La infancia del Raval
Los datos recientes del Consejo Econ¨®mico y Social de Barcelona lo confirman: Ciutat Vella es hoy el distrito de mayor potencial de poblaci¨®n activa de la ciudad, con un 15,2% de habitantes menores de 15 a?os. En concreto, en el Raval el padr¨®n de 2005 indicaba que all¨ª viv¨ªan 5.601 ni?os y adolescentes de menos de 16 a?os, con una distribuci¨®n que primaba las franjas de edad m¨¢s tempranas. Ese barrio que llamamos viejo es hoy el m¨¢s joven; hasta cierto punto, bien podr¨ªamos decir que vive hoy una nueva infancia y alberga hoy la madurez m¨¢s inmediata del pa¨ªs. Y no hay duda de que el asentamiento de personas procedentes de la inmigraci¨®n -un 46% de vecinos del barrio- y, en menor medida, de familias nativas de clase media -un 15%- es la clave que explica el fen¨®meno y hace comprensible el valor casi de met¨¢fora que tiene para propios y extra?os el Raval, compendio de las grandes din¨¢micas que est¨¢n determinando la vida de las grandes ciudades del llamado primer mundo.
Un estudio desglosa los elementos b¨¢sicos del paisaje urbano del Raval y su relaci¨®n con las instituciones pol¨ªticas
No es casual, al respecto, que en poco tiempo hayamos podido asistir al estreno de tres pel¨ªculas sobre lo que fue un d¨ªa el Chino y su vida cotidiana de hoy. En construcci¨®n, de Jos¨¦ Luis Guer¨ªn; De nens, de Joaquim Jord¨¤, y ahora mismo Raval, Raval, de Antoni Verdaguer. Tampoco es por azar que la m¨¢s profunda y dura de las tres, la de Jord¨¤, adopte como asunto central el de una infancia violada no por pederastas perversos, sino por todo un sistema de poder y dinero que ha convertido la ciudad entera en una mercader¨ªa, puesta en venta con seres humanos dentro.
Es esa importancia que cabe asignarle a c¨®mo est¨¢n creciendo los ni?os y los adolescentes del Raval que merece la pena destacar el valor del informe que hace poco publicara la Fundaci¨® Tot Raval con el t¨ªtulo Diagn¨°stic: Inf¨¤ncia, adolesc¨¨ncia i fam¨ªlies al Raval. Este trabajo es el resultado de una indagaci¨®n rigurosa y sistem¨¢tica sobre las condiciones de vida en el barrio, con ¨¦nfasis en las que afectan a su nueva canalla, sector de la poblaci¨®n al tiempo en extremo vulnerable y estrat¨¦gico en orden a hacer la prospectiva de lo que ser¨¢ la ciudad y el pa¨ªs en las pr¨®ximas d¨¦cadas. El estudio va desglosando los elementos b¨¢sicos de ese nuevo paisaje humano y de la relaci¨®n que con ¨¦l est¨¢n teniendo las instituciones pol¨ªticas, y lo hace de una manera que es a la vez positiva -hay que actuar, y hacerlo ahora- y cr¨ªtica -lo que se hace no basta; se requiere m¨¢s fuerza humana y m¨¢s recursos. Y eso en todos los ¨¢mbitos: vivienda, salud, ense?anza, participaci¨®n... El protagonismo de esa urgente intervenci¨®n p¨²blica -para reparar o aliviar desmanes que a veces la propia Administraci¨®n ha propiciado o de la que ha sido c¨®mplice- le corresponde a profesionales que -y eso tambi¨¦n se destaca- no siempre gozan de la estabilidad y el reconocimiento que merecen y que garantizar¨ªa mejor la eficacia de su labor.
Pero lo que m¨¢s destaca de este trabajo no son los valiosos datos que nos da a compartir, ni lo indicado de sus conclusiones y propuestas, sino un aire y un estilo de hacer que evoca, sin duda, los momentos heroicos que protagonizaran los investigadores de la Escuela de Chicago, aquellos cient¨ªficos sociales que se lanzaron a las calles y a los barrios de las grandes ciudades norteamericanas, en las primeras d¨¦cadas del siglo XX, para ver sobre el terreno c¨®mo se estaba produciendo la instalaci¨®n en ellas de grandes oleadas de inmigrantes, ese fen¨®meno de nomadismo de masas que parece sorprendernos a nosotros, aqu¨ª y ahora, cuando es tan antiguo como la humanidad misma.
Fueron los Thomas, Wirth, Park, Anderson, etc¨¦tera, quienes entendieron que el m¨¦todo etnogr¨¢fico de trabajo de campo era y es la herramienta fundamental para comprender qu¨¦ est¨¢ ah¨ª fuera, en un universo social que los t¨®picos desfiguran y que exige ser examinado bien de cerca o sumergi¨¦ndose en su seno. Como aquellos pioneros que inauguraron la antropolog¨ªa urbana hace casi un siglo, los autores del trabajo sobre la infancia y la adolescencia en el Raval -antrop¨®logos tambi¨¦n, y no es casual- est¨¢n animados por parecida voluntad casi ansiosa por saber qu¨¦ est¨¢ pasando en realidad en la realidad, y hacerlo al margen y con frecuencia contra la trivialidad de que se nutre entre nosotros los discursos medi¨¢ticos y pol¨ªticos sobre la inmigraci¨®n. Son esos etn¨®grafos de nuestros nuevos-viejos barrios populares quienes levantan acta -a pie de calle, hablando con la gente y sobre todo escuch¨¢ndola- de qu¨¦ est¨¢ pasando ante nuestros ojos o a nuestro alrededor y cu¨¢les son sus significados y sus implicaciones, para ahora y para ma?ana.
Tal es la evidencia ante la que este informe dirigido por Marta Tru?o nos coloca: es urgente aprender a base de aprehender, es decir, de escrutar, observar atentamente, anotar lo que se ve y lo que se oye y analizarlo luego..., eso que damos en llamar trabajo sobre el terreno y que es el rasgo singular de la antropolog¨ªa como oficio. ?sa es la lecci¨®n que los autores de esta investigaci¨®n han entendido y nos imparten. Los poderosos son conscientes de lo mismo que deber¨ªan serlo quienes pretenden desenmascararlos: para dominar, como para transformar o simplemente mejorar las cosas, es en todos los casos indispensable conocer. Y ¨¦se es el m¨¦rito de esta investigaci¨®n sobre la infancia del Raval, en el doble sentido de sobre los ni?os que lo habitan y sobre los primeros a?os de su nueva vida de barrio: gracias a ella ahora sabemos m¨¢s de lo que sab¨ªamos o cre¨ªamos saber.
Manuel Delgado es profesor de Antropolog¨ªa Urbana en la Universidad de Barcelona.
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