Un seductor nato
Dicen los expertos que para ser un gran artista se ha de llegar al p¨²blico femenino. De lograrlo se tiene conquistado un porcentaje elevado del mercado, que, adem¨¢s, ejerce un efecto de arrastre sobre el otro gran segmento, el que forman los que son capaces de hacer cualquier cosa por conseguir lo que desean. Entre las cosas que pueden llegar a hacer consta la asistencia a un concierto de Jorge Drexler, y aunque en su fiera masculinidad piensen que el uruguayo es un blandengue sensiblero que no tiene ni medio sopapo, la cara de felicidad que pondr¨¢n garantizar¨¢ la continuidad feliz de la velada. Otra cosa es que ella quiera bajar a la fealdad del mundo despu¨¦s de haber escuchado a un ¨¢ngel entre la belleza de las nubes. Pero ¨¦sa es harina de otro costal.
Jorge Drexler consigui¨® un ¨¦xito implacable, arrasador y categ¨®rico en el Teatre Grec
Hab¨ªa muchas ellas anteanoche en el concierto de Drexler en el Teatre Grec de Montju?c, que como seductor nato que es, consigui¨® un ¨¦xito implacable, arrasador, categ¨®rico, absoluto. Puso cara de lo que parece ser, una persona sensible; se dej¨® querer mostrando un perfil fr¨¢gil de efectos demoledores en ciertos sectores de la audiencia; aire¨® un fino sentido del humor que le condujo a improvisar una canci¨®n en plan Luthiers sobre una reciente lesi¨®n padecida en el tobillo; exprimi¨® de sus letras la imagen de persona enamoradiza en lo personal y perpleja ante el desbarajuste social -la perplejidad social es otra arma de destrucci¨®n masiva en t¨¦rminos de seducci¨®n- e, incluso, dijo sentirse bien e introdujo cambios en el repertorio que le dejaron solo con su guitarra para cantar Antes y Flores en el mar, temas muy poco recurridos en su repertorio para mayor satisfacci¨®n del p¨²blico barcelon¨¦s. Mejor no lo pod¨ªa hacer. Un buen manual sabiamente utilizado. Un potos¨ª. M¨¢xime si del castellano se hace el ejemplar uso que Drexler exhibi¨® ante su p¨²blico.
Lo curioso en Drexler es que este uso inmisericorde e indisimulado del manual del perfecto osito no resta valor a buena parte de sus canciones, que en un Teatre Grec lleno y rendido incondicionalmente, brillaron de forma especial por sus arreglos. La imaginaci¨®n que llevaba a ¨¦stos a las fronteras de la electr¨®nica, comedida para que nadie se asuste, dieron un aire personal al repertorio, en el que resaltaron temas como Mi guitarra y vos; 12 segundos de oscuridad o Hermana duda, cosechadores de suspiros y concitadores de atenci¨®n. El trabajo de la bater¨ªa, los apuntes de viol¨ªn y el uso poco convencional de la guitarra destacaron por su variedad en un contexto donde siempre palpitaba el amor como pilar de los textos. Esa reiteraci¨®n y la sensaci¨®n final de que Drexler cuenta mucho para decir lo justito, fueron las ¨²nicas m¨¢culas a un concierto que despidi¨® el apartado musical del Festival Grec dejando en la cara del p¨²blico una expresi¨®n de placer.
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