Destellos, terciopelo y electricidad de Bryan Ferry
El m¨²sico demuestra en San Sebasti¨¢n su poder para convertir en 'glam' todo lo que toca
San Sebasti¨¢n Hay viajes que son imperdonables. De los que no hay regreso. Sin embargo, la nueva aventura de Bryan Ferry pase¨¢ndose por los territorios de Bob Dylan no s¨®lo resulta conmovedora, es adem¨¢s un recorrido lleno de destellos, terciopelo y electricidad. El cantante, que est¨¢ a punto de cumplir los 62 a?os, lo demostr¨® con creces sobre el escenario del Kursaal de San Sebasti¨¢n en un concierto programado dentro del 42? Festival de Jazz de la capital guipuzcoana.
Con la puntualidad que proporciona haber nacido en Washington (Reino Unido), a las doce de la noche del mi¨¦rcoles su m¨¢s de metro ochenta de estatura se situ¨® frente a una banda de nueve m¨²sicos y con su cuidada boca de sonrisa de anuncio de dent¨ªfrico junto al micro comenz¨® el recital a golpe de declaraci¨®n de intenciones. El tema The in crowd, un cl¨¢sico del soul norte?o de Billy Page que para Ferry ha sido una especie de manifiesto: la manada In que viste a la perfecci¨®n y no tiene problemas para encontrar romances, son los m¨¢s cool del lugar y saben que no habr¨¢n estado en ninguna parte si no pertenecen a la manada In. Casi un himno mod y una toma de postura hacia la vida y la elegancia. Y qu¨¦ mejor uniforme que una impoluta y centelleante americana de lam¨¦ negro sobre una camisa blanca y unos pantalones pitillo tambi¨¦n negros para arrancar, con la sofisticaci¨®n de un nuevo rom¨¢ntico, los compases de un tema que, a su vez, evidenciaba que no todo esa noche estar¨ªa inscrito en el Brooklyn del compositor de Minnesota. Bien est¨¢ que el ¨²ltimo disco de Ferry (Dylanesque) sea un homenaje a Bob Dylan, pero la estrella no iba a largar, en plan promocionero, su ¨²ltimo trabajo y volverse al hotel como si tal cosa. Los reyes del glam no son as¨ª.
Como reafirmaci¨®n, Bryan Ferry continu¨® con una composici¨®n propia de finales de los ochenta: Kiss and tell, incluida dentro de su disco B¨ºte noire. Todo el escenario era de una cuidada luz azulada y, al fondo, cientos de peque?as luces recreaban un cielo delicadamente estrellado. La verbena no lleg¨® hasta el tercer tema. Ristras de bombillas en forma de guirnalda sobre la banda y el cantante, que daban la impresi¨®n de que se hab¨ªan trasladado a una peque?a tarima bajo el puente de Brooklyn en un suave verano como el donostiarra.
Aqu¨ª empez¨® el viaje. Just like Tom Thumb's blues, Positively 4th street, The times are a changing, Knockin' on heaven's door... Una tras otra fueron cayendo, pero con una potencia el¨¦ctrica que llegaba directa al est¨®mago y hac¨ªa pensar que Bryan Ferry cocina mucho mejor en directo sus homenajes que dentro de la frialdad del estudio de grabaci¨®n. Tres guitarras, un bajo, dos teclistas, dos coristas, un bater¨ªa y una viola eran la ayuda que necesitaba el cantante, que se mueve con la misma sensualidad estudiada que hace dos d¨¦cadas y tiene el mismo atractivo y la misma voz aterciopelada, pese a que est¨¦ pensando en criar cerdos y asegure que ya no le gusta verse en fotos. Todo un ejemplo para estos contempor¨¢neos emos que creen que una buena peluquer¨ªa y la raya negra bajo los ojos es suficiente para ser un nov¨ªsimo rom¨¢ntico. A ver qui¨¦n es capaz de hacer rock chic de la canci¨®n protesta. Y qui¨¦n como Bryan Ferry es capaz de soplar la arm¨®nica en los solos dylanianos sin despeinarse el cuidado flequillo y arrancar salvas de aplausos de todo un auditorio. ?Qu¨¦ rock star tiene la elegancia de aceptar sin aspavientos que ning¨²n foco le persiga cuando se mueve por el escenario, creando una visi¨®n de silueta elegante recortada sobre fondos de colores? ?Cu¨¢ntos de los nuevos artistas son capaces de hacer una versi¨®n de Jealous Guy de John Lennon que est¨¢ considerada como la siguiente mejor al original y es capaz de levantar del asiento a cualquiera que la escuche en directo? Todo trufado con temas de la etapa de Roxy Music como Slave to love y Avalon que hacen casi interminable el a?o que a¨²n aguarda para la nueva entrega del grupo, Brian Eno incluido.
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