Fuenlabrada se come un trozo de Pinto
Pinto tiene hoy 70 hect¨¢reas menos de las que ten¨ªa a principios de a?o. A Fuenlabrada le pasa exactamente lo contrario. El que ha hecho bueno en este caso la evidencia cient¨ªfica de que la materia no se crea ni se destruye ha sido el Tribunal Supremo que, al anular una sentencia anterior del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, ha decidido que una porci¨®n de suelo en litigio desde hace 12 a?os pase definitivamente a formar parte del t¨¦rmino municipal de Fuenlabrada.
En concreto, se trata de un suelo ubicado en el l¨ªmite entre ambas ciudades, y que en una gran parte est¨¢ ocupado por un centenar de naves y empresas del pol¨ªgono Cobo Calleja, uno de los m¨¢s grandes de Europa y hoy literalmente tomado por comercios y negocios al por mayor regentados por personas de nacionalidad china. La otra parte de la parcela es suelo agr¨ªcola.
Un alcalde pinte?o de IU cedi¨® el suelo, y otro del PSOE lo exigi¨® luego en los tribunales
El Supremo resuelve un litigio de 12 a?os entre ambos municipios por 79 hect¨¢reas del pol¨ªgono Cobo Calleja
Para entender lo sucedido hay que volver la mirada al a?o 1993. Entonces, los ayuntamientos de Pinto, entonces gobernado por Carlos Penit (IU) -que a?os m¨¢s tarde result¨® condenado por prevaricaci¨®n, inhabilitado y posteriormente indultado en un caso de concesi¨®n irregular de licencias- y Fuenlabrada, dirigido por Jos¨¦ Quintana (PSOE), acordaron que una parte del t¨¦rmino municipal pinte?o pasase a formar parte del municipio vecino.
Con esta medida pretend¨ªan solucionar el problema administrativo derivado de la divisi¨®n del pol¨ªgono Cobo Calleja entre las dos localidades, lo que hac¨ªa que algunas naves industriales tuvieran parte de su superficie en Fuenlabrada y la otra en Pinto, lo que en ocasiones convert¨ªa en un aut¨¦ntico embrollo saber a qu¨¦ municipio hab¨ªa que pagar las tasas o solicitar licencias de construcci¨®n.
Este acuerdo fue ratificado dos a?os m¨¢s tarde por el Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido entonces por el socialista Joaqu¨ªn Leguina.
Sin embargo, tambi¨¦n en 1995, otro socialista, Antonio Fern¨¢ndez, lleg¨® a la alcald¨ªa de Pinto y llev¨® a los tribunales un acuerdo que consider¨® "injusto" porque el municipio no hab¨ªa recibido ninguna compensaci¨®n econ¨®mica o en terrenos por la p¨¦rdida de 70 hect¨¢reas de t¨¦rmino municipal.
Casi siete a?os despu¨¦s, el Tribunal Superior de Justicia dio la raz¨®n al alcalde de Pinto, al considerar que el acuerdo entre ambas localidades beneficiaba "la expansi¨®n industrial de Fuenlabrada a costa del municipio de Pinto y sin contraprestaci¨®n para ¨¦ste". El suelo pas¨® de nuevo a ser de Pinto.
La decisi¨®n de los tribunales no gust¨® en Fuenlabrada, que recurri¨® ante el Supremo, que ahora ha vuelto a dar un giro de 180 grados al caso. Los magistrados han ratificado el acuerdo al que ambas ciudades llegaron hace 14 a?os, y devuelve la porci¨®n de terreno a Fuenlabrada. La diferencia es que ahora la decisi¨®n es ya irrevocable.
El curioso viaje administrativo y judicial de estas 79 hect¨¢reas de terreno ha provocado que el centenar de empresas ubicadas en la zona hayan pasado los ¨²ltimos 12 a?os cambiando membretes, tarjetas de visita y carteler¨ªa para irse adaptando, sin haberse movido de sitio, a la cambiante realidad administrativa.
La sentencia del Supremo reconoce que el acuerdo de segregaci¨®n permit¨ªa "resolver las dificultades de gesti¨®n y recaudaci¨®n tributaria" en el pol¨ªgono industrial, al tiempo que admite que el mismo era conocido y aceptado libremente por las dos partes cuando fue firmado.
Adem¨¢s, a?ade que la segregaci¨®n realizada, que ubicaba el l¨ªmite entre ambos municipios en el recorrido de la l¨ªnea de cercan¨ªas C-4, permit¨ªa "resolver el problema existente para el municipio de Pinto", que pose¨ªa suelo a ambos lados de la l¨ªnea de tren.
Un portavoz del Ayuntamiento de Pinto explic¨® ayer que "se trata de una noticia muy negativa", dada la p¨¦rdida, tanto econ¨®mica y tributaria -unos 600.000 euros al a?o-, como desde el punto de vista del tejido empresarial que supone para la ciudad.
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