La televisi¨®n iran¨ª emite confesiones forzadas de los estadounidenses detenidos
El programa denuncia un supuesto complot para desencadenar una revoluci¨®n en Teher¨¢n
El Gobierno de Ir¨¢n vuelve a recurrir a las confesiones para justificarse, en este caso por la detenci¨®n de cuatro ciudadanos irano-estadounidenses. La televisi¨®n iran¨ª anunci¨® ayer a bombo y platillo un programa especial, bajo el t¨ªtulo En el nombre de la democracia, en el que dos de los detenidos aseguran formar parte de un complot de Estados Unidos para desencadenar una revoluci¨®n de terciopelo en la Rep¨²blica Isl¨¢mica. La emisi¨®n, que incluye tambi¨¦n confesiones de acad¨¦micos, se realizar¨¢ ma?ana por la noche y se repetir¨¢ de nuevo el jueves.
En el avance del programa difundido ayer, se muestra a la acad¨¦mica Haleh Esfandiari y al urbanista Kian Tajbakhsh intercalados con im¨¢genes de archivo de revueltas civiles en Europa del Este y en Ir¨¢n. Ambos, detenidos bajo la acusaci¨®n de poner en peligro la seguridad nacional, aparecen con ropa de calle, y no con el uniforme de presos, y se expresan en persa, su lengua materna. Ir¨¢n ya recurri¨® a una estratagema similar el pasado marzo cuando detuvo a varios marinos brit¨¢nicos por haber violado sus aguas territoriales, que luego dijeron haber sido obligados a autoinculparse.
"Fui un agente de la revoluci¨®n de terciopelo en Georgia", confiesa Esfandiari, en referencia a las protestas de noviembre de 2003 en la ex rep¨²blica sovi¨¦tica que obligaron a dimitir al presidente Eduard Shevardnadze.
La acad¨¦mica fue encarcelada en mayo, despu¨¦s de sufrir el robo de sus dos pasaportes (iran¨ª y estadounidense) cuando el pasado 30 de diciembre se dirig¨ªa al aeropuerto para regresar a Washington. Durante todo ese tiempo los servicios secretos iran¨ªes la interrogaron repetidamente. Esta mujer de 67 a?os, que dirige el programa de Oriente Pr¨®ximo en el Centro Internacional Woodrow Wilson, hab¨ªa viajado a Teher¨¢n para visitar a su madre enferma.
El Ministerio de los Servicios Secretos de Ir¨¢n acusa a Esfandiari de tratar de poner en pie redes de iran¨ªes con el objetivo de lanzar una revoluci¨®n de terciopelo que derribe al r¨¦gimen isl¨¢mico, a la manera de lo ocurrido en algunos pa¨ªses comunistas del Este de Europa. Una acusaci¨®n similar atribuye a la Fundaci¨®n Soros, para la que trabaja como consultor Tajbakhsh, de 45 a?os.
"Como si la Fundaci¨®n Soros hubiera causado los cambios en Georgia y las otras rep¨²blicas ex sovi¨¦ticas", comenta incr¨¦dula Asma Jahangir, directora de la Comisi¨®n de Derechos Humanos de Pakist¨¢n. Ese organismo entreg¨® recientemente una carta al embajador de Ir¨¢n en Islamabad expresando su preocupaci¨®n por los cuatro detenidos. "No hemos recibido respuesta", dice Jahangir.
"Tras el colapso del comunismo y de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la Fundaci¨®n Soros se puso como objetivo el mundo isl¨¢mico", lee el urbanista en el corte del v¨ªdeo que ayer mostr¨® la televisi¨®n iran¨ª. El avance, que no explicaba el contexto en el que estaban hechas las declaraciones, tambi¨¦n incluye comentarios del intelectual irano-canadiense Ramin Jahanbegloo. Tras permanecer detenido durante cuatro meses el a?o pasado bajo acusaciones similares, Jahanbegloo qued¨® en libertad despu¨¦s de declarar a la agencia oficial de noticias iran¨ª, Irna, que su trabajo "iba en contra del inter¨¦s nacional" y de pagar una elevada fianza que le oblig¨® a hipotecar su casa.
En los ¨²ltimos meses, las autoridades iran¨ªes han impedido tambi¨¦n la salida del pa¨ªs de otros dos irano-estadounidenses. Ir¨¢n no reconoce la doble nacionalidad y de acuerdo con sus leyes son exclusivamente ciudadanos iran¨ªes. Se trata de Ali Shakeri, miembro fundador del Centro para la Construcci¨®n de la Paz de la Universidad de California, y Parnaz Azima, una periodista de Radio Farda, emisora en persa financiada por EE UU.
Azima es la ¨²nica que se encuentra en libertad tras haber depositado una fianza. Seg¨²n el Wilson Center, Esfandiari se encuentra aislada en la prisi¨®n de Evin y no se le permite recibir visitas ni de su familia ni de sus abogados, a pesar de que su defensa est¨¢ encabezada por la premio Nobel de la Paz Shir¨ªn Ebad¨ª. Adem¨¢s, las organizaciones internacionales de derechos humanos Amnist¨ªa Internacional y Human Rights Watch han expresado su preocupaci¨®n por la salud de los detenidos.
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