham¨¢s, el panorama est¨¢ en las ant¨ªpodas. Nadie vigila la que fue su lujosa residencia. S¨®lo las paredes quedan en pie. Todo ha sido saqueado. "Dahlan, cerdo, vete al infierno", reza una pintada. De los yacuzis no queda nada. Los curiosos visitan la casa y un hombre ha logrado ya arrancar la ¨²ltima palmera del jard¨ªn.
Ham¨¢s se esmer¨® en establecer diferencias. No se cansan sus l¨ªderes de repetir que la guerra no estaba dirigida contra Al Fatah y que Abbas es un presidente leg¨ªtimo: "No hubo guerra civil ni golpe de Estado. Fue una guerra contra Dahlan y su banda criminal que colabora con Israel", afirman.
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