Dos atunes rojos marcados en el Atl¨¢ntico se distanciaron 5.000 kil¨®metros

Dos atunes rojos que fueron marcados al mismo tiempo en aguas cercanas a Irlanda aparecieron ocho meses despu¨¦s a 5.000 kil¨®metros de distancia, uno en el golfo de M¨¦xico y otro en aguas de Portugal. Este ¨²ltimo se dirig¨ªa previsiblemente al Mediterr¨¢neo. Experimentos como ¨¦ste est¨¢n ayudando a descifrar los movimientos del at¨²n rojo, una especie clave para la vida marina en el Atl¨¢ntico, que ha sufrido una decadencia peligrosa desde que a principios de siglo empez¨® a ser pescada masivamente, como han reconstruido ahora en un estudio los historiadores marinos.

Hace un siglo, casi nadie en el norte de Europa pescaba el at¨²n rojo, abundante durante los meses de verano en sus aguas. En s¨®lo 50 a?os, la especie desapareci¨® casi por completo de la zona y sigue siendo muy escasa, por el desarrollo de artes de pesca que aumentaron su cotizaci¨®n gastron¨®mica, que alcanza su m¨¢ximo ahora en Jap¨®n. La historia de c¨®mo se diezm¨® en s¨®lo cuatro d¨¦cadas el depredador m¨¢s importante de la cadena tr¨®fica marina de la zona ha sido reconstruida por historiadores en un proyecto internacional del Censo de Vida Marina, que pretende contribuir a evitar que se repita la historia en las poblaciones restantes del Atl¨¢ntico, en decadencia actualmente. Como depredador, el at¨²n controla las poblaciones de la mayor¨ªa de especies, como arenques, calamares y medusas.

En otro proyecto de investigaci¨®n paralelo, que tambi¨¦n se hizo p¨²blico ayer, investigadores de Canad¨¢, Estados Unidos e Irlanda colocaron en 2004 transmisores en tres atunes capturados y luego soltados en Irlanda. ?stos registraron datos sobre la luz y la temperatura de la superficie marina que permitieron reconstruir el itinerario de los peces cuando se activ¨® por radio el dispositivo meses despu¨¦s para recoger los datos por sat¨¦lite. Uno estaba en el golfo de M¨¦xico, otro cercano a Portugal y el tercero fue capturado al sudeste de Malta, en el Mediterr¨¢neo.

A ambos lados

Este experimento confirma otros anteriores que indican que existe una gran comunicaci¨®n entre las dos supuestas poblaciones de at¨²n rojo, cada una a una orilla del Atl¨¢ntico, y que ¨¦stos migran a aguas calientes para reproducirse cuando no est¨¢n en zonas centrales del oc¨¦ano, donde acuden a alimentarse en verano. Por ello, la conservaci¨®n del at¨²n rojo en el Mediterr¨¢neo y en el golfo de M¨¦xico se revela imprescindible para evitar el colapso de la pesquer¨ªa, amenazada sobre todo por el mercado japon¨¦s.

A principios de siglo, los atunes de gran tama?o abundaban de junio a octubre en el Mar del Norte y el Atl¨¢ntico norte. Eran consideradas curiosidades, como las ballenas, y llegaban a pesar 700 kilogramos, explican historiadores de Dinamarca y Canad¨¢ en la revista Fisheries Research. La media de peso de los atunes capturados en aguas de C¨¢diz en 2005 fue de 200 kilogramos.

Tras la I Guerra Mundial se desarroll¨® la pesquer¨ªa de esta especie, hasta entonces apenas explotada, en Noruega, Dinamarca, Suecia y Alemania. En los a?os cincuenta, los barcos noruegos llegaron a capturar 10.000 toneladas anuales de at¨²n rojo. Entonces se desarroll¨® la industria conservera y se puso de moda la pesca deportiva. En los sesenta, todo termin¨® de repente, como ha sucedido m¨¢s recientemente con el bacalao en Terranova. Ya no se pod¨ªa pescar el n¨²mero suficiente de atunes para que fuera rentable. La sobrepesca fue la causa principal. "Hemos demostrado que el at¨²n estuvo aqu¨ª mucho tiempo y con grandes poblaciones. La sobrepesca precedi¨® a la desaparici¨®n casi total de la especie y aparentemente fue clave en ella, pero pudieron influir otros factores, como la pesca de juveniles en los a?os siguientes", explica el investigador dan¨¦s Brian R. MacKenzie.