El Gobierno brit¨¢nico se moviliza para contener el brote de fiebre aftosa
El Gobierno brit¨¢nico ha reaccionado con celeridad para descubrir el origen y tipolog¨ªa del virus de fiebre aftosa detectado el viernes en una granja en Surrey, al sur de Londres, y frenar su expansi¨®n. Anoche el Ministerio de Medio Ambiente, Alimentaci¨®n y Asuntos Rurales inform¨® de que la cepa del virus es la misma que una utilizada en un laboratorio cercano a la granja.
El primer ministro, Gordon Brown, interrumpi¨® ayer sus vacaciones para coordinar el plan de choque y prevenir la repetici¨®n de la crisis ganadera de 2001, cuando se sacrificaron entre 6,5 y 10 millones de animales a un coste para la econom¨ªa de unos 13.000 millones de euros. "Hacemos todo lo posible para erradicar la enfermedad y evitar una repetici¨®n del incidente de 2001", dijo Brown al regresar de Dorset, regi¨®n del sur. El primer ministro se hizo eco de la "ansiedad y preocupaci¨®n" del sector ganadero, tur¨ªstico y agrario y asegur¨® que se "conocer¨¢ en unas horas o d¨ªas" la causa del brote.
Brown convoc¨® al comit¨¦ de emergencia para asegurar la coordinaci¨®n, dando prioridad, dijo ayer, a una actuaci¨®n "diligente y decisiva". La primera reuni¨®n del comit¨¦ se celebr¨® la noche anterior al confirmarse que 60 cabezas de ganado de la granja de Surrey hab¨ªan dado positivo. Se acordon¨® la zona afectada y se prohibi¨® el movimiento de redes, cerdos, ovejas y cabras en toda la isla, incluidos mercados y ferias rurales. En 2001, la tardanza en paralizar el traslado de animales contribuy¨® a expandir el virus y se tard¨® ocho meses en contener la epidemia.
Veto a la exportaci¨®n
El Gobierno introdujo ayer un veto voluntario a la exportaci¨®n de animales y productos ganaderos al tiempo que la Uni¨®n Europea proced¨ªa a tomar medidas similares. Irlanda del Norte cerr¨® sus puertos a todos los env¨ªos de carne y l¨¢cteos procedentes de Gran Breta?a. La veterinaria oficial del pa¨ªs, Debby Reynolds, no descart¨® la posibilidad de vacunar al ganado si las medidas iniciales no previenen el contagio. Reynolds confirm¨® ayer que los veterinarios analizan "un peque?o n¨²mero" de animales de otras granjas del sur de Inglaterra.
La reaparici¨®n de la fiebre aftosa ha puesto al campo en estado de alerta. Los granjeros se resienten de las recientes inundaciones, que han mermado la cosecha y disparado los precios de las verduras, como guisantes o zanahorias. Ahora se enfrentan a un virus que puede estar incubando entre 5 y 10 d¨ªas antes de presentar s¨ªntomas en el animal. El contagio a humanos no es com¨²n. Pese a la celeridad demostrada por la administraci¨®n Brown, que asegura haber aprendido de los errores de 2001, a¨²n es pronto para conocer la extensi¨®n potencial del problema. "Si se convierte en una epidemia ser¨¢ un golpe tremendo. Queremos desesperadamente asegurarnos que se trata de incidente aislado", coment¨® alarmado el presidente del sindicato de granjeros, Peter Kendall.
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