Relato de horror
En el c¨ªrculo segundo del Infierno de Dante, atravesado por violentos vendavales que les atormentan constantemente, moran los lujuriosos. En la segunda novela de Ernesto P¨¦rez Z¨²?iga (Madrid, 1971), El segundo c¨ªrculo, hay una doble r¨¦plica de ¨¦ste: una, representada por los muertos a los que s¨®lo un tenue velo separa del mundo de los vivos. Hablan en la novela con palabras enigm¨¢ticas e influencian en el mundo real estimulando los deseos er¨®ticos de algunos personajes y la maldad de otros. La otra viene representada por la propia realidad: escenarios t¨¦tricos o vac¨ªos y personajes malvados, primitivos o, simplemente, ofuscados.
Bien mal¨¦fico es el pueblo castellano medio en ruinas donde sus ¨²nicos cinco habitantes comandados por un cura disparatado y una vieja con maneras brujeriles realizan absurdos sacrificios sangrientos y b¨¢rbaras plegarias. Es como si en la obra de Miguel Delibes la existencia del campo castellano haya sido transformada por los sue?os y las perturbaciones psicol¨®gicas de sus personajes en terribles realidades. Pero el otro grupo de personajes, veraneantes en una urbanizaci¨®n reci¨¦n inaugurada, acomodados y cultos madrile?os, tambi¨¦n viven en su infierno particular. Perturbadores deseos, frustraciones sexuales y profesionales caracterizan a las dos parejas amigas que se debaten en un par de apartamentos. El narrador presenta una cuidadosa y detallada descripci¨®n, l¨®gica y racional, de las acciones, las palabras y las entonaciones de los personajes con un ritmo dram¨¢tico excelente casi listo para ser representados en un escenario contrast¨¢ndolo con la aflicci¨®n interna que les atormenta cada vez m¨¢s, penetrada por una irracionalidad que, sin ellos comprenderlo, procede tambi¨¦n del exterior, lo que acent¨²a el tono progresivamente fant¨¢stico de la narraci¨®n.
EL SEGUNDO C?RCULO
Ernesto P¨¦rez Z¨²?iga
Algaida. Sevilla, 2007
329 p¨¢ginas. 19 euros
Los personajes que hacen
de puente entre ellos son los ni?os, inocentes y cr¨¦dulos pero tambi¨¦n curiosos y resentidos. Ellos pasan sin problema de la pulida urbanizaci¨®n, la piscina y el tenis a los bosques de maleza, el p¨¢ramo reseco, la arruinada iglesia, el t¨¦trico cementerio y las insalubres viviendas. Los escenarios son muy visuales, descritos con expresividad y con gran intencionalidad.
Si en su primera novela, Santo diablo, trataba de la Guerra Civil, en ¨¦sta se halla en un lugar oscuro del pasado, un suceso antiguo que pesa en la conciencia y mancha el presente de horror, rencor incomprensible y manipulaci¨®n. Esto por lo que se refiere a los antiguos habitantes, los que acaban de llegar, no tienen ni pasado ni futuro reconocible. Por eso, los primeros se los comen vivos.
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