La ¨¦tica de los edificios
En un mundo tan vilipendiado como el de la construcci¨®n, a veces los criterios medioambientales y sociales pesan m¨¢s que los econ¨®micos. La IX Bienal Espa?ola de Arquitectura presta por primera vez atenci¨®n a estas tendencias
La po¨¦tica es est¨¦tica y tambi¨¦n ¨¦tica. "Los pepinos de colores est¨¢n bien, son muy interesantes, y cumplen su funci¨®n. Pero no pueden tapar todo lo dem¨¢s". Santiago Cirugeda, arquitecto sevillano de 36 a?os, habla de obras como la Torre Agbar de Barcelona, del franc¨¦s Jean Nouvel, y se refiere, por supuesto, a que el gran valor de este edificio es la parte est¨¦tica; se trata de una gran escultura que, adem¨¢s, alberga a gente.
Y lo que dice Cirugeda tambi¨¦n tiene que ver con un movimiento que cada vez gana m¨¢s fuerza dentro del mundo de la arquitectura, m¨¢s preocupado por la parte ¨¦tica de la construcci¨®n, y que rechaza los criterios puramente econ¨®micos cuyos resultados se pueden ver en cualquier parte de la costa espa?ola, en cualquier ciudad, de hecho, de pisos y chal¨¦s construidos en serie, sin ning¨²n respeto al medioambiente y muy poca atenci¨®n a las necesidades de la gente que los va a habitar. Se trata de dar un paso atr¨¢s, de preguntarle a esa gente qu¨¦ necesita y adaptarse a ello, de alzar la vista y conectar de una manera mucho m¨¢s estrecha la arquitectura con el urbanismo.
Una preocupaci¨®n que est¨¢ llegando, al menos sobre el papel, a los organismos oficiales, como demuestra el hecho de que en la IX Bienal Espa?ola de Arquitectura se hayan incluido por primera vez premios a las viviendas colectivas, a los proyectos de accesibilidad y a los de integraci¨®n. El pasado jueves, cuando se entregaban estos premios en Comillas (Cantabria), el presidente de los colegios de arquitectos, Carlos Hern¨¢ndez Pezzi, habl¨® de una nueva concepci¨®n de la belleza, sobre bases diferentes. "A veces, lo que no se considera arquitectura es lo que m¨¢s lo es", dijo.
Procesos de participaci¨®n en los que los vecinos dicen c¨®mo quieren que sea el sitio donde viven -sus calles, sus plazas, sus casas-, viviendas que les salen a los edificios en sus fachadas, en las azoteas, que tienen en cuenta tareas espacialmente marginadas, las que han hecho tradicionalmente las mujeres, el respeto al medioambiente... Respuestas distintas en un mundo globalizado que tiende a homogeneizarlo todo.
Todas estas formas de repensar la arquitectura, ligada al urbanismo, se han repasado esta semana en un curso, paralelo a la Bienal, celebrado en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, en Santander, y dirigido por la arquitecta Zaida Mux¨ª. Por ejemplo, se pudo ver a la urbanista Isabela Vel¨¢zquez esmerarse en explicar c¨®mo para los t¨¦cnicos es enriquecedor un proceso de participaci¨®n con los vecinos para redactar un proyecto. "Te aportan un sentido com¨²n y una visi¨®n global que a veces nos falta".
Los procesos de participaci¨®n est¨¢n empezando a incluirse en las pol¨ªticas europeas, y Vel¨¢zquez ha dirigido algunos, en Lorca, para la construcci¨®n de un parque, o en la remodelaci¨®n del barrio de Trinitat Nova, en Barcelona. M¨¢s o menos sofisticada, con juegos cooperativos o fiestas, la participaci¨®n consiste simplemente en consultar (los vecinos s¨®lo proponen, los t¨¦cnicos siguen siendo los t¨¦cnicos) desde el principio a los habitantes en su barrio, en su ciudad. Aunque, de momento, no hay muchos pol¨ªticos que se atrevan a impulsar esta ideas, asegura Vel¨¢zquez.
