Al alim¨®n

Es tan pol¨ªticamente correcta la mera idea de unir a Maria del Mar Bonet, mediterr¨¢nea de la catalanidad m¨¢s insular, y a Miguel Poveda, neocatal¨¢n flamenco de expresi¨®n castellana, que ya mueve a titular con muestras de aprobaci¨®n. En un mundo comprimido por ideas restrictivas, lo pol¨ªticamente correcto consiste en hacer gestos gratuitos para lanzar mensajes de consumo publicitario y limpiar p¨²blicamente las conciencias.

Por ello, acudir al Grec para presenciar el debut en Barcelona de este espect¨¢culo entre viejos y nuevos catalanes, entre canci¨®n mediterr¨¢nea y flamenco, ten¨ªa el aire de quedarse en lo correcto, en puro b¨¢lsamo para conciencias p¨¦treas. Por fortuna, el espect¨¢culo tramado al alim¨®n entre la Bonet y Poveda es algo m¨¢s que un acercamiento est¨¦tico, pues en el fondo lo que planeaba sobre el repertorio es que ninguna canci¨®n ha nacido de padres puros. Escuchar unos fandangos, palos presentes tanto en el flamenco como en la m¨²sica popular mallorquina, sabiendo que su origen se sit¨²a en Latinoam¨¦rica, hecho que record¨® Bonet, sum¨ªa al p¨²blico en un marasmo de idas y venidas, denominaciones de origen y retazos de m¨²ltiples culturas.

Esto fue as¨ª porque el concierto tuvo nivel, brill¨® a gran altura y los dos se mostraron plet¨®ricos. Inici¨® Poveda su media actuaci¨®n con temas de Desgla?, su disco en catal¨¢n, al que sigui¨® Bonet con un repaso a su cancionero, con maletas en Siria, Turqu¨ªa, Armenia, L'Alguer y Mallorca. La parte final, la m¨¢s brillante, puso a ambos m¨²sicos en escena con sus respectivos acompa?amientos para hermanarse en un repertorio donde era imposible trazar fronteras. Los temas compuestos por una e interpretados por el otro trazaron un puente por el que transitaba m¨²sica popular que tom¨® forma de m¨²ltiples maneras. L¨¢stima que el ¨²ltimo tercio del concierto, el que sum¨® a ambos int¨¦rpretes, no tuviera m¨¢s protagonismo. Aun con todo, marc¨® uno de los grandes momentos del Grec 2007.