Ferrell sobre hielo

Alg¨²n d¨ªa no muy lejano, un espectador mirar¨¢ hacia atr¨¢s y, al contemplar el grueso de la filmograf¨ªa del actor Will Ferrell, caer¨¢ en la cuenta de que, por debajo de la acumulaci¨®n de t¨ªtulos de aparente derribo, existe un discurso, una est¨¦tica y toda una po¨¦tica de la comedia. En cierto sentido, Ferrell es tan Autor (con may¨²sculas) como lo fue en su momento Peter Sellers. Patinazo a la gloria, dirigida por los debutantes Will Speck y Josh Gordon, no pretende ser nada m¨¢s (ni nada menos) que lo que es (y eso no es que ya sea suficiente: es mucho): una buena comedia de Will Ferrell, aqu¨ª secundado por el desgarbado John Heder (Napole¨®n Dynamite, 2004).

Juego bufo alrededor de una disciplina deportiva contemplada como fen¨®meno pop -el patinaje art¨ªstico-, la pel¨ªcula sigue la estructura de libro de la consabida ¨¦pica de grader¨ªa: su gastado armaz¨®n, hecho de catastr¨®ficas ca¨ªdas profesionales y redenciones al l¨ªmite de lo imposible, no es m¨¢s que una pista de hielo sobre la que Ferrell y Heder bordan un buen n¨²mero de poderosos momentos c¨®micos, mediante el reiterado recurso a la coreograf¨ªa extravagante y al vestuario imprudente.

La pel¨ªcula de Speck y Gordon, cineastas formados en el ¨¢mbito de la publicidad, se camufla de autocombustible producto de multisalas, pero algunos de sus momentos est¨¢n llamados a perdurar: los n¨²meros individuales de Ferrell y Heder al principio de la pel¨ªcula, su cat¨¢rtica danza final en pareja a los sones del Flash Gordon de Queen y, muy especialmente, una persecuci¨®n sobre patines (con sucesivas rupturas de ritmo) en la que brilla el portentoso talento c¨®mico (y la psic¨®tica mirada) del secundario Will Arnett.