El discurso del cuerpo
El cuerpo, ¨¦l
Parece muy puesto en raz¨®n el deseo del Papa de que la misa se diga en lat¨ªn, ya que trat¨¢ndose de una ceremonia esot¨¦rica lo m¨¢s apropiado es que se deletree en un idioma s¨®lo al alcance de los vetustos iniciados
Pedro La¨ªn Entralgo era algo as¨ª como un beato en sus creencias a la vez que un cient¨ªfico de mucha envergadura en sus numerosas aportaciones a la antropolog¨ªa m¨¦dica. Uno de sus ¨²ltimas ten¨ªa como eje central la definici¨®n del cuerpo humano, esto es, qu¨¦ es lo que hace al hombre humano. Y respondi¨®: su cuerpo. Este evolucionismo asumido hasta sus ¨²ltimas consecuencias es lo que se est¨¢ poniendo en duda por los cl¨¦rigos derechones y sus ac¨®litos pol¨ªticos en relaci¨®n con algo tan sensato como la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa. Y si el Opus, los Kikos, los Legionarios de Cristo y toda esa burumballa fundamentalista mal fundamentada de los fundamentos del asunto tuvieran alg¨²n respeto por sus maestros cient¨ªficos, que los hay incluso en la derecha de toda la vida, no andar¨ªan refugi¨¢ndose en la severidad tenebrosa de las sotanas para marear al personal acerca de lo que probablemente ignora. El infierno no son los otros, salvo que se trate de Garc¨ªa Gasco.
La Iglesia, ella
El problema de la Iglesia (Cat¨®lica, por supuesto) con la mujer es que no sabe qu¨¦ hacer con ella salvo convertirla en virgen y madre a la vez, sin estar loca ni la mujer, ni la Iglesia ni los cat¨®licos que veneran a sus mujeres haci¨¦ndoles un hijo por a?o. Otro problema es que el engorroso recipiente del alma dispone de lengua, tetas, culo, caderas, piernas, regazo, vagina, pene y otros atributos carnales y muy perversos y muy a la vista ante los que no siempre es posible hacer la vista gorda, como bien saben los cl¨¦rigos protegidos que aparecen en las noticias por su propensi¨®n pederasta, porque es que casi nunca salen en los medios los que no eluden las tentaciones de la carne con adultos de uno u otro sexo sin desatender sus obligaciones an¨ªmicas, en una fusi¨®n de prop¨®sitos y de pr¨¢cticas en todo esclarecedora. Ya lo dec¨ªa Valle-Incl¨¢n: la carne, que est¨¢ viva, siempre exige sus derechos. Porque los tiene, se?or Garc¨ªa.
El rid¨ªculo
Estos d¨ªas hemos vuelto a ver en las teles con id¨¦ntico escalofr¨ªo algunas im¨¢genes de la boda de la nena de Aznar en El Escorial, con el pretexto de la publicaci¨®n del libro del jefe de comunicaci¨®n de Tony Blair, Alastair Campbell, en el que Josemar¨ªa no queda muy bien parado. No son las actas de las reuniones del Gobierno con ETA que reclama Rajoy, pero resultan acaso m¨¢s espeluznantes. Es lo que tienen los jefes de prensa, que a veces llevan un diario y lo publican cuando la relaci¨®n contractual ha finiquitado. Del libro, en lo que nos concierne m¨¢s directamente, destaca el hecho de que Aznar no era nadie ni siquiera para el responsable de comunicaci¨®n de Tony Blair. Y el hecho de que, cuando este asesor desaconsej¨® la presencia de Blair en la boda de El Escorial, recibi¨® como respuesta algo as¨ª como que tambi¨¦n el primer ministro ingl¨¦s ten¨ªa derecho a su vida privada. Pues vaya una vida, vino a anotar su jefe de prensa.
Terminar con la tele
A fin de cuentas, el grupo de numerosos amigos que nos juntamos en Alcossebre con los ni?os en agosto no echamos para nada de menos ni la televisi¨®n, ausente en la casa, ni la radio, aunque, eso s¨ª, no podamos prescindir todav¨ªa de la prensa, y eso hasta el punto de que tengo por seguro que caso de disponer all¨ª de la peque?a pantalla no har¨ªa m¨¢s que molestarnos. Ni siquiera los ni?os echan de menos sus programas preferidos en las ma?anas, mediod¨ªas o noches de Alcossebre, pues se imponen las playas, la piscina o los paseos, y los juegos entre ellos antes de irse a dormir. Todo esto no demuestra nada, desde luego, pero sugiere acaso que la tele es el invento m¨¢s impertinente para obviar la soledad de las familias en las ciudades, y que la proliferaci¨®n de cadenas no multiplica la oferta sino que la reitera hasta el hast¨ªo. Vista una, vistas todas, y hasta los telediarios se convierten en un rosario plasta de repeticiones infumables.
Verano y basura
El aire de las ciudades est¨¢ tan contaminado que respirar por sus calles atenta gravemente contra la salud, pero si el personal tuviera la sana costumbre de caminar descalzo, ni se sabe la de enfermedades que le subir¨ªan por los pies. No es exagerado afirmar que Valencia es una de las ciudades con m¨¢s porquer¨ªa por metro cuadrado en sus hist¨®ricos suelos, de modo que si uno consigue sortear las cagadas de los perros todav¨ªa tendr¨ªa que apa?¨¢rselas con la diseminaci¨®n de las mierdas de paloma y con los profusos restos de vomiteras de fin de semana, cuando no con los restos de vidrio de las botellas rotas que convierten tantas aceras en circuitos de faquir. Como Rita se desplaza en coche o pisoteando alfombras.
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