Inmenso dise?o
Pasado San Marcial y San Crist¨®bal, se nos acercan, con parsimonia y firmeza, la Virgen del Carmen, Santiago Ap¨®stol, San Roque y toda una ristra (o pl¨¦yade, da igual) de santos y v¨ªrgenes veraniegos y veraniegas, que no quiere decir precisamente que nieguen la existencia del verano sino todo lo contrario. Vienen para todos: para el nativo, el for¨¢neo, el jodechinchos, el extranjero, el inmigrante y el charnego. Todos, pues, estamos de enhorabuena ante tan abundante santoral estival. Un pa¨ªs de fe dudosa en el sol, como Galicia, tiene en sus visitantes mundanos una nueva opci¨®n, un nuevo mensaje: "Gallegos, no veranegu¨¦is, veranead", vienen a decirnos. Como fieles y obedientes s¨²bditos de lo ignoto, retomamos nuestra tabla de surf, nuestro radiocassette, nuestro cubito y nuestra palita y nos ponemos al lado del puesto de helados o del chiringuito playero para observar gestos y maneras forasteras a imitar y, por consiguiente, agradar al que viene de fuera. Somos as¨ª, ?qu¨¦ le vamos a hacer!
Es tan as¨ª el verano en Galicia en estos ¨²ltimos tiempos, que este humilde redactor tuvo la ocasi¨®n el otro d¨ªa de presenciar, en la farmacia de la esquina, una escena de angustia preveraniega protagonizada por dos chicas que ped¨ªan de rodillas una crema autobronceadora. Hasta aqu¨ª bien. El problema para la farmac¨¦utica era que ambas las dos eran especialmente morenas. En otras palabras: se trataba de afroamericanas de piel oscura y eso descolocaba a la licenciada. ?Para qu¨¦ querr¨ªan la crema en cuesti¨®n? La respuesta era simple. Una de ellas era mulata y sus piernas -o eso afirmaba, pues iba en vaqueros- estaban demasiado blancas como para ponerse un bikini. Esta cuesti¨®n, poco habitual en la Galicia de tan s¨®lo hace diez a?os, va a tener que ser admitida por la Conseller¨ªa de Sanidade como una urgente necesidad interracial con la llegada del mes de julio. El orballo es un enemigo del carallo, menos en invierno que en verano.
La avalancha jacobea ya no es lo que era. Antes s¨®lo emprend¨ªan el Camino todos aquellos cristianos de fe ciega cuando el d¨ªa del Ap¨®stol coincid¨ªa en domingo. Como el D¨ªa da Patr¨ªa coincide con el del Santo Patr¨®n de las Espa?as de m¨¢s all¨¢ del Padornelo y de Pedrafita, hoy en d¨ªa no hay a?o sin la susodicha avalancha, una suerte de mezcolanza de amables gentes procedentes de todos los rincones del planeta. Esto, se mire por d¨®nde se mire, es bueno. Cada temporada aguarda cada gallego, con los brazos abiertos, la llegada de las gentes at¨®nitas y estupefactas que hasta aqu¨ª se acercan. A veces morimos aplastados como en los dibujos animados y otras, las m¨¢s, recibimos besos y abrazos por ser como somos, tener lo que tenemos, comer lo que comemos y beber lo que bebemos. Y estar donde estamos. Por eso ya no tenemos s¨®lo unos caminos que vienen desde el este o desde el sur. Tambi¨¦n hay rutas a¨¦reas que nos traen gentes menos caminantes y m¨¢s volantes. Son los que en TVG declaran con admiraci¨®n y seseo ante la catedral de Santiago: "Esto es inmenso, como de dise?o". ?Acaso a¨²n no vieron la c¨¢rcel de A Lama?
Somos tan de dise?o y tan inmensos que pasamos de cobrar en la puerta de nuestros monumentos. Nacimos dise?ados para la generosidad. Quiz¨¢ no para la inmensidad o el gigantismo que nos achacan, pero s¨ª para la esplendidez. A partir de ahora cantaremos y bailaremos para nosotros mismos sin dejar de darle al mundo y sus viajeros lo que necesitan: incertidumbre cu¨¢ntica y desaf¨ªos l¨®gicos. Preguntaremos de d¨®nde vienen para saber indicarles el destino por el que nos preguntan y advertiremos siempre que, vayan por donde vayan, hay que tomar todas las curvas sin el pesimismo que nos adjudica la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico a la hora de hacer balance de la siniestralidad estatal. Y flipar¨¢n viendo los episodios de Colombo en gallego. Porque es que, adem¨¢s, habla igual que el que vagamente recuerdan de Televisi¨®n Espa?ola. Ser¨ªa bueno que salga el episodio en el que Johnny Cash era el asesino y podamos parafrasear al teniente italiano de la polic¨ªa de Los ?ngeles: "Un pa¨ªs que canta no puede perder la esperanza".
julian@discosdefreno.com
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