El jefe de la trama de Ir¨²n vuelve a prisi¨®n tras no declarar y agravarse sus delitos
La Fiscal¨ªa aporta nuevos fraudes que elevan en 704.000 euros la suma apropiada por Bravo
El principal imputado en el fraude de la Hacienda de Ir¨²n, Jos¨¦ Mar¨ªa Bravo, volvi¨® a ingresar ayer en la c¨¢rcel de Martutene tras negarse a declarar ante la juez que instruye el caso. La orden de prisi¨®n incondicional fue adoptada a petici¨®n de la Fiscal¨ªa y ante la aparici¨®n de nuevos indicios que "agravan notablemente la importancia del delito" cometido por el ex director de la oficina tributaria de Ir¨²n. La juez considera "especialmente llamativo" el caso de una deuda de 220.000 euros cobrada por Bravo cuando ya estaba en excedencia y su correspondiente anulaci¨®n en la Hacienda foral.
El procedimiento judicial abierto contra Bravo experiment¨® ayer un giro inesperado tras su decisi¨®n de acogerse al derecho a no prestar declaraci¨®n en el juzgado. Adujo dos motivos para guardar silencio: "el volumen de las actuaciones y la incorporaci¨®n tard¨ªa a la causa de su letrado", quien "no ha tenido tiempo material" para estudiar las diligencias, seg¨²n consta en el acta de declaraci¨®n del imputado. Acto seguido, el fiscal Javier Larraya solicit¨® la prisi¨®n incondicional sin fianza, que justific¨® por la aparici¨®n de nuevos expedientes fiscales irregulares en los que podr¨ªa estar implicado Bravo, la "alarma social" que ha generado el caso y la existencia de "riesgo de fuga".
El abogado del acusado, Jes¨²s Urraza, argument¨® que no hay razones legales ni constitucionales para acordar la privaci¨®n de libertad sin juicio de su defendido ni existe peligro de fuga, por lo que pidi¨® que se le mantenga en libertad condicional. Los letrados de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa y de las Juntas Generales, que ejercen la acusaci¨®n particular, no se opusieron a la petici¨®n del fiscal.
En ese momento, la juez Almudena Ovejero, encargada de la instrucci¨®n de la supuesta estafa millonaria cometida en la Hacienda de Ir¨²n, acord¨® el reingreso en prisi¨®n de Bravo. En el auto, defiende esta medida por la relevancia de los "indicios de criminalidad" que implican al imputado. Recuerda la juez que Bravo, director de la Hacienda de Ir¨²n entre 1995 y abril de 2004, ingresaba en sus cuentas particulares cantidades econ¨®micas coincidentes con las que entregaban los contribuyentes deudores. Estas sumas de dinero nunca llegaron a las arcas forales.
S¨®lo estas conductas, sostiene la juez, pueden ser elementos suficientes para imputarle a Bravo sendos delitos continuados de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos y de falsedad en documento oficial. En la misma l¨ªnea argumental que el fiscal, la instructora del caso menciona la aparici¨®n de cerca de diez expedientes correspondientes a "nuevos perjudicados", que aumentar¨ªan el dinero defraudado a la Hacienda y el apropiado por la trama dirigida por Bravo.
Seg¨²n el ministerio p¨²blico, con esta decena de nuevos casos el jefe de la trama pudo embolsarse la cifra aproximada de 704.000 euros, con lo que la suma total estafada superar¨ªa los dos millones de euros. En estos supuestos, Bravo empleaba la misma mec¨¢nica: negociaba una rebaja del importe de las deudas con los contribuyentes, recib¨ªa pagos en met¨¢lico o en cheques, entregaba un justificante de embargo y la baja de insolvencia, sin que en la Hacienda guipuzcoana constaran el ingreso de tales sumas de dinero. A falta de una actualizaci¨®n, la Diputaci¨®n calcul¨® que las arcas forales han dejado de ingresar al menos cinco millones de euros.
La jueza considera "especialemente llamativo" el caso de un contribuyente que pag¨® 220.000 euros en 2004 en el "propio despacho de Bravo" (la asesor¨ªa Urdanibia), pese a que "en esa ¨¦poca el imputado se encontraba en excedencia" como funcionario de la Hacienda. Bravo incluso le dio un justificante de pago escrito en un papel con el encabezamiento y el logo de la asesor¨ªa.
Indicios contundentes
Esta pr¨¢ctica, dice en el auto, podr¨ªa ser constitutivo de "un delito de estafa de los considerados de especial gravedad". Con todo, concluye que los indicios que inculpan a Bravo "son m¨¢s graves y contundentes" que los que valor¨® en su anterior auto de prisi¨®n del 18 de mayo, en el que la juez le envi¨® a prisi¨®n bajo fianza de 400.000 euros. La cantidad fue entregada en el juzgado por su familia tras permanecer 26 d¨ªas en la c¨¢rcel.
La jueza vuelve a ordenar su ingreso en prisi¨®n, esta vez sin condiciones, al considerar que los nuevos expedientes irregulares pueden "agravar notablemente la importancia del delito". Respecto a la posibilidad de fuga, asegura que Bravo ha comparecido en el juzgado los d¨ªas 1 y 15 de cada mes, pero recuerda que el riesgo de huir de la acci¨®n de la justicia "es inherente en s¨ª a cualquier delito especialmente grave". Adem¨¢s de la alarma social que alegaba el fiscal, la jueza apunta que "tampoco es desechable" la posibilidad de"ocultar parte de las pruebas", como documentaci¨®n y dinero, si se mantiene al cerebro de la trama en situaci¨®n de libertad condicional.
Jos¨¦ Mar¨ªa Bravo, que accedi¨® por la puerta principal al Palacio de Justicia acompa?ado por su abogado y en medio de una amplia presencia de informadores, abandon¨® las dependencias horas despu¨¦s desde el garaje del edificio, sin que pudiera ser captado por las c¨¢maras el momento en que era conducido a Martutene.
Durante su comparecencia en el juzgado, Bravo se limit¨® a seguir el consejo de su letrado para negarse a declarar. S¨®lo intervino al final, cuando se le comunic¨® su reingreso en prisi¨®n. En relaci¨®n al riesgo de fuga, el presunto estafador pidi¨® que se tuviera en cuenta su "arraigo social" y aleg¨® que tiene una esposa, dos hijos en edad escolar y que acude al trabajo de forma regular desde que se inici¨® el procedimiento.
En las diligencias tambi¨¦n estuvieron presentes los abogados de los tres restantes acusados -su esposa Rosa Mar¨ªa Cobos, la funcionaria de Hacienda Pilar Gracenea y su socio Pedro Atristain- y el letrado Jos¨¦ Mar¨ªa Elosua, en representaci¨®n del sindicato LAB, que act¨²a en la causa como acusaci¨®n popular.
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