"Cuando me jubile, el negocio cerrar¨¢ porque no tengo continuidad"
Es el ¨²ltimo eslab¨®n de una familia que lleva tres generaciones dedicada al trabajo de dar forma a la arcilla
Maruny es un apellido muy frecuente en La Bisbal (Baix Empord¨¤), pero en cuesti¨®n de cer¨¢mica, s¨®lo hay uno y bien conocido. Anton Maruny, de 60 a?os, es el ¨²ltimo eslab¨®n de una familia que lleva tres generaciones dedicadas al viejo trabajo de dar forma a la arcilla. Un oficio artesanal que est¨¢ casi en peligro de extinci¨®n, pese a haber sido el motor econ¨®mico de La Bisbal d'Empord¨¤, uno de los principales centros cer¨¢micos de Catalu?a. "Los aprendices no se involucran; s¨®lo quieren saber cu¨¢nto van a cobrar y este trabajo no da para hacerse rico", explica Maruny, que comenz¨® en el oficio con 12 o 13 a?os, ayudando a su abuelo Carmelo a hacer llaves, una peque?a pieza que se utiliza para separar los platos modelados antes de ir al horno. Para formar a un buen alfarero se requiere un aprendizaje de unos tres a?os de duraci¨®n. Tiempo, paciencia, disciplina y, lo m¨¢s importante, "que te guste".
La globalizaci¨®n ha afectado al oficio porque llegan productos m¨¢s baratos
Terrisseria Maruny, fundada en 1898, ha sobrevivido a varias crisis importantes del sector y en sus buenos tiempos lleg¨® a emplear a seis trabajadores, cuatro alfareros, un pe¨®n y una mujer que se dedicaba a pintar y decorar las piezas. Actualmente, son dos personas y las previsiones no son muy optimistas. "Cuando me jubile, el negocio tendr¨¢ que cerrar porque no tengo continuidad". Sus cinco hijos se han dedicado a otras actividades y no har¨¢n perdurar la tradici¨®n familiar. Pero mientras llega el retiro, Anton Maruny disfruta con su oficio, que a base de a?os, pericia y sensibilidad, le ha convertido en uno de los artesanos m¨¢s reputados de La Bisbal.
Ollas, jarros, platos, coladores, botijos, tazas, macetas... infinidad de productos de barro modelados a mano de forma artesanal con la t¨¦cnica del torno o rueda, como la denominan en la localidad ampurdanesa. Es un m¨¦todo creado en el antiguo Egipto. La arcilla se coloca en una peque?a base situada sobre la rueda del torno, que es impulsado por el pie o la mano del alfarero, aunque actualmente se utiliza m¨¢s el torno el¨¦ctrico. La rueda gira velozmente mientras la arcilla va adquiriendo la forma deseada. Es todo un espect¨¢culo observar c¨®mo de la misma pieza de barro puede salir un plato llano y, a continuaci¨®n, la forma oronda de un c¨¢ntaro. El trabajo con torno requiere una gran habilidad t¨¦cnica que se va adquiriendo con los a?os. Es importante la posici¨®n del cuerpo, sobre todo de los brazos y las manos, y estar concentrado. Despu¨¦s del modelado, las piezas tienen que secarse y pasar por una serie de procesos como pulir, engobar, decorar, pintar, barnizar y, finalmente, cocerse. La cocci¨®n, a unos 1.025 grados cent¨ªgrados, se realiza en un gran horno autom¨¢tico que funciona con gasoil. Hasta 1978 la empresa usaba un horno antiguo de ladrillo, alimentado con madera de pino.
Maruny vende su producci¨®n en tiendas del barrio de la Aig¨¹eta, a la entrada de La Bisbal, y exporta el 60% de su producci¨®n a Francia, donde es muy apreciada. De hecho, el alfarero recuerda cuando, en los a?os sesenta, La Bisbal era un hervidero de turistas, muchos de ellos franceses. "Se vend¨ªa much¨ªsmo, era fiesta mayor cada d¨ªa, sobre todo cuando no hac¨ªa buen tiempo para ir a la playa y todos ven¨ªan a comprar cer¨¢mica".
Hoy la situaci¨®n es muy diferente. "El sector se queja, las tiendas de la Aig¨¹eta van aguantando, pero s¨®lo si son propietarios". Y es que la globalizaci¨®n tambi¨¦n ha afectado al sector y llega mucho producto de Europa del Este y pa¨ªses asi¨¢ticos con precios mucho m¨¢s econ¨®micos. Para intentar capear la competencia, han creado una asociaci¨®n de ceramistas de Girona, integrada por los artesanos de la Bisbal, Quart (Giron¨¨s) y Breda (Selva).
"Hay que apostar por la innovaci¨®n", dice Maruny, que intenta dotar a sus productos de un toque singular, como por ejemplo, utilizar el color lila en sus acabados, una tonalidad muy poco frecuente en el mundo cer¨¢mico.
Adem¨¢s de piezas decorativas o utilitarias, Maruny dedica un 50% de su producci¨®n a la cer¨¢mica que se utiliza para la construcci¨®n o restauraci¨®n de casas, principalmente mas¨ªas o vivienda r¨²stica. Tejas, bajantes, canalones, remates de tejado o chimeneas, piezas pintadas en el caracter¨ªstico color verde o amarillo que identifica a la cer¨¢mica de La Bisbal y que tienen una buena salida en el mercado. "Cada vez se restauran m¨¢s mas¨ªas y los propietarios quieren buenos acabados", explica Maruny, que tambi¨¦n reclama m¨¢s apoyos para la artesan¨ªa y menos trabas, como las que se encuentran con los inspectores de Sanidad. "Vigilan mucho el tema de los barnices, por ser productos que est¨¢n en contacto con los alimentos, pero a veces se pasan con las exigencias".
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