Un estropicio 'universal'
El encierro de Domecq se salda con 13 heridos, tres de ellos de car¨¢cter muy grave
Ayer hubo en Pamplona un estropicio universal. Un chandr¨ªo, como se dice por esta tierra, de cornadas en todas las partes del cuerpo. Resultado: siete personas heridas por asta y trece asistencias hospitalarias rese?ables, tres de ellas con pron¨®stico muy grave: el pamplon¨¦s, de 48 a?os, J. A. J., corneado en la cara posterior del t¨®rax, que presentaba asimismo fracturas vertebrales; el mexicano R. E. A., de 23, corneado en doble trayectoria en el abdomen y en la cara anterior del muslo izquierdo y el alem¨¢n, de 26 a?os, V. V. F., aquejado de un grave traumatismo craneoencef¨¢lico.
El causante de casi todo eso y de que el encierro fuera el m¨¢s largo de las fiestas, con m¨¢s de seis minutos de duraci¨®n, fue un ¨²nico animal: Universal, negro bragado, de 575 kilos, marcado a fuego en el lomo con un n¨²mero, el 69, m¨¢s propicio a chistes tabernarios que a una cifra maligna. Pero as¨ª fue.
Los astados de la ganader¨ªa gaditana del Marques de Domecq protagonizaron el pasado a?o el encierro m¨¢s peligroso de San Ferm¨ªn, dejando dos heridos por asta, y ayer repitieron el dato pero pusieron el list¨®n demasiado alto.
La manada sali¨® nerviosa y a gran velocidad de los corrales. No falla. La cuesta de Santo Domingo es siempre una exhalaci¨®n. Universal comenz¨® ya a situarse sobre la parte derecha de unos bueyes que imprimen enorme velocidad a la carrera. Se comenz¨® a notar ayer m¨¢s afluencia de corredores en todos los tramos.
La carrera fue bien hasta el final de la cuesta. Ah¨ª, Universal ya se fijaba en todos. Primero arroll¨® a un corredor al que no le dio tiempo a apartarse. Metros m¨¢s arriba, barri¨® la valla de madera que llega a la plaza del Ayuntamiento. Arremeti¨® contra los que all¨¢ estaban, enganch¨® a un mozo y lo lanz¨® por el aire al medio de la calle. Acto seguido comenz¨® su err¨¢tica cacer¨ªa al hombre. Cruz¨® la calle hasta el lado izquierdo y fue directo contra un grupo de espectadores parados. Los enganch¨® y produjo el primer chandr¨ªo gordo. De debajo del toro se levant¨® tambi¨¦n una joven rubia de larga melena.
Universal sigui¨® resbalando hacia Mercaderes cuando la manada ya corr¨ªa por Estafeta. El p¨¢nico se extendi¨®. Universal estaba en todos los sitios, corneando al joven moreno que esperaba en el quicio de una puerta que nunca debi¨® abrirse, acunando al corredor de pelo cano en sus cuernos para arrojarlo al suelo con gran batacazo y as¨ª, metro a metro, una y otra vez.
Los dem¨¢s toros ya hab¨ªan entrado al coso taurino haciendo con los mansos alg¨²n que otro emparedado de corredor en el callej¨®n. Por detr¨¢s, el reguero de sangre de Universal crec¨ªa: el polaco T. G., de 29 a?os, herido por asta en zona perineal de pron¨®stico grave; el estadounidense M. L., de 23 a?os, corneado grave en la parte posterior de la rodilla; Jes¨²s ?ngel Merino Orduna, de Funes (Navarra), de 50 a?os, corneado en la Estafeta en la axila izquierda, L. L., de 26 a?os, estadounidense, conducido al hospital desde la zona de Mercaderes con herida de asta en el gl¨²teo y el noruego Christopher Neiff, de 24, herido por asta de toro en la pierna izquierda. A los hospitales llegaron m¨¢s heridos: R. A. R., de 23 a?os, de Onda (Castell¨®n), con un traumatismo craneoencef¨¢lico y herida en cuello cabelludo; I. V. T., de 24, de Lesaka, con pron¨®stico leve; J. M. G., de 49, de Berriozar, con traumatismo craneal leve y el franc¨¦s J. P., de 25, con luxaci¨®n de hombro izquierdo.
Para que Universal entrara en la Monumental, los pastores, preciosa estampa, tuvieron que hacer en el callej¨®n una especie de barrera humana de color verde y varas trenzadas de lado a lado. El bicho se volvi¨®, mir¨®, se crey¨® el truco y por fin entr¨® a la plaza dando m¨¢s sustos. Las c¨¢maras de Cuatro nos mostraron que ni siquiera en los corrales dejaba de fijarse. No se fiaba. Ya estaba solo, pero segu¨ªa buscando guerra. Es la ley universal del hombre frente a la bestia. Y ayer se cumpli¨®.
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