R¨¦quiem por un kurdo
Este cuarto largometraje del director kurdo iran¨ª Bahman Ghobadi tiene una curiosa g¨¦nesis, que quiz¨¢ sirva para explicar su un tanto molesta proximidad a un pintoresquismo impropio de quien firmase una pel¨ªcula tan arriesgada como Las tortugas tambi¨¦n vuelan (2004). Media luna es uno de los trabajos promovidos por el Festival Nuevas Esperanzas, bajo la direcci¨®n art¨ªstica de Peter Sellars, para vestir de oropel multicultural y golpe de efecto interdisciplinar la celebraci¨®n del A?o Mozart en 2006. Galardonada con una Concha de Oro compartida, un premio a la mejor fotograf¨ªa y el galard¨®n de la Fipresci en el pasado Festival de San Sebasti¨¢n, la pel¨ªcula de Ghobadi dice haber nacido bajo la influencia del R¨¦quiem de Mozart, pero, en realidad, parece estar m¨¢s cerca de una reelaboraci¨®n funcional -y eficaz, pese a lo posiblemente apresurada- de un anterior trabajo del cineasta, Gomgashtei dar Aragh (2002), en el que un grupo de m¨²sicos kurdos intentaba rescatar a una cantante de voz m¨¢gica en el escenario de la guerra entre Ir¨¢n e Irak.
MEDIA LUNA
Direcci¨®n: Bahman Ghobadi. Int¨¦rpretes: Ismail Ghaffari, Allah Morad Rashtiani, Heyde Tehrani, Hassan Poorshirazi. G¨¦nero: Drama. Austria-Francia-Ir¨¢n-Irak, 2006. Duraci¨®n: 114 minutos.
En Media luna reaparecen figuras homologables a la mujer de voz celestial y a los m¨²sicos en tr¨¢nsito para construir una ficci¨®n que vuelve a reivindicar la tradici¨®n musical kurda como se?a de identidad asfixiada por la historia. Aqu¨ª, un m¨²sico kurdo en el exilio viaja a Irak en compa?¨ªa de sus hijos para dar un ¨²ltimo concierto, mientras la inminencia de la muerte sobrevuela sus sue?os. El viaje tomar¨¢ un inevitable desv¨ªo para visitar a esas mujeres cantantes encerradas por un poder anclado en lo medieval: Ghobadi no desaprovechar¨¢ la ocasi¨®n para que el folclorismo invada la pantalla.
El cine de Ghobadi se ha movido en la tensi¨®n entre la ferocidad testimonial (no exenta de poes¨ªa) de su ¨®pera prima, Zamani Baray¨¦ Masti Asbha (2000), y de la sorprendente Las tortugas tambi¨¦n vuelan y el pulso m¨¢gico, blando y bienintencionado del que este ¨²ltimo trabajo se convierte en fastidiosa exasperaci¨®n. Aqu¨ª, sus personajes se revelan arquetipos amables y el espectador no puede librarse de la sospecha de estar expuesto a la avalancha de t¨®picos del exotismo exportable. Media luna est¨¢ m¨¢s cerca del souvenir que de una aut¨¦ntica mirada perif¨¦rica.
Babelia
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