Polvo, sudor y estrellas
El Summercase, la mayor concentraci¨®n veraniega en Espa?a del mejor pop, celebra su segunda edici¨®n con la exhibici¨®n de Arcade Fire, PJ Harvey y el bullicio de Kaiser Chiefs, !!! y Chemical Brothers en Barcelona y Boadilla
El gran puente a¨¦reo del pop veraniego vuela a velocidad de crucero pero no escapa a las turbulencias. Si en Boadilla del Monte (Madrid) la amplia explanada de Vi?as Viejas ofreci¨® el viernes el escenario perfecto para los quiebros enfebrecidos de Kaiser Chiefs, Chemical Brothers y !!!, el Parc del F¨°rum (Barcelona) careci¨® del espacio adecuado para el ac¨²stico de una excelente PJ Harvey.
En el recinto junto al mar de la Ciudad Condal brillaron como se esperaba la ¨¦pica a¨¦rea de Arcade Fire, el show de Falming Lips y las espirales de LCD Soundsystem, mientras que en la capital The Jesus and Mary Chain, James, OMD y Air agitaban el tono de la velada. Todos los artistas intercambiaron ciudades ayer.
La organizaci¨®n se niega a dar cualquier cifra de asistencia, pero asegura que este a?o se han superado las cifras de la primera convocatoria, que coloc¨® 54.000 entradas.
La asistencia fluida al recinto madrile?o (donde se instal¨® incluso una carpa con aire acondicionado para descansar) contrasta con las aglomeraciones en Barcelona, en un macrofestival que con s¨®lo dos a?os empieza a rivalizar con el Festival Internacional de Benic¨¤ssim (FIB), referente pop veraniego.
- Duelo enfebrecido en el Lejano Oeste
Salta Kaiser Chiefs y desenfunda el aceler¨®n bullanguero de Everyday I love you less and less. Son las dos de la madrugada del viernes en un paraje polvoriento de far west y parece que es ahora cuando empieza todo de verdad. Otro tiro: Na na na naa. Y otro: Ruby. El quinteto de Leeds lleva a ebullici¨®n al p¨²blico, que baila sin agobios en el extenso terreno del escenario O. Ya lo hab¨ªan caldeado The Sunday Drivers y el d¨²o Air, que empez¨® con sus melod¨ªas lunares y, lento como un di¨¦sel, acab¨® discotequero.
"?Somos Kaiser Chiefs!", grita Ricky Wilson, pero cuando entona alg¨²n tema poco conocido de Yours truly, angry mob, su segundo ¨¢lbum, la pegada baja algo. Eso s¨ª, la multitud, entre la veintena y la treintena, sigue coreando sus piezas. Cerca, en la atestada carpa S, es el turno de !!!, que inyectan su ins¨®lito combinado dance punk con saxo y trompeta. Daban el relevo a los solventes OMD, que ya hab¨ªan llenado la sala con su evocador pop ochentero.Kaiser Chiefs cierran los bises con el amenazador Oh my god y !!!, que estaba algo espeso, se recupera con el subid¨®n de Heart of hearts. Tablas en el duelo del Summer. Es el turno de los mayores. Chemical Brothers aparecen hacia las tres, min¨²sculos ante unas enormes pantallas de v¨ªdeo. No fue una de sus mejores actuaciones, pero con hits como Hey boy, hey girl, Believe no tuvieron que esforzarse mucho para convertir la marabunta del escenario en un inmenso club al aire libre. Premio a la realizaci¨®n de las pantallas de v¨ªdeo (excelente con Kaiser Chiefs) y aprobado para el sonido. El punto d¨¦bil fue a la salida, donde el servicio especial de autobuses fue claramente insuficiente para devolver a Madrid a buen ritmo a unos fans que se hab¨ªan dejado 100 euros en el abono del festival.
- Confetis y refritos junto al mar
No hab¨ªa que esquivar beodos unidos a una cerveza.La comodidad de la ropa del p¨²blico no esquivaba cierta elegancia deportiva propia de quien sabe que dormir¨¢ en casa y los artistas en los escenarios, como Flaming Lips y Arcade Fire, elogiaban a una ciudad donde se puede actuar con el mar de fondo. S¨ª, el Summercase record¨® a los festivales barceloneses de hace a?os, cuando la presencia extranjera no era abrumadora. Lo que s¨ª result¨® abrumador fue la sensaci¨®n de masificaci¨®n, generada bien porque la asistencia fue notable, bien porque el recinto redujo extensi¨®n respecto a otros festivales del F¨°rum.
La peor parada fue PJ Harvey, quien con un show ac¨²stico quiso actuar en una carpa. El resultado fue que su estupendo concierto, todo dominio, todo voz, ind¨®mita tersura y arrobas de personalidad tras un vestido de ¨¦poca del que colgaba una guitarra de la que surgieron asfixiantes piezas nuevas, no se pudo disfrutar. Lo mejor de la noche no estaba al alcance del que no quer¨ªa dejarse tres kilos entre apreturas y sudores.
PJ Harvey fue adem¨¢s de las pocas artistas que no sonaron a refrito. S¨ª, PJ vive, y del rock y del caminar lento del blues, pero ella reinterpreta sus ra¨ªces haci¨¦ndolas propias, cosa que no se puede decir de Editors, Bloc Party, Scissors Sisters o incluso Arcade Fire, grandes triunfadores de la jornada. Como las estrellas del cartel no se solaparon, una aut¨¦ntica multitud vibr¨® con Arcade Fire y su neohippismo ¨¦pico-rural post Talking Heads. Su concierto, con una entusiasta acogida de los temas de su primer disco, hubiese merecido una lluvia de margaritas.
La lluvia de confeti y globos volvi¨® a marcar a Flaming Lips, una banda que se repite pero que gracias a su desbordante imaginaci¨®n infantil, consigue hacer fiestas diferentes. La cara del p¨²blico era impagable al sonar Yoshimi o cuando Wayne Coyne pidi¨® gritos contra Bush a los sones The yeah, yeah, yeah song. Igualmente impagable fue la erosiva actuaci¨®n de LCD Souydsystem con sus ritmos tozudos. La p¨¦sima realizaci¨®n de las pantallas de v¨ªdeo, un sonido no muy brillante y la sensaci¨®n de que a¨²n le queda camino al festival para disponer de una producci¨®n a la altura de su popularidad, fueron otras reflexiones de la noche.
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