Media hora de mordiscos
Sanidad tendr¨¢ que pagar 30.000 euros a la familia de un enfermo ps¨ªquico agredido por otra interna en una residencia
Remedios, la madre de ?ngel Barba Gonz¨¢lez, habla siempre de su hijo como "el ni?o". El ni?o es en realidad un hombre con un cuerpo de 29 a?os pero una edad mental de un beb¨¦ de seis meses. ?ngel tiene el s¨ªndrome de Lennox-Gastaut, una enfermedad que comenz¨® con ataques epil¨¦pticos cuando era un beb¨¦ y deriv¨® en una par¨¢lisis cerebral. Tiene un 90% de incapacidad. Con seis a?os, ?ngel abri¨® la boca y dijo algo parecido a "papapapa...". Y no volvi¨® a hablar. Se volvi¨® inexpresivo: no gritaba ni lloraba.
"?Pero s¨ª que andaba, sin aparatos ni nada! Estiradito, muy bien", recuerda su madre. Remedios lo tuvo a su cargo hasta los 19 a?os. Ella y su marido, un militar que muri¨® hace 10 a?os, se turnaban para cuidar del chico. Luego, Remedios enviud¨® y ya no pudo sola con ¨¦l, porque en casa ?ngel toqueteaba y jugaba con todo, con la inconsciencia de un ni?o. Remedios le ingres¨® en la residencia San Mart¨ªn, en Sevilla La Nueva, un centro de la asociaci¨®n Ande concertado con la Consejer¨ªa de Servicios Sociales. All¨ª residen unos 50 discapacitados intelectuales cuya edad mental no supera los tres a?os.
"Parec¨ªa un monstruo", recuerda de aquella noche de pesadilla la madre del paciente
La familia de la v¨ªctima no sabe si la agresora sigue ingresada en el mismo centro
Remedios observaba que de cuando en cuando el joven ten¨ªa alg¨²n que otro morat¨®n, hasta que la madrugada del 20 de enero de 2003 las peque?as lesiones se transformaron en algo mucho m¨¢s grave. Ese d¨ªa, otra interna le agredi¨® a mordiscos, ara?azos y golpes sin que ninguno de los trabajadores del centro -dos en el turno de noche- se dieran cuenta de lo ocurrido. "Cuando le vi me asust¨¦ much¨ªsimo, ?es que parec¨ªa un monstruo, con toda la cara destrozada y las dos orejas vendadas!", cuenta su madre, que a¨²n se emociona tres a?os y medio despu¨¦s de esa noche de pesadilla. "Estaba destrozado, la persona que lo agredi¨® estuvo ensa?¨¢ndose por lo menos media hora sin que nadie lo evitase", a?adi¨®.
Remedios, que trabaja como auxiliar administrativo en el hospital Cl¨ªnico San Carlos, denunci¨® lo ocurrido a trav¨¦s de la organizaci¨®n El Defensor del Paciente. Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dictado una sentencia que obliga al Gobierno regional a indemnizar con 29.762 euros a la familia del disminuido ps¨ªquico por no tener suficiente personal en la residencia y por dejaci¨®n de funciones.
La sentencia obliga a pagar a la Consejer¨ªa de Sanidad, porque El Defensor del Paciente denunci¨® a esta consejer¨ªa en vez de a la de Servicios Sociales. Una portavoz de Sanidad explic¨® que los servicios jur¨ªdicos de la administraci¨®n no hab¨ªan recibido a¨²n la documentaci¨®n y que hasta que no analicen la sentencia no van a determinar si la recurren o no.
?ngel recibi¨® al menos siete mordiscos en cara y espalda y varios golpes y ara?azos en ri?ones y piernas. La otra interna, supuestamente esquizofr¨¦nica, le arranc¨® de un mordisco parte de una oreja. El informe m¨¦dico de la Fundaci¨®n Hospital Alcorc¨®n se?al¨® en su momento que el joven presentaba "m¨²ltiples lesiones en la regi¨®n lumbar, compatibles con mordeduras y ara?azos en la espalda, cara y hematomas en hombro clav¨ªcula".
Las plazas en residencias para disminuidos ps¨ªquicos son gratuitas en la Comunidad de Madrid. En la regi¨®n -con datos de 2006-, hay 10 residencias p¨²blicas; 60 concertadas y 40 pisos tutelados. En total, 4.863 plazas, de las que el 85% son de gesti¨®n privada, denuncian los sindicatos. "Como en toda la pol¨ªtica de servicios sociales del Gobierno regional, las plazas p¨²blicas disminuyen en beneficio de las privadas", critican Ana Gonz¨¢lez, desde CC OO, y Carmen L¨®pez, de UGT.
La falta de personal en la residencia San Mart¨ªn es un hecho que se repite en otros centros de la Comunidad de Madrid. La ley de 2002 de Ordenaci¨®n de la Actividad de los Centros y Servicios de Acci¨®n Social de la regi¨®n obliga a las residencias madrile?as a tener 0,6 trabajadores por cada plaza, pero la realidad es que faltan cuidadores. Por ejemplo, en el centro de San Mart¨ªn, para 45 enfermos, el d¨ªa de la agresi¨®n a ?ngel s¨®lo hab¨ªa dos trabajadores en el turno de noche. "Nunca hemos sabido cu¨¢ntos cuidadores ten¨ªan durante el d¨ªa, cuando lo pregunt¨¢bamos nos daban evasivas", afirm¨® Remedios, que salvo la agresi¨®n, no tiene quejas de la residencia.
Una portavoz de la Consejer¨ªa de Servicios Sociales asegur¨® que en las residencias para disminuidos ps¨ªquicos la ratio es de "un trabajador por cada tres plazas" y en los centros para disminuidos f¨ªsicos, "un cuidador por cada enfermo". "Es una de las ratios m¨¢s altas de Espa?a, a las que hay que a?adir los m¨¦dicos y fisioterapeutas que trabajan en estas residencias", agreg¨® dicha portavoz. Adem¨¢s, tan s¨®lo nueve inspectores vigilan estos centros, seg¨²n los sindicatos, y son los mismos que se encargan de controlar otros servicios sociales como las residencias de ancianos. El Gobierno regional eleva a 25 el n¨²mero de trabajadores dedicados a esta tarea.
Cuatro a?os despu¨¦s, ?ngel sigue ingresado en la residencia donde fue agredido. Su madre asegura que no ha tenido otra opci¨®n: "Cuando pas¨® lo que pas¨® ped¨ª plaza en otro centro, pero nunca me lo dieron". Ella nunca ha sabido qui¨¦n fue la interna que le agredi¨®. Tampoco sabe si sigue ingresada en la residencia San Mart¨ªn de Sevilla La Nueva.
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