La inmigraci¨®n en Catalu?a
Los datos del informe sobre la inmigraci¨®n en Catalu?a dirigido por M¨®nica Nadal y M. Jes¨²s Larios, publicado por editorial Mediterr¨¤nia y presentados la semana pasada, nos indican, entre otras cuestiones, que la llegada de extranjeros a nuestro pa¨ªs sigue pero con nuevas din¨¢micas socialmente muy relevantes. La primera de estas din¨¢micas es la de los procesos de retorno a los pa¨ªses de origen de aquellos que llegaron a?os atr¨¢s. El retorno es la constataci¨®n de un grado de madurez del fen¨®meno migratorio en Catalu?a. La aparici¨®n del retorno como categor¨ªa sociodemogr¨¢fica y no como an¨¦cdota es uno de los elementos que nos permite afirmar la entrada a esta nueva fase del fen¨®meno migratorio reciente en Catalu?a.
El retorno forma parte del imaginario de la mayor¨ªa de los inmigrantes cuando se deciden a salir de su pa¨ªs. Pero tambi¨¦n sabemos que una mayoria de ellos no ejecuta nunca ese retorno, como m¨ªnimo el retorno absoluto, que supone cerrar definitivamente puertas y ventanas en el pa¨ªs de acogida y abrir el cerrojo de nuevo en el pa¨ªs de origen. Es importante no olvidar, ahora que constatamos por primera vez como categor¨ªa el fen¨®meno del retorno, que la mayor¨ªa de los inmigrantes llegados a Catalu?a en la ¨²ltima d¨¦cada se van a quedar. ?sa debe ser la previsi¨®n que tanto las instituciones p¨²blicas como los ciudadanos en general deber¨ªan tener para poder gestionar con ¨¦xito la acomodaci¨®n definitiva a Catalu?a del casi mill¨®n de personas reci¨¦n llegadas.
Probablemente nuestro futuro social se forjar¨¢ con una realidad en muchos de esos inmigrantes a caballo entre dos pa¨ªses; el de acogida y el de origen. Esa realidad las fuentes estad¨ªsticas no la recogen y no es evidente que la puedan recoger si no adaptan los indicadores. Pero que la estad¨ªstica sea ciega a las nuevas din¨¢micas sociales no puede hacernos creer que esas realidades no existen. El retorno del siglo XXI ser¨¢ el de un viaje permanente de ida y venida de muchos inmigrantes entre sus dos pa¨ªses; el de adopci¨®n y el de nacimiento. Y a diferencia del modelo de retorno que ahora conocemos -el de abandono de un pa¨ªs por otro- hay que prever que el nuevo retorno puede tener un seguimiento num¨¦ricamente muy importante por parte de la poblaci¨®n extranjera residente en Catalu?a. Es un retorno basado en las fidelidades compartidas, en las identidades m¨²ltiples, un retorno que ser¨¢ posible gracias a la existencia de una infinidad de redes sociales transnacionales que son las que finalmente van a permitir y en algunos casos animar esa nueva concepci¨®n del retorno. Es evidente que la generalizaci¨®n de las comunicaciones y las facilidades del transporte nos ayudan a imaginar esas nuevas din¨¢micas. Es una de las muchas cosecuencias de la globalizaci¨®n que, a su vez, es uno de los factores que nos sirven para explicar en una parte importante el porqu¨¦ de la misma inmigraci¨®n.
Todo ello es relevante para imaginar primero y despu¨¦s dise?ar las pol¨ªticas de acogida y acomodaci¨®n. Hay que saber imaginar un pa¨ªs, Catalu?a, donde una parte importante de sus ciudadanos van a tejer su realidad incorporando en su cotidianidad realidades sociales y pol¨ªticas de pa¨ªses terceros y algunos de ellos con pr¨¢cticas compartidas distantes a las nuestras.
Otra de las din¨¢micas que el Informe de la Fundaci¨®n Jaume Bofill sobre la inmigraci¨®n en Catalu?a apunta es el de las nuevas formas de llegada de inmigrantes y que en el futuro ser¨¢n m¨¢s relevantes; el del reagrupamiento familiar. Es otro signo de la madurez del fen¨®meno migratorio en Catalu?a, y adem¨¢s permite a las instituciones p¨²blicas -Generalitat y Ayuntamiento- anticiparse con pol¨ªticas de acogida que eviten tanto la improvisaci¨®n como la descoordinaci¨®n. La llegada de nuevos inmigrantes por reagrupamiento familiar facilita la planificaci¨®n y refuerza tambi¨¦n los lazos de arraigo de los que llegaron hace tiempo. Puede parecer contradictorio, pero no lo es. El retorno y el arraigo son dos piezas significativas y coherentes de nuestro proceso social que vivimos con la inmigraci¨®n. Pero adem¨¢s, en la hip¨®tesis del retorno transnacional, de idas y venidas, ser¨¢ mucho m¨¢s acomodaticio y facilitar¨¢ mejor la cohesi¨®n social en nuestra sociedad, si se produce entre inmigrantes que han conseguido reagrupar a sus seres m¨¢s cercanos. Ahora s¨®lo falta -perm¨ªtanme la iron¨ªa- que la sociedad de acogida, es decir, nosotros, sepamos qu¨¦ ofrecemos y qu¨¦ pedimos a los reci¨¦n llegados. En esa cuesti¨®n a¨²n hay mucho camino por recorrer, a¨²n debemos madurar, asumir sin complejos lo que la realidad ya nos impone. Cuando lo hagamos, nuestro futuro ser¨¢ mucho mejor.
Jordi S¨¤nchez es polit¨®logo jspicanyol@hotmail.com
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