Doha o el arte de la negociaci¨®n interminable

Ya lo dijo hace un a?o Pascal Lamy, director general de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), y los hechos parecen haberle dado la raz¨®n.

El franc¨¦s compar¨® el acuerdo sobre liberalizaci¨®n comercial con un marat¨®n en el que "un 80% es esfuerzo f¨ªsico y ?otro 80%!, esfuerzo mental". Y es que en los siete a?os que lleva abierta la Ronda de Desarrollo de Doha, las negociaciones entre EE UU, la UE y los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo han pasado por rupturas, vueltas al di¨¢logo y por un sinf¨ªn de momentos que parec¨ªan decisivos y que no terminan de cerrar en acuerdo.

De las cenizas de la Ronda Uruguay naci¨® en 1995 la OMC. Este organismo sepultaba al antiguo Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT), creado al calor de las instituciones multilaterales posteriores a la II Guerra Mundial.

El nuevo ente, que se ocupa de las relaciones comerciales entre sus 150 pa¨ªses miembros, se convert¨ªa en un ¨®rgano permanente, a diferencia del GATT, que desde el principio fue concebido como un acuerdo temporal. Adem¨¢s, sus cl¨¢usulas afectan a todos los Estados miembros, mientras que el antiguo GATT se limitaba a ser una acumulaci¨®n de acuerdos, a los que los pa¨ªses se pod¨ªan acoger o no. Entre sus objetivos, la OMC menciona la ayuda a los productores de bienes y servicios, a los exportadores e importadores para llevar a cabo sus negocios.

La de Doha es la novena ronda de negociaciones para liberalizar el comercio mundial. Viene a completar las asignaturas pendientes de la Ronda Uruguay, en especial el libre comercio de productos agr¨ªcolas. Arranc¨® en 2001 bajo el principio de que "el sistema multilateral de comercio plasmado en la OMC ha contribuido de manera significativa al crecimiento econ¨®mico, el desarrollo y el empleo a lo largo de los ¨²ltimos 50 a?os".

Este mandato fue perfeccionado en las reuniones de Canc¨²n (2003), Ginebra (2004) y Hong Kong (2005), pero los avances reales todav¨ªa no han llegado.

Los contornos de la batalla est¨¢n claramente dibujados. A un lado, los pa¨ªses en desarrollo, que luchan por una mayor apertura en los mercados de los pa¨ªses ricos para introducir sus productos agr¨ªcolas; y al otro, los desarrollados, que quieren colocar sus productos industriales y servicios con menos barreras.

Las negociaciones de Doha se suspendieron en julio de 2006, y hasta marzo de este a?o no se retomaron. Los participantes en la ronda est¨¢n convencidos de que ha llegado el momento de la verdad. Que si el esperado acuerdo no llega ahora, ¨¦ste se har¨¢ esperar varios a?os m¨¢s.