Una cuesti¨®n de apoyo mutuo entre los dos pa¨ªses

Paralelamente al interesado e interesante juego de relaciones internacionales, y al margen de alianzas hist¨®ricas, tecnolog¨ªa punta y millones de d¨®lares, la asistencia de Estados Unidos a Israel es tambi¨¦n una cuesti¨®n de fidelidad. Ayuda pol¨ªtica del presidente norteamericano, George W. Bush, al primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert, dos l¨ªderes unidos en la baja popularidad que arrastran. Ayer, al inicio de la reuni¨®n semanal del Gobierno, Olmert no ocult¨® su satisfacci¨®n al "bendecir" la ayuda, que al margen de "garantizar la superioridad tecnol¨®gica israel¨ª", puede dar valiosos puntos al primer ministro, empe?ado en sobrevivir a los esc¨¢ndalos, el trauma de la guerra de L¨ªbano y las encuestas.

Olmert, que considera a Bush como "uno de los presidentes norteamericanos m¨¢s favorables a Israel", no ha olvidado que fue el ¨²nico l¨ªder que dio la cara por ¨¦l en el peor momento de su corta trayectoria como primer ministro. Fue el lunes 30 de abril cuando la Comisi¨®n Vinograd (que investiga la actuaci¨®n del Gobierno y el Ej¨¦rcito en la guerra del L¨ªbano) public¨® su primer informe en el que le criticaba sin piedad. Indirectamente ped¨ªa su dimisi¨®n. Ese d¨ªa y por iniciativa propia, Bush dijo a la prensa que "Olmert es un l¨ªder valiente y que apuesta por la paz en la zona".

Bush tampoco olvida que hace unas semanas y rompiendo la tradicional neutralidad de un primer ministro israel¨ª respecto a la pol¨ªtica interior en Estados Unidos, Olmert daba su apoyo al actual presidente en la guerra de Irak. Para Bush, el apoyo de Olmert tuvo m¨¢s valor teniendo en cuenta que la comunidad jud¨ªa norteamericana vota tradicionalmente al partido dem¨®crata. Tanto valor como el que ayer dio Olmert al incremento de la ayuda de su firme aliado. No pensaron as¨ª en su momento algunos congresistas dem¨®cratas jud¨ªos que se quejaron discretamente ante lo que llamaron "interferencia inapropiada de Olmert".