El camino a la recuperaci¨®n de posguerra
Para los pa¨ªses avanzados del mundo, un desaf¨ªo clave consiste en ampliar la inclusi¨®n econ¨®mica y social sin disminuir el dinamismo econ¨®mico que ya tienen. Los problemas de los pa¨ªses devastados por la guerra son mucho m¨¢s agudos y sus opciones, mucho m¨¢s limitadas. De hecho, enfrentan un doble desaf¨ªo: crear econom¨ªas din¨¢micas y promover, al mismo tiempo, la inclusi¨®n econ¨®mica y social. Sin estos dos elementos, la reconciliaci¨®n nacional probablemente resulte imposible.
La exclusi¨®n social en los pa¨ªses industrializados impone a toda la sociedad costos que los estrategas pol¨ªticos deben abordar con medidas efectivas y focalizadas. La falta de empleos, por ejemplo, suele alejar a la gente del trabajo, especialmente a los j¨®venes, y la hace caer en la dependencia de las drogas y el delito. La sociedad, entonces, necesita pagar el costo de las pol¨ªticas de prevenci¨®n del delito y de la administraci¨®n de justicia.
Un mercado laboral flexible, como muchos sugieren, no promover¨¢ por s¨ª mismo la inclusi¨®n. Los programas de asistencia social en los pa¨ªses devastados por la guerra suelen agravar el desempleo al reducir los incentivos laborales y crear una cultura de la dependencia. Las leyes de salarios m¨ªnimos y los acuerdos laborales por lo general consiguen que los empleadores que cumplen con la ley no puedan acceder a los trabajadores menos productivos. De manera que lo que estos pa¨ªses necesitan son m¨¢s oportunidades de empleo y mayores salarios en el sector privado para estos trabajadores.
Espec¨ªficamente, un programa de subsidios salariales que redujera el costo de contrataci¨®n de trabajadores no cualificados de tiempo completo quiz¨¢s har¨ªa que a las empresas les resultara m¨¢s atractivo contratarlos. Al mismo tiempo, la capacitaci¨®n en el empleo tornar¨ªa el programa atractivo para los trabajadores y la sociedad en su conjunto. Los gobiernos podr¨ªan hacerse cargo del costo de los subsidios ya que la reducci¨®n del desempleo, no s¨®lo achicar¨ªa los costos de la seguridad p¨²blica, sino tambi¨¦n la necesidad de programas de asistencia social.
En los pa¨ªses que salen de la guerra o de otros conflictos, los esfuerzos de inclusi¨®n son in¨²tiles en econom¨ªas estancadas. Sin dinamismo e inclusi¨®n, el camino a la paz ser¨¢ escurridizo, tal como lo demuestran las experiencias recientes en Kosovo, Timor Oriental, Afganist¨¢n, Irak y muchos pa¨ªses de ?frica.
En consecuencia, las transiciones de posguerra requieren de pol¨ªticas que permitan que el dinamismo y la inclusi¨®n vayan de la mano. Es necesario que la recuperaci¨®n econ¨®mica comience cuanto antes, no s¨®lo porque esto es esencial para mantener la estabilidad pol¨ªtica y social, sino tambi¨¦n porque los donantes no est¨¢n dispuestos a respaldar la reconstrucci¨®n econ¨®mica a menos que los pa¨ªses hagan su parte, creando un contexto que permita asegurar su sustentabilidad. En medio de las vulnerabilidades pol¨ªticas, sociales e institucionales, a lo que se suma el da?o devastador de la infraestructura humana y f¨ªsica que causan los conflictos, ¨¦sta resulta una tarea monumental.
La estrategia pol¨ªtica en estas econom¨ªas desgarradas por la guerra es ¨²nica e incompara-ble. La mayor¨ªa de los pa¨ªses en situaciones de post-conflicto padecen de posiciones fiscales d¨¦biles, lo que hace que el suministro de subsidios financiados internamente resulte poco pr¨¢ctico en la mayor¨ªa de los casos.
Es m¨¢s, la asistencia extranjera, si bien es estable en pa¨ªses en "desarrollo normal", suele exhibir picos intensos en pa¨ªses en la transici¨®n de la guerra a la paz. En muchos casos, la ayuda post-conflicto puede alcanzar niveles extraordinariamente altos despu¨¦s de que termina el conflicto, tanto en t¨¦rminos per c¨¢pita como relativos al tama?o de las econom¨ªas receptoras. Pero este tipo de ayuda suele decaer muy r¨¢pidamente.
