Los fantasmas de la tragedia
Barenboim y Breth dirigen en Salzburgo una desgarrada versi¨®n de 'Eugenio Oneguin'
Por primera vez se representa Eugenio Oneguin en el Festival de Salzburgo. J¨¹rgen Flimm, nuevo director art¨ªstico, ha optado por las novedades en su l¨ªnea de programaci¨®n. Cientos de espectadores esperaron anteayer bajo la lluvia para ver de cerca la llegada de personalidades. No quedaron defraudados. Salzburgo despleg¨® todo su glamour en el mayor desfile de alta costura del mundo. Entre tantos kilos de diamantes, la figura de la canciller de Alemania, Angela Merkel, pasaba casi inadvertida en su sencillez. El d¨ªa anterior hab¨ªa asistido a Armida, despu¨¦s de su paso por Bayreuth.
Lo que se vio y escuch¨® en la Grosses Festspielhaus no se correspond¨ªa con la exhibici¨®n de lujo. La calidad musical y teatral es otra historia. Barenboim y Breth optaron por la sordidez de la tragedia. Pocas veces se podr¨¢ ver una versi¨®n de esta ¨®pera tan pesimista y desgarrada. La dramaturgia de Sergio Morabito facilit¨® el terreno.
La vida de la provincia rusa se mostr¨® en toda su miseria f¨ªsica y moral. Sin un respiro. Era un montaje no apto para ideas preconcebidas, y mucho menos para sentir la nostalgia po¨¦tica de Chaikovski, inspirada en el magistral relato de Puschkin. Barenboim carg¨® las tintas, al frente de la extraordinaria Filarm¨®nica de Viena, en una lectura con tendencia a situarse entre el mezzoforte y el fort¨ªsimo, con una visi¨®n m¨¢s sinf¨®nica que l¨ªrica, y pensando m¨¢s en una proyecci¨®n hacia el expresionismo alem¨¢n que en una vuelta a Mozart.
Fue brillante hasta el delirio, pero la chispa de la emoci¨®n no se acab¨® de encender. La perfecci¨®n sustitu¨ªa al escalofr¨ªo, un s¨ªntoma preocupante en una ¨®pera. Andrea Breth dispuso las escenas en una plataforma circular, con un tono gris dominante, en una especie de mirada hacia atr¨¢s del protagonista sumergido en la nada frente a una pantalla de televisi¨®n, con im¨¢genes aleg¨®ricas del paso del tiempo. Ni en el famoso vals se hizo una concesi¨®n amable dentro de esta est¨¦tica de la desolaci¨®n.
Cant¨® Anna Samuil la escena de la carta de Tatiana con sentimiento contenido y puso coraz¨®n Joseph Kaiser en su despedida antes del duelo. Se agradeci¨® esta brizna de pasi¨®n natural. Peter Mattei -Oneguin- es un actor excelente, adem¨¢s de buen cantante, y Ferruccio Furlanetto -Gremin- se las sabe todas y se luci¨®. Buen reparto vocal, con Ekaterina Gubanova o Emma Sarkiissjan, adem¨¢s de los citados. El ¨¦xito fue grande -era de esperar como signo de reafirmaci¨®n- y consolid¨® el buen arranque del festival.
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