Puesto de recuerdos

La otra tarde, entre vino y vino, me vino a la cabeza la cantidad de a?os que tengo. La verdad es que no los aparento, pero tantos recuerdos y l¨ªos en la cabeza no pueden ser el resultado de sue?os. Le comentaba a Cristian y su colega Xavi la reaparici¨®n de Thierry Mugler en Barcelona, y me sorprendi¨® que Xavi, que est¨¢ en tercero de moda, conociera muchas de las grandes piezas de este dise?ador que tan por delante de su tiempo fue, sobre todo en el uso de materias y l¨ªneas poco convencionales.

Mugler y Montana, Ala?a y alg¨²n que otro m¨¢s fueron de esos pioneros en la moda que, de finales de los setenta a mediados de los ochenta, fomentaron en m¨ª esa ilusi¨®n diaria de hacer cosas para "ponerse". Recuerdo mis viajes a Barcelona buscando como loco, de quiosco en quiosco, las escasas revistas de moda que s¨®lo all¨ª se pod¨ªan encontrar, y la cara de bobo que se me quedaba cuando, p¨¢gina tras p¨¢gina, ellos siempre me sorprend¨ªan. Unos por sus fotos, otros por sus l¨ªneas en uve y Azzedine, por el desafiante patronaje. Fui afortunado por poder conocerles uno a uno, y en diferentes situaciones, como a Claude Montana con su muy sospechoso bronceado en Pacha de Madrid, despu¨¦s de suicidarse en Tokio su tambi¨¦n sospechosa esposa. Lo de Azzedine Ala?a fue en el C¨ªrculo de Bellas Artes. Durante una exposici¨®n para Vuitton, me hizo mucha gracia ver que realmente su estatura no condiciona su amabilidad y su gran aportaci¨®n a la moda, y mira que es dif¨ªcil con lo altas que son las modelos. En el caso de Thierry Mugler, le conoc¨ª en la presentaci¨®n de uno de sus perfumes en Barcelona, rodeado de mucho chico guapo y mucha ni?a mona pero ninguna sola. Ni ¨¦l tampoco, precisamente.

Antonio Alvarado, dise?ador de moda