Imbatible a las damas

En el peor de los casos, el ordenador puede hacer tablas, pero perder... ?nunca! Al menos eso aseguran unos expertos de inteligencia artificial de Canad¨¢ que han logrado desarrollar, tras 18 a?os de trabajo, un programa inform¨¢tico imbatible ante el tablero de damas. "Resolver el reto ha sido una obsesi¨®n para m¨ª durante casi dos d¨¦cadas, y es una satisfacci¨®n lograrlo", dice Jonathan Schaeffer, cient¨ªfico de la Universidad de Alberta (Canad¨¢) y "p¨¦simo" jugador de damas, seg¨²n reconoce ¨¦l mismo. Su obra, el programa inform¨¢tico imbatible se llama Chinook, y el logro se presenta en la revista Science.

"Este art¨ªculo anuncia que el juego de las damas est¨¢ ahora resuelto: el juego perfecto entre ambos contrincantes conduce a tablas", afirman con rotundidad los investigadores.

La obsesi¨®n de Schaeffer se convirti¨® en un objetivo cient¨ªfico en 1989, y desde entonces no han parado sus ordenadores de analizar y memorizar jugadas, usando simult¨¢neamente decenas de m¨¢quinas. Chinook es el resultado del aprendizaje de 500 trillones (un cinco seguido de 20 ceros) de posiciones de las fichas en el tablero de damas.

Pero este jugador virtual no ha estado encerrado, aprendiendo todo ese tiempo; tambi¨¦n ha medido sus fuerzas en torneos. El objetivo, en 1989, era ganar a un campe¨®n del mundo de damas humano. En 1990 Chinnok obtuvo el derecho a participar en el campeonato; en 1992 lo hizo y perdi¨®, pero dos a?os despu¨¦s se alz¨® con el triunfo, convirti¨¦ndose en el primer jugador artificial que ganaba a un humano en un campeonato mundial de un juego de este tipo.

"En 1996 estaba ya claro que el programa era mucho m¨¢s fuerte que cualquier persona y Chinook se retir¨®", recuerdan sus creadores y entrenadores. Pero en 1997 Schaeffer revivi¨® a Chinook. Ahora anuncia que este juego, que se practica en todo el mundo y cuya antig¨¹edad se remonta a cinco mil a?os, est¨¢ resuelto. Su programa, afirman, alcanza la perfecci¨®n que no tienen otros ingenios jugadores.

Cabe pensar que tras las damas caer¨¢ el ajedrez en las garras de las m¨¢quinas, que alg¨²n ordenador ajedrecista conquistar¨¢ la "perfecci¨®n". Pero habr¨¢ que esperar, dice Schaeffer, porque el ajedrez tiene much¨ªsimas m¨¢s posiciones en el tablero (entre un uno seguido de 40 ceros y un uno seguido de 50 ceros). Har¨¢ falta una nueva tecnolog¨ªa para rematar el ajedrez. El Otelo se solucionar¨¢ antes, dice.