Los Veintisiete frenar¨¢n los cambios a una ley medioambiental clave impulsados por el PPE y la extrema derecha en la Euroc¨¢mara
Varios pa¨ªses, entre ellos Espa?a, Francia, Alemania y Pa¨ªses Bajos, forman una minor¨ªa de bloqueo a las enmiendas a la ley de deforestaci¨®n que salieron adelante en la primera alianza legislativa de conservadores y ultras y que rebajaban la ambici¨®n de la norma
La primera gran alianza legislativa del Partido Popular Europeo (PPE) con las formaciones de extrema derecha de la Euroc¨¢mara va a ser frenada por los Estados miembros. Varios pa¨ªses han logrado formar una c¨®moda minor¨ªa de bloqueo ¡ªentre ellos Espa?a, Francia, Alemania y Pa¨ªses Bajos¡ª contra las enmiendas votadas hace una semana en el Parlamento Europeo para rebajar la ley de deforestaci¨®n, una normativa medioambiental pionera en el mundo y que los conservadores europeos, aprovechando un voto para aplazar un a?o su implementaci¨®n y con el respaldo de los votos ultras, hab¨ªan tratado de vaciar de contenido, en el marco de sus ataques a leyes clave del Pacto Verde Europeo.
Al no inicial de Alemania, Espa?a y Francia ¡ªtres de las cuatro principales econom¨ªas de la Uni¨®n¡ª se han unido al menos Pa¨ªses Bajos y B¨¦lgica y no se descarta que se sumen m¨¢s pa¨ªses cuando se presente la ley reformada, este mi¨¦rcoles, a los representantes de los Estados (embajadores ante la UE) que tienen que darle el visto bueno, confirman varias fuentes diplom¨¢ticas. Lo que m¨¢s ha molestado ha sido la enmienda que crea en la ley una nueva categor¨ªa de ¡°pa¨ªses de no riesgo¡±, que se teme constituya una puerta de salida para pa¨ªses, tambi¨¦n europeos, que busquen evitar el impacto de esta ley que prev¨¦ cerrar el mercado europeo a productos como el caf¨¦, el cacao o la madera que procedan de tierras deforestadas. Un cambio ¡°sustancial¡±, critican, cuando apenas quedan seis semanas de margen para modificar un texto de impacto mundial que llev¨® mucho tiempo ser acordado.
La ley de deforestaci¨®n, ratificada en 2023 con holgadas mayor¨ªas tanto por los Estados como en la Euroc¨¢mara, deb¨ªa empezar a ser aplicada a partir del pr¨®ximo 1 de enero. Pero tras m¨²ltiples presiones de la industria, lobbies, pa¨ªses ¡ªtanto europeos como algunos de los m¨¢s afectados, como Brasil, Indonesia o Malasia¡ª y hasta variados grupos pol¨ªticos europeos, la Comisi¨®n Europea acept¨® el pasado octubre aplazar un a?o su implementaci¨®n. Al tratarse de una ley ya aprobada, el cambio deb¨ªa recibir el visto bueno de las dos partes que la negociaron: el Consejo, es decir, de los Estados, y del Parlamento Europeo. Y es ah¨ª donde el PPE aprovech¨® para presentar una serie de enmiendas ¡ªempezando por aplazar hasta dos a?os su entrada en vigor¡ª que, seg¨²n coinciden defensores de la ley, tanto legisladores como de la sociedad civil, habr¨ªa significado vaciar totalmente de contenido el reglamento pionero. Tras un acuerdo con los liberales de Renew, el PPE acept¨® retirar algunas de las enmiendas m¨¢s duras (adem¨¢s de los dos a?os, pretend¨ªa que solo el productor original tuviera que dar garant¨ªas sobre la no deforestaci¨®n y no el resto de la cadena de producci¨®n, lo que pr¨¢cticamente habr¨ªa dejado las cosas tal como estaban hasta antes de la ley). Pero mantuvo la de la categor¨ªa de ¡°pa¨ªses de no riesgo¡± que ha puesto en contra ahora a varios Estados.
Votaci¨®n muy ajustada
En una votaci¨®n muy ajustada ¡ªalgunas de las enmiendas obtuvieron luz verde por una diferencia de solo tres o cinco votos¡ª, la Euroc¨¢mara aprob¨® la ley con las enmiendas de los conservadores la semana pasada, en una acalorada votaci¨®n que solo sali¨® adelante gracias a que el PPE, que pr¨¢cticamente vot¨® en bloque a favor de los cambios, cont¨® con el amplio apoyo de todos los grupos ultras a su derecha: los Conservadores y Reformistas (ECR) de Giorgia Meloni, los Patriotas por Europa del h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n y la l¨ªder ultra francesa Marine Le Pen y Europa de las Naciones Soberanas (ESN) donde se sienta el partido de extrema derecha alem¨¢n Alternativa para Alemania (AfD), del que los conservadores germanos, en plena campa?a electoral nacional, reniegan en sus tierras, pero no rechazan su apoyo en Bruselas.
No fue la primera vez, desde que las elecciones europeas de junio dieron un nuevo peso in¨¦dito a la extrema derecha, que el PPE romp¨ªa su tradici¨®n de negociar con los partidos proeuropeos tradicionales para aliarse con los ultras. Ya lo hicieron antes en cuestiones como el apoyo a crear centros de deportaci¨®n fuera de la UE o para sacar adelante una resoluci¨®n parlamentaria reconociendo a Edmundo Gonz¨¢lez como presidente leg¨ªtimo de Venezuela (ese acuerdo, impulsado por el PP espa?ol, fue la primera gran alianza de los conservadores con los ultras, que desde entonces se conoce ya popularmente como la ¡°alianza Venezuela¡±). Pero el voto de la ley de deforestaci¨®n supuso un paso m¨¢s, ya que fue el primero con el que el PPE logr¨® sacar adelante una iniciativa legislativa con apoyo de las derechas m¨¢s extremas. Todo ello en medio de las duras negociaciones para aprobar al equipo de comisarios de Ursula von der Leyen, incluida la espa?ola Teresa Ribera como vicepresidenta ejecutiva de la Comisi¨®n que el PP intenta desbancar.
El no a los cambios obligar¨¢ a la presidencia de turno h¨²ngara de la UE a actuar r¨¢pido: si no se vuelve a negociar de inmediato con el Parlamento Europeo un texto consensuado, el riesgo es que entre en vigor la ley de deforestaci¨®n tal como estaba, es decir, a partir de enero. Un paso en el que el principal perdedor ser¨ªa el PPE, que se hab¨ªa erigido en el principal defensor de aplazar como fuera la ley.
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