Kerwin Mathews, actor

Mathews naci¨® en Seattle el 8 de enero de 1926 y lleg¨® tarde al mundo del cine: despu¨¦s de permanecer dos a?os en las Fuerzas A¨¦reas de EE UU durante la II Guerra Mundial, ejerci¨® durante varios a?os como profesor en Wisconsin, para m¨¢s tarde trasladarse a Pasadena y cumplir su sue?o de trabajar en el teatro.

Ser¨ªa all¨ª donde le descubrir¨ªa un agente que, admirado por su porte, logr¨® que Mathews obtuviera un contrato con Columbia Pictures para debutar como actor en la gran pantalla a los 29 a?os, a las ¨®rdenes del artesano Phil Karlson, en el drama criminal 5 against the house.

Tras algunas breves apariciones televisivas encontr¨® un valedor en el realizador Vincent Sherman, que le dirigi¨® en 1957 en la que ser¨ªa la segunda pel¨ªcula para el int¨¦rprete, Bestias de la ciudad, que permiti¨® que compartiese reparto con int¨¦rpretes de la talla de Lee J. Cobb y Richard Boone.

Un a?o despu¨¦s, su excepcional fotogenia hizo de Mathews el actor id¨®neo para uno de los cl¨¢sicos aventureros de la historia el cine, la mejor pel¨ªcula que se haya filmado sobre Simbad el Marino: Simbad y la Princesa, del gran Nathan Juran, que es un referente gracias, en buena medida, a los efectos especiales del maestro Ray Harryhausen, creador del stop motion, una t¨¦cnica que permit¨ªa recrear en maquetas a todo tipo de monstruos y filmar su movimiento fotograma a fotograma. As¨ª, Mathews se midi¨® en el filme con un drag¨®n, con un c¨ªclope y con una mujer convertida en serpiente. Pero a¨²n hoy permanece en la memoria de los aficionados el duelo a espada entre Mathews y un esqueleto viviente. Sin embargo, s¨®lo logr¨® ese enfrentamiento gracias a la magia del cine: en realidad, Mathews interpret¨® su lucha ante la nada, ya que el esqueleto fue agregado m¨¢s tarde a las im¨¢genes de la pel¨ªcula.

Cierto es que, como otros muchos actores dedicados al cine de aventuras o de acci¨®n, Mathews nunca fue un int¨¦rprete memorable. Pero s¨ª supo aportar a sus personajes una cercan¨ªa y una naturalidad que siempre llegaba al espectador.

Por otra parte, Mathews intent¨® moverse por otros territorios: el drama b¨¦lico Esp¨ªas de uniforme (1959) y el thriller de Andr¨¦ de Toth Pendiente de un hilo (1960) fueron pel¨ªculas en las que creci¨® como actor. En 1960 le llegar¨ªa otro ¨¦xito popular gracias a Los viajes de Gulliver (en la que los efectos especiales tambi¨¦n eran obra de Harryhausen), una producci¨®n de la Columbia que adaptaba el cl¨¢sico de Jonathan Swift, y en 1961, Mathews compartir¨ªa reparto con el gran Spencer Tracy en el drama El diablo a las cuatro.

En 1963 interpret¨® el que siempre fue su personaje favorito: el compositor Richard Strauss, a quien encarn¨® en la serie televisiva Disneyland. Desde entonces, su carrera se ir¨ªa apagando, aunque a¨²n llegase a participar en buenas pel¨ªculas, como el western de Gordon Douglas Los forajidos de R¨ªo Bravo (1970) y El ni?o que lloraba al hombre lobo (1973), donde se pondr¨ªa de nuevo a las ¨®rdenes de Nathan Juran. Se retir¨® oficialmente en 1978, con el olvidable filme de serie B Nightmare in Blood. -