El gran esc¨¢ndalo de la NBA
El ¨¢rbitro Donaghy comparece ante un tribunal acusado de ama?ar partidos
El esc¨¢ndalo de ama?o de partidos, a trav¨¦s de apuestas y con el protagonismo de los ¨¢rbitros, parec¨ªa ajeno a la NBA. Pod¨ªa ser cosa de otros pa¨ªses y deportes. Del f¨²tbol, del baloncesto universitario en Estados Unidos, que hace casi 50 a?os fue sacudido por la corrupci¨®n. Incluso, m¨¢s recientemente, del b¨¦isbol. Pero nunca la corrupci¨®n hab¨ªa manchado a la "ejemplar" NBA, en la que s¨®lo el dopaje y puntuales violencias hab¨ªan irrumpido en su potente entramado. Pero el ¨¢rbitro Tim Donaghy, de 40 a?os, que llevaba 772 partidos dirigidos en 13 temporadas, es la bomba que ha estallado en la NBA. El FBI le investigaba desde hace un a?o y ma?ana comparecer¨¢ ante un tribunal de Brooklyn (Nueva York) para responder por cargos de apuestas ilegales que le pueden llevar a la c¨¢rcel. Dos personas m¨¢s, no directamente ligadas a la NBA, le acompa?ar¨¢n. Pero las sospechas de una mafia generalizada ya se han disparado.
"Es el momento m¨¢s serio y peor que he conocido en 40 a?os", dijo ayer David Stern, el comisionado de la NBA. Las acusaciones sobre c¨®mo la NBA ignor¨® los manejos de Donaghy ten¨ªan que ser contestadas. Stern, que ya hab¨ªa emitido un comunicado la semana pasada en ese mismo sentido, quiso dejar clara la "transparencia" de su negocio y su colaboraci¨®n total con el FBI. Pero lo que qued¨® a¨²n m¨¢s claro fue la ineficacia de sus propios sistemas de seguridad y control. Tal vez tambi¨¦n por eso Stern dijo sentirse "traicionado" y se cans¨® de pedir disculpas a los aficionados, si se ha alterado la "verdad de la competici¨®n". Intent¨® transmitir confianza en la competici¨®n pero reconoci¨®: "La NBA es el mejor producto y el sistema deber¨ªa haber funcionado mejor. Cuando observ¨¦ el esc¨¢ndalo arbitral de la Bundesliga, me asombr¨¦, y ahora nos ha sucedido a nosotros".
Donaghy, con el n¨²mero 21 a la espalda, y problemas de ludopat¨ªa, ha estado dos temporadas, seg¨²n la polic¨ªa, implicado en una mafia. Apost¨® miles de d¨®lares, incluso en partidos dirigidos por ¨¦l y, seg¨²n dijo Stern, "aconsejaba" a otras personas en los encuentros que no dirig¨ªa. No le bastaban los 260.000 d¨®lares por temporada que le pagaba la Liga. Su ¨²nico incidente anterior fue una discusi¨®n con un vecino, en enero de 2005, cuando a¨²n viv¨ªa en West Chester (Pennsylvania), antes de mudarse a Bradenton (Florida). Le quem¨® un tractor tras una pelea. Los sesudos investigadores de la NBA no encontraron evidencias de ama?os de partidos cuando les llegaron noticias de que jugaba en el hotel Borgoda, en Atlantic City, infringiendo el c¨®digo de conducta de la Liga que proh¨ªbe cualquier tipo de apuesta a sus miembros. "Se investig¨® en todos los hoteles de Atlantic City y no se encontr¨® nada", a?adi¨® el comisionado, que s¨®lo se enter¨® del pastel envenenado, seg¨²n ¨¦l, el pasado 20 de junio, cuando el FBI le dio la noticia. El 9 de julio recibi¨® la carta de dimisi¨®n de Donaghy y ya era consciente de que la credibilidad de la NBA iba a estar por debajo de los parqu¨¦s.
Stern se empe?¨® en recalcar que "es un caso aislado, de un brib¨®n". Pero habr¨¢ que esperar. Y, mientras tanto, todos se hacen ya una oleada de preguntas tratando de explicar situaciones "raras" que se produjeron en partidos y que ahora parecen ser todas provocadas por la larga mano y el silbato de Donaghy. Tiros libres decisivos, por ejemplo, con el caso m¨¢s espectacular el pasado 26 de febrero, cuando los Heat perdieron con los Knicks en Nueva York por 99-93 tras ser fritos a personales: 38-9 y 13-2 en el ¨²ltimo cuarto en contra. James Crawford marc¨® los dos tiros decisivos, tras las decisiones de Donaghy. Lo mismo que Deveam George en la victoria de Dallas sobre Portland, 103-86, o Vince Carter en la de New Jersey sobre Washington, por 95-92.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.