Plazas, parques, todos estos movimientos tienen mucho que ver con los espacios p¨²blicos, con la idea de que los habitantes hagan suya la ciudad. Pero tambi¨¦n con los espacios compartidos dentro de los bloques de pisos, que ahora se llaman viviendas colectivas porque tratan de potenciarse estas ideas. Los patios interiores, la conexi¨®n entre las viviendas, con lugares de paso que se puedan compartir, en los que sea agradable estar, son algunos de los elementos de la arquitectura de Javier Terrados, y, sobre todo, dar soluciones concretas pensando en qui¨¦n va a vivir all¨ª. Justo lo que busca Santiago Cirugeda. Con particulares o administraciones, dentro, en el borde o completamente al margen de la legalidad, ofrece soluciones "a gente para la que no tiene respuestas la arquitectura oficial". "En la ciudad hay situaciones temporales que hay que empezar a articular". O lo que es lo mismo, los solares, mientras no se construyen, se pueden usar para albergar una casa prefabricada (como la de la p¨¢gina anterior) o, si te pones de acuerdo con los vecinos, se puede construir una casa en un andamio junto a la fachada o en una azotea. Cirugeda ofrece asesoramiento para instalar estas casas en las azoteas (se puede ver un curioso v¨ªdeo descriptivo si se busca "alquiler de azoteas" en Youtube.com). Por el momento, hay pocas y, al ser alegales, no le gusta decir d¨®nde est¨¢n, pero asegura que le han ofrecido m¨¢s de 60 azoteas para instalarlas. Este sevillano combina como nadie esta sensibilidad social con la facilidad que empieza a haber en Europa para absorber tranquilamente como arte los movimientos alternativos, jurando seg¨²n le convenga que es arquitecto o artista. Le encanta la construcci¨®n, y tambi¨¦n le preocupa el resultado est¨¦tico de sus obras, pero prefiere no hablar de ello, porque lo importante, dice, es todo el proceso previo.
Un proceso, volvemos otra vez al mismo sitio, que empieza con lo que necesita la gente. Cada vez se habla m¨¢s de la arquitectura y el urbanismo con perspectiva de g¨¦nero (se menciona en la Ley de Igualdad), aunque a¨²n hay pocos ejemplos. C¨®mo se pueden hacer las casas para que puedan vivirlas plenamente mayores, discapacitados, para que las ciudades no sean monstruos deshumanizados, para que respeten el medio ambiente. El proceso tambi¨¦n termina plante¨¢ndose qu¨¦ necesita la gente.
De la belleza moral a la est¨¦tica
"La belleza moral y la belleza est¨¦tica van casi siempre unidas". Hay que "acabar con la fealdad" y "reivindicar el derecho a la belleza". Toda una declaraci¨®n de intenciones la que hizo con estas palabras el presidente de la asociaci¨®n de colegios de arquitectos, Carlos Hern¨¢ndez Pezzi, en la entrega de premios y la inauguraci¨®n de la exposici¨®n de la IX Bienal Espa?ola de Arquitectura, que estar¨¢ hasta el pr¨®ximo 8 de septiembre en el Palacio de Sobrellano, en Comillas (Cantabria).
Se presentaron 300 obras de arquitectos espa?oles o extranjeros que trabajan en Espa?a, hechas durante los dos ¨²ltimos a?os, de las que se han elegido 31. Entre ellas, las ganadoras, que representan esa forma de ver la arquitectura de la que habl¨® Hern¨¢ndez Pezzi. Por ejemplo, los dos premios a la accesibilidad.
El primero, los andenes m¨®viles de Vitoria, son unas cintas mec¨¢nicas que suben a los viandantes las cuestas del casco antiguo de la ciudad, cubiertas por una superficie que da la sensaci¨®n de fuelle desde el exterior. El otro premio a la accesibilidad ha sido para la pasarela para peatones en el parque de Vallparad¨ªs, en Terrasa, un puente colgante de 90 metros que une el barrio que se llama como el parque con el pueblo de Sant Pere.
La exposici¨®n viajar¨¢ a la Universidad de Alcal¨¢ de Henares en el mes de octubre y se podr¨¢ ver en los arcos de los Nuevos Ministerios, en Madrid, en noviembre.
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