Actuar en la calle y pasar la gorra
El Busker's Festival de Barcelona recupera a partir del jueves las actuaciones callejeras con 16 bandas
Sin la parafernalia que rodea a las estrellas del rock ni el apoyo de una eficaz campa?a publicitaria, el m¨²sico callejero contin¨²a tocando como anta?o para ganarse el pan y el reconocimiento social del que s¨ª gozan aquellos que llegan a recalar en una sala. Los que saben lo que es actuar y pasar la gorra reivindican la profesionalidad de su trabajo y reclaman que el Ayuntamiento de Barcelona no les arrincone poco a poco en su lucha contra la contaminaci¨®n ac¨²stica. Y es que para improvisar una peque?a actuaci¨®n, por lo menos en la capital catalana, ya no vale cualquier sitio. Desde que en 2005 el Consistorio puso en marcha una normativa con el objetivo principal de "preservar el espacio p¨²blico como lugar de convivencia y civismo" se han recortado este tipo de actuaciones y la ciudad ha perdido, en opini¨®n de algunos m¨²sicos, parte de su actividad cultural callejera. Para recuperarla durante unos d¨ªas, a partir del 2 de agosto arranca en la Barceloneta la tercera edici¨®n del Busker's Festival, que reunir¨¢ durante cuatro d¨ªas a 16 bandas de estilos diversos.
La normativa que actualmente regula en Barcelona las actuaciones musicales en la v¨ªa p¨²blica entr¨® en vigor hace un par de a?os. Por aquel entonces, el Ayuntamiento recib¨ªa las quejas constantes de algunos vecinos y comerciantes del centro que denunciaban a los artistas callejeros por el "ruido" que hac¨ªan. "Por bueno que sea, un m¨²sico puede convertirse en una molestia si se coloca frente a tu casa a diario y repite el mismo repertorio durante varias horas", se?ala Irene Carreras, responsable del proyecto municipal M¨²sica al carrer al Districte de Ciutat Vella, al recordar los argumentos que utilizaban los vecinos afectados. Finalmente, el Consistorio decidi¨® tomar cartas en el asunto para conciliar los intereses de unos y otros.
Ahora est¨¢ permitido tocar en 26 puntos c¨¦ntricos, aunque han de respetarse unas franjas horarias concretas y no se pueden superar los 70 decibelios (65 en el Barri G¨°tic y el Borne). Para pedir los permisos, los m¨²sicos han de dirigirse al centro c¨ªvico del convento de Sant Agust¨ª y pueden incluso reservar el lugar en el que quieren tocar: el portal del ?ngel, la avenida de la Catedral, el Moll de la Fusta o la plaza del Rei, por ejemplo, son cuatro de los puntos que se ofrecen. Desde la puesta en marcha de la normativa, se han concedido 580 acreditaciones, aunque la mayor¨ªa de m¨²sicos que las reclamaron ya se han marchado de la ciudad porque cuando se apuntaron al proyecto estaban solamente de paso. Ahora, el Ayuntamiento est¨¢ estudiando la posibilidad de conceder permisos anuales con fecha de caducidad.
Algunos de los m¨²sicos callejeros que tocan habitualmente en Barcelona reconocen que no est¨¢n en contra de la normativa, pero lamentan que no se regulen tambi¨¦n otras actividades que generan m¨¢s ruidos y molestias. "Un turista que tenga dinero puede alquilar un helic¨®ptero para ver la ciudad, yo los he visto pasar. ?Y eso no hace ruido?", se pregunta Germ¨¢n Casetti, un m¨²sico afincado en Barcelona que opina que el Consistorio es m¨¢s permisivo con todas aquellas actividades que generan muchos beneficios.
Con todo, los artistas que se ganan la vida en la calle tienen una nueva plataforma de difusi¨®n, el Busker's Festival, que este verano re¨²ne a bandas de jazz, reggae, rumba, hip-hop y funk, entre otros estilos. Este popular encuentro dedicado a los m¨²sicos en espacios urbanos tiene ya un recorrido de 20 a?os en otras ciudades europeas, como Ferrara (Italia) o Neuch?tel (Suiza), y hace tres a?os se import¨® a Barcelona para animar las noches de agosto, el mes en el que la oferta de ocio empieza a decaer.
Tras la versi¨®n catalana del festival est¨¢ La Casa Amarilla, una asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que promueve la difusi¨®n cultural y el acercamiento con Am¨¦rica Latina. El objetivo de este encuentro veraniego es consolidarse como escaparate de la diversidad cultural barcelonesa y favorecer el mestizaje con las propuestas extranjeras. Sus organizadores no esconden cierta decepci¨®n al ver las dificultades que encuentran al montar los conciertos incluidos en el programa, que se ofrecen de manera simult¨¢nea en varias plazas y avenidas del antiguo barrio de pescadores. Como subvenci¨®n han recibido 6.000 euros del Instituto de Cultura de Barcelona, adem¨¢s de los permisos necesarios por parte del Ayuntamiento. Pero no han conseguido que las actuaciones puedan prolongarse m¨¢s all¨¢ de las 22.00 horas, una hora antes que el a?o pasado. "Parece que a la gente se le ponen los pelos de punta cuando oye hablar de m¨²sicos callejeros. Resulta chocante porque el Festival de la Rumba -tambi¨¦n en la Barceloneta, al aire libre y gratuito- se alarga hasta las tres de la madrugada", comenta Raquel Debart, coordinadora del Busker's, un festival que no requiere una infraestructura compleja ni grandes inversiones y que, asegura, "est¨¢ hecho con m¨¢s cari?o que recursos".
El programa re¨²ne un buen n¨²mero de propuestas. Un total de 16 bandas que fusionan ritmos como la rumba flamenca, el pop-rock, la cumbia, el jazz o la m¨²sica afroperuana, por mencionar solamente algunos de los estilos que sonar¨¢n en la Barceloneta. Buena parte de los participantes son catalanes. Los barceloneses Barnouche romper¨¢n el hielo el pr¨®ximo jueves con un jazz influido por la m¨²sica de los gitanos del centro de Europa; mientras que Gattamolesta propone un repertorio marcado por los ritmos tradicionales y r¨¢pidos del sur de Italia. Tambi¨¦n en la noche inaugural irrumpir¨¢ La Pegatina, grupo de j¨®venes barceloneses que reivindican el mestizaje y que se suman a la pujanza de la rumba catalana. Ya han grabado su primer disco, ellos mismos lo distribuyen y lo dan a conocer en sus actuaciones en calles, plazas, autobuses y trenes de Cercan¨ªas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.