Los pa¨ªses de bajos ingresos en el proceso normal de desarrollo, por ejemplo, reciben influjos estables de asistencia extranjera oficial de aproximadamente el 3% de su producto interior bruto. En cambio, la ayuda alcanz¨® el 95% del producto interior bruto en Rwanda poco despu¨¦s de terminado el conflicto, pero cay¨® al 20% en el lapso de cinco a?os.
La consolidaci¨®n de la paz tras un conflicto violento tiene pocas probabilidades de ¨¦xito a menos que se creen empleos y la econom¨ªa se estabilice r¨¢pidamente e ingrese en un sendero de inversi¨®n y crecimiento con baja inflaci¨®n. Las Naciones Unidas reconocen que si la reconstrucci¨®n econ¨®mica falla a la hora de promover el dinamismo y la inclusi¨®n, los pa¨ªses en transici¨®n a la paz tienen un 50% de probabilidad de volver a caer en la guerra.
Dejando de lado el costo en t¨¦rminos de vidas humanas, los costos econ¨®micos de mantener la paz son s¨®lo una fracci¨®n de lo que se requerir¨ªa para asistencia humanitaria, intervenci¨®n militar y operaciones de mantenimiento de la paz si el pa¨ªs volviera a caer en un conflicto. Por lo tanto, el financiamiento efectivo para los tiempos de paz es una buena inversi¨®n de los recursos de los donantes y un factor importante en la prevenci¨®n del conflicto.
Sin embargo, los donantes necesitan evitar algunos errores comunes. En muchos casos, la reconstrucci¨®n econ¨®mica en parte ha fallado porque los donantes exigieron que se utilizara a sus propios ciudadanos o empresas. Esta pol¨ªtica muchas veces ha derivado en programas que los pa¨ªses no quieren y en la contrataci¨®n de expertos extranjeros para tareas que los nativos pod¨ªan y deb¨ªan haber realizado. Si les ofrecieran a empresas locales subsidios salariales para contratar a trabajadores no cualificados, los donantes aumentar¨ªan la efectividad y la justicia de su asistencia en respaldo del liderazgo nacional en la reconstrucci¨®n y en la prevenci¨®n de conflictos.
Si contaran con costos laborales m¨¢s reducidos, los empresarios locales podr¨ªan decidir invertir en las condiciones de inseguridad y alto riesgo que caracterizan a las situaciones de post-conflicto. Ser¨ªan muchas las ventajas en t¨¦rminos de creaci¨®n de empleo, reinserci¨®n de ex combatientes en actividades productivas, ahorro en programas de redes de seguridad y mejor seguridad p¨²blica. Este tipo de ayuda tambi¨¦n ofrecer¨ªa apoyo pol¨ªtico a las autoridades de una poblaci¨®n agradecida por pol¨ªticas que promueven la creaci¨®n de empleo.
Al mismo tiempo, esta pol¨ªtica no tendr¨ªa ni el costo fiscal asociado a los subsidios financiados por el gobierno, ni las distorsiones causadas por la dificultad de recortar los subsidios una vez que el gobierno los ha ofrecido. Los subsidios respaldados por donaciones seguir¨ªan vigentes por un per¨ªodo determinado y los donantes gradualmente los eliminar¨ªan por etapas a medida que expiren los programas de ayuda. Es m¨¢s, este tipo de subsidios ayudar¨ªa a reactivar al sector privado, que es esencial, ya que la ayuda post-conflicto de gran escala languidece a los niveles bajos que son comunes en condiciones de desarrollo normal.
Edmund S. Phelps, premio Nobel de Econom¨ªa en 2006, es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Columbia y director de su Centro sobre Capitalismo y Sociedad.
? Project Syndicate, 2007
Traducci¨®n de Claudia Mart¨ªnez.
Graciana del Castillo, directora del Centennial Group, ense?a en la Universidad de Columbia y es autora de un libro de inminente publicaci¨®n titulado Post-Conflict Economic Reconstruction: Lessons, Best Practices, and Policy Guidelines.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.